El Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso afronta este jueves su primera derrota parlamentaria de la legislatura surgida del 4-M. Lo hará en solitario, sin el apoyo de Vox y en un tema delicado como es el de Telemadrid ya que los 'populares' no lograrán ratificar al administrador único el ente público, José Antonio Sánchez, en primera votación. En todo caso, el PP tendrá otra oportunidad la próxima semana para sacar adelante el nombramiento.
Ayuso ha llegado a esta primera votación asumiendo que no tendría el respaldo de la Asamblea ya que se exige el apoyo de dos tercios del hemiciclo. Ese umbral obligaría al PP a buscar un tercer grupo -además de Vox- que apoyase la elección de Sánchez. Y tras la desaparición de Ciudadanos el 4-M, solo quedan formaciones ubicadas en la izquierda a las que recurrir -Más Madrid, PSOE y Podemos-. Ninguna de ellas se plantea dar luz verde a un nombramiento que criticaron con dureza en julio, de ahí que el PP descartase el intentarlo por ser una quimera.
El momento más crítico para Ayuso vendrá la próxima semana con la segunda votación. En ese caso, se requerirá la mayoría absoluta de apoyos en el hemiciclo para que el administrador único sea ratificado. Así que el PP necesitará el 'sí' de Vox, una ecuación que no se dio en la investidura de la presidenta madrileña ni en la controvertida reforma de la ley de Telemadrid que llevó al cese del anterior director general, José Pablo López.
En ambas votaciones solo se necesitaba mayoría de 'síes' que de 'noes' y el PP cuenta con más escaños (65) que la suma de Más Madrid, PSOE y Podemos (58), de ahí que el respaldo de Vox no fuese determinante -sobre todo, porque no se fue al 'no' junto a la izquierda- y la formación de Santiago Abascal optó por la abstención.
Pero ahora es distinto. El PP necesita imperiosamente de Vox para ratificar al director provisional de Telemadrid y, por primera vez, tendrá que arremangarse en una negociación en la que solo le vale el acuerdo. Es decir, el 'sí' de los 13 diputados de Vox.
Por el momento, la portavoz de este partido en la Asamblea madrileña, Rocío Monasterio, ha dejado claro al inicio de esta semana que no ha habido ningún acercamiento verbal o por escrito del PP para pedir los votos de Vox, de ahí que deslizase que este jueves lo más probable es una abstención en sus filas.
"Si vamos a convertir la televisión en un medio de propaganda del partido que gobierna, nosotros no lo podemos apoyar", apuntó la dirigente de Vox. "Si la televisión pública no es neutral, no es austera y si no deja de ser un aparato de propaganda de los partidos políticos lo que hay que hacer es cerrarla", advirtió en línea con el discurso de su partido en todas las comunidades autónomas en las que goza de representación.
Ahora bien, el portavoz adjunto de Vox, Íñigo Henríquez de Luna, abrió una primera rendija para el acuerdo si el PP acepta reducir el presupuesto anual de 77 millones de euros que tiene Telemadrid. Los 'populares' recogieron el guante y se mostraron dispuestos a la negociación de este punto.
El 'suplente' de Ayuso
En todo caso, y ante la posibilidad de que la ratificación del administrador único se encone, el Gobierno regional ha solicitado al Consejo de Administración de Radio Televisión Madrid (RTVM) que designe a un suplente que cubra las funciones de la dirección del ente público en el caso de que cesen por cualquier causa alguno de ellos.
Según adelantó la Cadena Ser y confirmaron a Europa Press fuentes del Ejecutivo regional, el Consejo de Gobierno, que forma parte de la Junta Extraordinaria de Telemadrid, instó el miércoles pasado al Consejo de Administración a que lo nombrará con el objetivo de "garantizar la estabilidad y el normal funcionamiento de la cadena", en base al artículo 216 de la Ley de Sociedades de Capital. Es el 'plan B' de Ayuso por si Telemadrid vuelve a quedarse sin patrón al frente del barco televisivo.
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