"A mí no me harán fotos en un barco en Marbella". Esa era una frase repetida por Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid, detenido desde la pasada semana dentro de la Operación Lezo. González hizo este comentario cuando se conoció que David Marjaliza había dejado a Francisco Granados un yate que pertenecía a López Madrid, que también fue detenido en esta trama.
Las declaraciones de un empleado del Canal de Isabel II parece que han ayudado a reventar el caso Lezo, pero parece que también se están cumpliendo las amenazas que hizo Francisco Granados cuando fue cesado por Esperanza Aguirre que llegó a decir: "Voy a matar políticamente a Ignacio González".
Hoy los dos hombres fuertes de Esperanza Aguirre duermen en la cárcel y parece que aún estarán mucho tiempo entre rejas. González ha intentado siempre llevar un ritmo de vida que no llamara la atención, pero no lo logró. "Vivía muy por encima de sus ingresos, pero siempre intentaba aparentar menos", afirma una persona que le conoce.
Su mayor error fue la compra del famoso ático en Marbella, que provocó una investigación de la Policía. Ignacio González justificaba su ritmo de vida a que, además de su sueldo, su mujer tenía unas importantes retribuciones y logró un despido de cerca de 700.000 euros de la patronal eléctrica. Luego fue fichada por la patronal CEIM.
González llegó a explicar en una rueda de prensa que iba a dedicar una parte de la indemnización que había recibido su esposa para pagar la hipoteca y demostrar así que era una persona honrada. Pero los que conocían su vida sabían que compraba las camisas y las chaquetas en Italia y que si bien no aparecía en los barcos por Marbella era habitual en los mejores restaurantes y viajaba a Africa con amigos pagando en dinero contante y sonante, nada de transferencias ni tarjetas.
"Todos sabíamos que a pesar de tener dos buenos sueldos, era imposible que pudiera llevar ese ritmo de vida y pagar los gastos que generan las dos supercasas que mantenía, además de que a sus hijas no les faltara nada", afirma otro excompañero del Partido Popular.
Las primeras denuncias contra González hicieron que Esperanza Aguirre llegara a calificar a su número dos como "la persona más honrada del mundo" y que nunca tuviera dudas. Incluso tras declarar en la Audiencia Nacional creía que aún era posible su inocencia.
El padre en el Senado
El pasado jueves Isabel González, la hermana del expresidente, diputada del PP en la Asamblea de Madrid pasó uno de los días más negros de su vida. Su marido, José Juan Caballero y sus dos hermanos estaban detenidos. El rumor en la Asamblea es que su padre también estaba detenido en su casa. Luego se confirmó.
Pero nadie creía, y muchos aún no lo creen, que Ignacio González hubiera podido meter a su padre, un histórico del Partido Popular, en semejante lío. Pablo González Liberal (Cáceres 1926), 'don Pablo' como se le conocía en el Senado, fue secretario general técnico de la Cámara Alta. Siempre había trabajado cerca de Manuel Fraga Iribarne que parece que fue el que le recomendó para el puesto.
'Don Pablo' era el responsable de las finanzas del Grupo Popular, así como del personal que trabaja en la Cámara para esa formación. Gozaba del cariño de senadores y empleados. Había trabajado en el Ayuntamiento de Madrid, de donde González es funcionario, en el Ministerio de Información y Turismo y en el Instituto Nacional de Industria.
Pablo González hijo trabajó en Bankia. Los enemigos de González, que ahora salen a cientos, dicen que enchufado por su hermano. Lo claro es que cuando llegó Rodrigo Rato tuvo algún encontronazo con el también imputado en casos de corrupción y se fue a Mercasa donde fue cesado la pasada semana.
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