La Policía Nacional ha esclarecido uno de los asesinatos más enigmáticos de los últimos años en Madrid. Un cadáver calcinado sin dedos ni dientes, localizado en un descampado de Villa de Vallecas a finales de agosto de 2021. La víctima era un marino mercante que confiaba el dinero generado por sus ingresos mientras estaba fuera a una amiga. Los agentes del Grupo VI de Homicidios han detenido a esta mujer como presunta responsable del delito. Se da la circunstancia de que la supuesta autora ya estaba en la cárcel porque fue arrestada hace meses por su implicación en el denominado 'crimen de la etiqueta', según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli.
La tranquilidad propia de un 30 de agosto se paralizó por el aviso de un incendio en una zona conocida como el Cerro del Murmullo en Villa de Vallecas. Los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid llegaron rápidamente a la zona y sofocaron las llamas. Cuando lo consiguieron su cara era todo un poema.
En el centro del incendio estaba el cadáver de un hombre de mediana edad que no tenía dedos ni dientes. Estaba envuelto en una cortina de ducha y tenía una venda en los ojos. Los agentes del Grupo VI de Homicidios se personaron en el lugar para iniciar todas las averiguaciones.
Un cadáver calcinado sin dientes ni dedos
Todas las pistas eran contradictorias en ese primer momento. El Cerro del Murmullo es punto de encuentros sexuales entre desconocidos. Por otra parte, las características de la escena parecían conducir a un ajuste de cuentas entre delincuentes del narcotráfico.
En ese momento fue fundamental el trabajo de la Brigada Provincial de la Policía Científica. Sus agentes consiguieron mediante técnicas innovadoras identificar a la víctima. Fue todo un dilema y un reto que superaron con creces.
Adicto a la prostitución y la cocaína
El cadáver era el de un marino mercante que por su trabajo pasaba seis meses al año fuera de la capital. Este hombre, de 63 años y nacionalidad española, trabajaba para una importante empresa de hidrocarburos. Desde hacía un tiempo había caído en la prostitución y el consumo de cocaína. Tenía un sueldo mensual de oscilaba entre los 7.000 y los 7.500 euros. En su puesto laboral estaba considerado como un empleado experto y modelo.
No tenía cuenta en España, debido a que contrajo una deuda con la seguridad social y por eso confiaba sus nóminas a personas de su entorno y luego pedía que se lo devolvieran cuando regresaba a España. Había sido estafado anteriormente por algunas de ellas, según consiguieron averiguar por los testimonios. De esta forma, accedió a su vida su futura asesina que había ejercido la prostitución pero en la actualidad tenía un papel similar a una 'madame'.
Asesinato en una clínica de estética
Por ello, en los últimos tiempos, había depositado su confianza en una amiga especial. Los agentes centraron sus sospechas en esa mujer. Las investigaciones del Grupo VI de Homicidios determinaron que diez días antes de la localización de su cadáver había sido recogida por esta chica en el aeropuerto. Se apropiaba constantemente de manera indebida del dinero del marino mercante.
La pareja se trasladó hasta un local en Torrejón de Ardoz, que tenía alquilado la mujer como clínica de estética. Esa fue la ubicación donde sospechan que se perpetró el crimen. La sospechosa, española de 48 años, presuntamente asesinó a su amigo, el marino mercante, mediante la asfixia. Después guardó su cadáver tres días hasta que planeó como ocultarlo. Para dificultar la labor de los agentes arrancó al cadáver los dedos y los dientes.
Motivos económicos
La motivación del crimen fue económica. En los primeros días la mujer hasta respondió mensajes de teléfono haciéndose pasar por su amigo. Fuentes de la investigación aseguran a Vozpópuli que esta mujer era una "superviviente" de la vida y contaba con experiencia para poder ocultar el asesinato.
Para ocultar el crimen, la presunta asesina pidió el coche a un amigo al que le dijo que tenía que mover unas cajas de su domicilio. Con el cadáver del marino mercante en el maletero se trasladó al Cerro de los Murmullos e intentó quemar por completo el cuerpo. Una testigo fue la que avisó rápidamente del incendio y quebró su plan. A pesar de ello, la presunta asesina hizo creer a los allegados del fallecido que su desaparición había sido voluntaria y que seguía con vida. La investigación de este homicidio sigue abierta y no se descarta la participación de terceras personas.
Otro crimen, meses después
Los agentes de Homicidios fueron colocando poco a poco las piezas del rompecabezas y con todas las pruebas identificaron a esta mujer. Fue detenida e ingresó en prisión provisional en marzo de 2022, a la espera de juicio. Se da la circunstancia de que meses más tarde fue arrestada en la cárcel por su participación en otro crimen meses después del asesinato del marino mercante. Tenía ya antecedentes.
En este caso la víctima era el agente inmobiliario Fredy P. E., colombiano de 51 años, que fue hallado en su casa, con el pestillo puesto, y tenía las manos atadas con una brida y la boca tapada con cinta adhesiva. Nueve personas fueron detenidas por este asesinato, entre ellos dos familiares de la víctima, que buscaban robar su caja fuerte el 28 de noviembre de 2021.
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