Se cumplen 20 años del 11-M. El 11 de marzo de 2004 es una de las fechas más recordadas en España. Las imágenes con las que se despertó el país ese día han quedado guardadas en la memoria de todos. Esa mañana, y como cada día, cientos de personas se subían a los trenes de Cercanías para ir al trabajo o su centro de estudio. Lo que nadie imaginaba es que sus vidas quedarían truncada sobre las 7:30 horas por las explosiones simultáneas que se produjeron en cuatro trenes de la red de Madrid. Dos de estos trenes se encontraban en Atocha, otro en Santa Eugenia y el último en la estación de El Pozo.
A última hora de la tarde de ese 11 de marzo se contabilizaron ya 192 muertos y más de 1.400 heridos como consecuencia de las bombas de los terroristas que hicieron estallar estos trenes que iban abarrotados de personas. El 11-M es uno de los episodios más sangrientos que se recuerdan en nuestro país. Del estallido de las bombas y los gritos de dolor el ciudad pasó al silencio. Unas sensaciones que siguen grabadas a fuego en la mente de todos los madrileños.
La sociedad española respondió ante este acto terrorista con una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan en la democracia. Cerca de 12 millones de personas salieron a la calle el 12 de marzo para expresar su rechazo al terrorismo. El Gobierno responsabilizó en un primer momento el atentado a la banda ETA, pero Al Qaida asumió su autoría. Todo ello, antes de que se celebraran las elecciones generales del 14 de marzo. Ese día el PSOE ganó tras una jornada de reflexión que estuvo marcada por las protestas que se produjeron en las sedes del PP.
Siete de los terroristas que pusieron las bombas se inmolaron semanas después, el 3 de abril, en un piso de Leganés, matando a un GEO, que se convirtió en la víctima 193 del 11-M. El juicio del 11-M, que se celebró en la Audiencia Nacional en 2007, tuvo 57 sesiones. Su sentencia se dictó el 31 de octubre de 2007 y se consideró probado que la autoría de los hechos había sido responsabilidad de una célula yihadista.
20 años después del 11-M
Veinte años después del 11-M las víctimas no han olvidado ese terrorífico día. Tres condenados por la Audiencia Nacional por su participación en el atentado siguen en prisión. Se trata de Jamal Zougam, Otman el Gnaoui y José Emilio Suárez Trashorras, los tres con las mayores penas de los 18 que fueron condenados y con fechas de licenciamiento definitivo para su excarcelación en 2044, ya que tienen que cumplir 40 años en prisión.
La sentencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que juzgó el atentado explica que Jamal Zougam fue condenado por pertenencia a organización terrorista islámica, depósito y confección de sustancias y artefactos explosivos. Fue condenado a 42.922 años de cárcel, el máximo que permite la ley, por colocar el último artilugio explosivo en el cuarto vagón del tren de Cercanías que salía de Alcalá de Henares a las 7.14 horas y explotó a las 7.38 horas cuando estaba parado en la estación de Santa Eugenia.
El texto también menciona que tiene relación con las tarjetas que se usaron en el 11-M: "Al menos nueve tarjetas de la partida de treinta que llegaron al locutorio de Jamal Zougam fueron usadas por los miembros del grupo que intervinieron en los atentados".
El segundo terrorista que sigue cumpliendo condena por el 11-M es Otman el Gnaoui, responsable en concepto de autor de un delito de pertenencia a banda armada. Por su parte, la sentencia constató su participación en el transporte de los explosivos desde Asturias hasta la casa de Morata de Tajuña (Madrid) donde se montaron las 13 bombas que luego fueron colocadas en los cuatro trenes de Cercanías. Fue condenado a 42.922 años de cárcel por facilitar documentación "a sabiendas" de que iba a ser manipulada para ocultar la identidad de los terroristas.
Y el tercero de los condenados por el 11-M que sigue en prisión es José Emilio Suárez Trashorras. El exmininero asturiano fue condenado a 34.715 años de cárcel por encargarse de facilitar los explosivos de Mina Conchita que luego usó en Madrid la célula yihadista. Además, según ha contado El Comercio, el avilesino de 47 años solicitó el pasado viernes acogerse a la ley de eutanasia como protesta por "la falta de tratamiento médico y psicológico" que recibe en el Centro Penitenciario de Asturias.
Desde la prisión, Trashorras ha formulado "decenas de instancias solicitando" permisos carcelarios y otros beneficios, pero no le han sido concedidos. Algunas de las razones que argumenta el Ministerio del Interior para rechazar sus reclamaciones son "la gravedad y repercusión" de los hechos protagonizados por él y la necesidad de evitar la revictimización de las personas dañadas por su actuación delictiva.
De los condenados por la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo ratificó en 2008 las penas de prisión para 17 de ellos, ya que absolvió a cuatro y condenó a uno que había quedado libre, el asturiano Antonio Toro, y que luego se enfrentó a cuatro años de prisión por tráfico de explosivos.
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