Madrid

Iglesias reconoce que desde el Gobierno les aconsejaron cambiarse de domicilio: "Temimos por nuestra vida"

El exvicepresidente y la exministra de Igualdad han declarado este lunes en calidad de testigos contra el hombre acusado de acosarles durante la pandemia

El exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y la exministra de Igualdad, Irene Montero, han acudido este lunes a los juzgados de lo penal de Madrid para testificar contra el hombre acusado de acosar e injuriar a la pareja. El primero en declarar ha sido Miguel Frontera, youtuber conocido por una difundir contenido político en redes sociales y por participar en las protestas frente a la sede del PSOE en contra de la amnistía.

A la entrada de los juzgados, un grupo de personas ha comenzado a insultar y a amenazar a la pareja cuando se disponía a entrar en el edificio, justo antes de la vista oral. Una vez dentro, el primero de ambos en declarar ante la juez ha sido Pablo Iglesias, quien ha ratificado lo expuesto durante la instrucción. El exdirigente de Podemos ha hecho especial hincapié en el "estrés" y el "miedo" que ambos sufrieron durante meses, provocado por las protestas instaladas en las inmediaciones de su domicilio en Galapagar durante la pandemia.

Por su parte, el acusado ha defendido su derecho de manifestación y ha negado haber organizado las caceroladas que en 2020 se celebraron frente a la vivienda de la pareja. Asimismo, ha explicado que él mismo ha sido objeto de insultos y llamadas de números ocultos: "el acosado soy yo".

El antiguo líder de Podemos ha afirmado que la actividad del acusado, Miguel Frontera, era constante. Una actividad que obligó a que cambiasen sus horarios o, incluso, la ruta para llegar a su casa. Ante una situación que se alargó durante meses, con un perímetro de seguridad apostado en la puerta de su casa cada día. Ante esta situación, Iglesias ha reconocido que, incluso, desde les aconsejaron cambiar de domicilio, algo a lo que la pareja se negó. "Desde el propio Gobierno nos dijeron que si no queríamos irnos a vivir a otro sitio, pero esa es nuestra casa", ha manifestado.

Contestando a las preguntas de su letrada, Iglesias ha asegurado que sintieron "miedo" ante lo que el acusado u otro "lobo solitario" pudiera llegar a hacer. Esta premisa, según ha compartido, vino propiciada por el análisis que en esos meses de pandemia su propio jefe de seguridad compartió con la pareja. El exvicepresidente ha explicado en Sala que les informaron que no "debíamos temer la acción de un grupo organizado, pero sí que a un loco se le pudiera ocurrir un atentado contra nuestra vida".

Cambios en la vida familiar de Iglesias y Montero

Iglesias ha testificado que la situación de ruidos constantes en las inmediaciones de su domicilio y la presencia de manifestantes afectó a su vida familiar y que, incluso, impedía que pudieran dormir a sus hijos a la hora que correspondía. "Cuando tienes la sensación de que no puedes cuidar a tu familia como se merece, añadido a nuestro trabajo en el Gobierno... No le deseo a nadie lo que hemos vivido", ha comentado.

Por su parte, el acusado ha manifestado que los ruidos denunciados por los moradores de la vivienda, también, eran provocados por simpatizantes de izquierdas, quienes emitían a todo volumen "la internacional o bella chao". "Yo ponía el himno de España, el viva a España de Manolo Escobar... Era su jarabe democrático", ha sentenciado.

En respuesta, Iglesias en su declaración ha ido más allá y ha ratificado ante la jueza que el día de su cumpleaños, cuando la pareja volvía de dar un paseo por los alrededores de su chalé, en presencia de sus hijos de 2 y un año, el acusado se acercó a él y le dijo: "Felicidades, hijo de puta". Miguel Frontera, por contra, ha negado que le dedicara esas palabras y que pudiera aproximarse al exvicepresidente como se mantiene en el escrito de acusación. "Le dije, felicidades, señor Iglesias", ha asegurado.

El acusado grabó el jardín del chalé de Galapagar

Sobre este aspecto, la exministra ha secundado la versión de su pareja y ha añadido que el acusado se aproximó a ellos y a sus hijos "lo suficiente para ser invasivo, lo suficiente para sentir miedo". Del mismo modo, Montero ha declarado que se sentían "permanentemente vigilados", debido a que el conocido como el 'Capitán América de Ferraz' acudía día tras día a su domicilio. "Cuando no podía verlo frente a nuestra casa, lo transmitía en redes sociales".

La líder de Podemos ha mantenido en Sala que el acusado llegó a grabar el interior de la casa y que, anteriormente, ya había publicado en redes sociales detalles del perímetro de la vivienda. "Esa casa para nosotros y es el lugar más seguro. En ese momento, toda España sabía donde estaba esa casa y venían para ponernos en una situación de muchos nervios", ha testificado.

Respecto a este episodio, Iglesias ha detallado, también, cómo se encontró a Miguel Frontera subido a una roca grabando el interior de la casa. "Acababa de bañar a los niños, salgo al porche y lo veo subido a una piedra grabándome. En ese momento me da tiempo a sacar mi teléfono móvil y grabarlo a él", ha explicado. Por contra, el acusado ha declarado -anteriormente- que el día de los hechos no pudo ver el vídeo y que los agentes le requisaron el teléfono.

Declaración de los agentes

Una vez concluida la intervención del acusado y de los querellantes, Montero e Iglesias han podido escuchar desde primera fila la declaración de varios agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional, así como la testifical de dos protestantes que acudieron a las caceroladas organizadas frente a su casa. La pareja se ha mostrado cómplice, sobre todo, en los momentos en los que los manifestantes que han acudido este lunes a los juzgados han defendido sus actuaciones durante las protestas en Galapagar.

Los agentes de la Guardia Civil han confirmado que en el vídeo podía verse el interior del chalé, al menos, el porche exterior y el jardín. De la misma manera, un par de agentes ha respondido que este vídeo se podría haber grabado con un palo de selfie, mientras otros han reconocido que la altura del muro no permitía que una persona pudiera acceder a ese ángulo de visión. Por ello, el acusado se subió a una roca para poder grabar la casa de la pareja.

Una vez terminada la declaración del acusado y los testigos. Montero e Iglesias han salido de la Sala, donde se ha vivido un momento de tensión, tanto en los pasillos como fuera de los juzgados. Un grupo de personas se han acercado al exvicepresidente del Gobierno mientras atendía a los medios y se han enfrentado a los que parecían simpatizantes del exdirigente de Podemos.

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