Un locutorio informático en Arganda del Rey. Ese fue el punto de encuentro donde las hermanas Gutiérrez Ayuso conocieron al que a la postre iba a ser su asesino en Morata de Tajuña. Amelia y Ángeles acudían de forma periódica al negocio para hacer las transferencia a los estafadores del amor. Dilawar Hussain Fazal Chouhdary acabó estrechando lazos con ellas. Aconsejado por estas jubiladas decidió vender su negocio para prestar ese dinero a estas mujeres y se fue a vivir con ellas. Este fue el inicio de la historia del triple homicidio que ha sacudido España en los últimos días.
Para entender esta tragedia hay que remontarse al año 2022. Fazal Chouhdary, de 43 años al que sus conocidos apodaban como 'El Negro', regentaba un locutorio en el número 15 de la calle Juan de la Cierva en Arganda del Rey. Un hombre de carácter agradable que siempre mantenía relaciones educadas con sus clientes, según informan algunos de ellos a Vozpópuli.
Dilawar estrechó su vínculo con las dos hermanas que viajaban desde Morata de Tajuña para hacer transferencias. Ganó la suficiente confianza con ellas para conocer que estaban esperando recibir una cuantiosa herencia. Sin embargo, Amelia y Ángeles necesitaban dinero. Le pidieron una alta cantidad para afrontar los gastos de la estafa amorosa. A cambio Dilawar conseguiría doblar sus beneficios. Se fue a vivir a Morata de Tajuña sin tener que pagar el alquiler a finales de 2022.
No era el primer inquilino que tenían los hermanos en su domicilio. Meses antes de recibir a este paquistaní habían acogido en su casa a otro hombre africano. Se desconoce su final y si también pagó dinero. Se fue sin dejar un buen recuerdo en el vecindario que estaba extrañado por los últimos pasos de esta familia.
Fazal Chouhdary acudía con las hermanas a la compra. Tenían una relación cordial pero a las pocas semanas de llegar a Morata de Tajuña se dio cuenta de toda la estafa amorosa. Intentó varias veces recuperar su dinero, una acción que desarrolló sin éxito. Ya en ese momento conocía que estaba en la ruina.
Las hermanas no denunciaron nunca al paquistaní
No tenía antecedentes y en enero de 2023 protagonizó la primera agresión. Dio un bofetón a Amelia. Ella no denunció. Un mes después la agresión pasó a mayores. El pasado 24 de febrero de 2023 este paquistaní fue detenido por un delito de lesiones con instrumento peligroso. En esa misma fecha, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Arganda del Rey dictó contra el detenido por estos hechos prisión provisional comunicada y sin fianza, resolución que, con posterioridad, confirmó la Audiencia Provincial.
Finalizada la instrucción, el magistrado dio traslado para su enjuiciamiento al Juzgado de lo Penal número 2 de Alcalá de Henares que, con fecha de 12 de septiembre de 2023, celebró la vista y dictó sentencia, por la que se condenaba a dos años de prisión al procesado, y se le prohibía aproximarse a menos de 500 metros y comunicarse con la víctima durante dos años y seis meses. Esta situación se produjo porque el Ministerio Público modificó su calificación provisional y la defensa se amoldó a esta nueva calificación.
La sentencia fue de conformidad y alcanzó firmeza, circunstancia que permitió a la defensa solicitar el beneficio de la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad, sin oposición de las partes. Este paquistaní reunía los presupuestos legalmente exigidos para la concesión del beneficio. Carecía de antecedentes penales y había asumido el compromiso del pago de las responsabilidades civiles declaradas en sentencia (2.900 euros de indemnización a la víctima). Por ello, el Juzgado otorgó la suspensión de la ejecución de la pena, condicionada al cumplimiento de no delinquir en dos años y seis meses y satisfacer la indemnización a la que se había comprometido. En ninguno de los dos sucesos la víctima llegó a denunciar al paquistaní.
Utilizó un objeto contundente
Dilawar abandonó la cárcel el 12 de septiembre de 2023. Se trasladó a un piso donde pernoctaba con otros paquistaníes en el número 41 de la Avenida del Ejército en Arganda del Rey. Trabajaba de forma paralela en un locutorio. Los agentes de Homicidios de la Guardia Civil sospechan que este hombre actuó solo. A falta de confirmar la fecha, a mediados de diciembre, regresó a Morata de Tajuña para saldar su deuda.
Los hermanos asesinados intentaron atemorizarle con una pistola simulada que se habían comprado cuando tuvieron conocimiento de que su agresor había salido de prisión. Este paquistaní utilizó sus llaves para acceder a la casa y golpeó de forma reiterada con un objeto contundente, se sospecha que un martillo, a los hermanos de Morata de Tajuña. También usó un arma blanca porque tenían cortes e intentó quemar los cadáveres.
Los vecinos de Dilawar aseguran que no se ha escondido desde que apareció en todos los medios el asesinato de los hermanos. Se le ha visto en uno de los parques de Arganda y en el centro urbana. No le notaron más nervioso.
La Guardia Civil pregunta a los vecinos por más personas
El hallazgo de los cadáveres de Morata fue el inicio de 'Operación Calvario" de Homicidios de la Comandancia de Madrid. Los cuerpos estaban en avanzado estado de descomposición y apilados en una de las estancias. Fueron asesinados con gran violencia, según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli.
Gracias al testimonio de los vecinos y del conjunto del pueblo, los funcionarios descubrieron de las dos hermanas llevaban siete años siendo víctimas de un timo del amor y tenían importantes deudas. Buceando en el historial dieron con este paquistaní, que fue el principal sospechoso desde el principio.
Las defensas de este hombre se vinieron abajo el domingo por la noche cuando acudió al Puesto de la Guardia Civil de Arganda del Rey y se entregó: "Buenas, soy el asesino de los tres hermanos de Morata de Tajuña", explicó ante la incredulidad de los agentes que vigilaban las dependencias. El presunto asesino ha asegurado que el crimen lo perpetró por "venganza" ya que la familia le debía una cantidad que ronda los 50.000 euros.
Después de salir de prisión su situación económica era desesperada, según su propio testimonio. Necesitaba el dinero que había prestado simplemente para poder sobrevivir. No había podido pagar el alquiler del último mes.
A esta situación se le unía que las hermanas no le contestaban a los mensajes que les había enviado cuando salió de prisión. La Guardia Civil ha tomado el testimonio de los vecinos de Morata de Tajuña y ha preguntado por uno de los compañeros de piso del paquistaní por si le hubiera dado cualquier tipo de cobertura. De todas formas, el detenido permanecerá en dependencias de la Comandancia de Madrid este martes hasta que el miércoles previsiblemente pase a disposición judicial.
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