A plena luz del día, hacia las 12 horas de ayer miércoles, una furgoneta para en una calle adyacente a la Plaza Margaret Thatcher de Madrid, junto a Colón, en el centro de la capital. Unos chavales de como mucho veintipocos años bajan del vehículo y se ponen a descargar colchones, radiadores, sillas, mesas, ordenadores. Meten todo, con rapidez, en el edificio que hasta la intervención de Banco Madrid la entidad ocupaba como sede.
La estética de todos ellos es similar, cabello rapado, camisetas de manga corta oscuras y las clásicas zapatillas Adidas con franjas blancas. Son miembros del colectivo Hogar Social, un grupo que evita denominarse como de extrema derecha o neonazi y que prefiere identificarse como "patriotas", y que con anterioridad ha ocupado otros edificios emblemáticos de Madrid.
Dos policías nacionales merodean la zona, pero dicen que no están ahí por la ocupación. Más tarde o más pronto, el edificio será desalojado. "Es lo que hay, esperemos que tarden un poco", dice uno de los jóvenes de Hogar Social.
Banco Madrid fue declarado en concurso de acreedores en marzo de 2015
En el interior del inmueble han logrado conectar la luz y ya han habilitado uno de los salones con sillas para dar conferencias. La intención del colectivo es meter a 14 personas sin vivienda y organizar charlas "sobre sicavs y fondos buitres", dice Melisa Ruiz, 28 años, portavoz de la organización. En la azotea del edificio han colocado una bandera de España y otra azul con el símbolo del colectivo. Desde ahí se divisa la plaza de Colón y la de Margaret Thatcher, sucia, con hierbajos y olor a orín. "Vamos a limpiar todo esto", dice la portavoz.
En marzo de 2015 el Tesoro de Estados Unidos tachó a Banca Privada de Andorra (BPA) como entidad sospechosa de blanqueo de capitales. Andorra intervino entonces BPA y Banco de España hizo lo mismo con su filial española, Banco Madrid. Entonces las puertas del edificio de Colón se cerraron y la entidad fue declarada en concurso de acreedores, con cerca de 300 empleados, casi 16.000 acreedores y créditos por importe superior a los 416 millones de euros.
El inmueble es el mayor activo inmobiliario con el que contaban BPA y Banco Madrid, una joya que gustosamente comprarían fondos o Socimis. Pero las particularidades sobre su propiedad dificultan la venta: el dueño del edificio es el Frob andorrano; la administración concursal de Banco Madrid es ahora quien posee los derechos de explotación urbanística sobre el mismo; la plaza sobre la que se levanta es de uso público pero de titularidad privada, siendo uno de sus dueños la cadena hotelera Meliá; y cualquier modificación tendrá que contar con el visto bueno del Ayuntamiento regido por Manuela Carmena. A todo esto se une ahora la ocupación de Hogar Social.
El domingo pasado el colectivo penetró en el edificio. Saben como hacerlo. "Dimos parte de la ocupación", cuenta Melisa, "ahora se inicia un proceso judicial que suele durar cuatro meses". También han habilitado un despacho en el interior del inmueble donde un abogado, dice la portavoz del colectivo, explicará a los nuevos inquilinos como se desarrollará el proceso y qué posibilidades tienen de lograr otra vivienda. El grupo gestiona un banco de alimentos que reparte productos entre unas 320 personas todas las semanas, señala.
"Ser patriota no es ir engominado o al palco VIP del Bernabéu", dice la líder de Hogar Social
Un abogado experto en este tipo de procesos sostiene que la ley de arrendamientos urbanos permitiría un desalojo "inmediato", pero que la policía municipal sigue otros protocolos. Desde la entrada en concurso de Banco Madrid tanto el edificio como la plaza se han deteriorado; hace unos meses se dejó de contratar seguridad privada al cuidado del inmueble.
"¿Derecha?, ¿extrema derecha?", se pregunta Melisa cuando se le pide que se posicione ideológicamente. "Somos patriotas, y patriotas no es ir engominado o al palco VIP del Bernabéu, es ayudar a la gente necesitada que conforma el país", afirma. "No creo que haya una etiqueta clara para definirnos, creemos en España", añade.
¿Alguna relación con Vox (el partido liderado por Santiago Abascal, de extrema derecha)? "No tenemos nada que ver con ellos, son muy liberales", asegura Melisa. "¿Tú te crees que se pueden ir ahora a Gibraltar con una bandera de España, o montar tanto lío por el aborto? Están alejados de la calle", declara. "Estoy en contra del aborto, pero ahora lo que interesa a la gente es el paro y la vivienda", dice.
Con quien sí tienen que ver es con Podemos. "Somos profundamente socialistas; coincidimos con Podemos por ejemplo en combatir la primacía que el liberalismo da a la banca", apunta. "Pero no ocuparíamos nunca una propiedad de un particular, solo ocupamos bancos y edificios públicos", advierte. Entre sus 'conquistas' se encuentran la antigua sede de Afinsa en la calle Génova, un edificio que era "propiedad de Gao Ping, que se empleaba para blanquear", o un palacete en la calle Velázquez "donde murió Millán Astray [el fundador de la Legión]".
Si un inmigrante sin vivienda solicitara ayuda a Hogar Social, ¿se la prestarían? "Cuando vienen inmigrantes les derivamos a una lista de ONG que tenemos y que les darán ayuda", dice Melisa Ruiz, que niega "bulos" como que sus padres son ecuatorianos o que tiene tatuada una esvástica en un tobillo. "Vaya tela...", expresa.
La líder de Hogar Social dice que ideó la creación de la organización hace dos años y medio. "Me hubiese gustado ir a acciones antideshaucio, pero están monopolizadas por la extrema izquierda... No aguanto a los que se llenan la boca por España y no hacen nada por los que lo pasan mal, hacer por España es hacer justicia social", reivindica.
Hogar Social recuerda a los inicios de Podemos o de Ada Colau en Barcelona, pero al otro lado del espejo. "De momento solo somos un colectivo, dar el salto a la política me da algo de miedo, puede ser demasiado pronto, no quiero que nos estrellemos", comenta. "¿Cuándo son las próximas elecciones europeas?", pregunta.
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