La piscina infantil de una urbanización privada en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz fue el escenario de una batalla vecinal por un delito de abusos sexuales a dos menores. Las familias denunciaron a un joven como presunto autor. Más de tres años después la Audiencia Provincial ha absuelto a este chico ya que considera que agrita seriamente la "fiabilidad" del testimonio la "ausencia de una reacción inmediata" por parte de los perjudicados.
Esta compleja historia se remonta a los últimos días del verano de 2019. El joven acusado, que tenía en la época de la denuncia 20 años, residía en una urbanización de Torrejón con sus padres. No tenía antecedentes y acudía frecuentemente a las instalaciones de la piscina.
Juegos en la piscina infantil
Allí, solía jugar con algunos menores, en concreto con dos que tenían 8 y 7 años. "Tales juegos se desarrollaban algunas veces en una de las dos piscinas existentes, concretamente la infantil, y consistían en peleas, aguadillas, juegos con pistolas de agua, a la pelota, y también a las cartas", según los hechos probados de la sentencia a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
Según este texto, las "expresiones de afecto a los niños y los juegos de contacto que practicaban a la vista de todos los usuarios de las piscinas, suscitaron sospechas entre ciertos vecinos de que el acusado podía estar disfrazando entre aquellos juegos actos de carácter sexual con los menores". Una sospechas que se tradujeron en que los dos niños fueron interrogados por sus progenitoras para comprobar la realidad de los abusos el 20 de agosto de 2019.
Detenido por la Policía
Este joven fue detenido dos días después por agentes de la Policía Nacional de la Comisaría de Torrejón por dos delitos de abuso de menores. El Juzgado de Instrucción nº 1 de Torrejón de Ardoz decretó su libertad provisional y el caso pasó a la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid. "No se ha acreditado que el acusado protagonizase los actos sexuales de los que se le acusa", según la sentencia del pasado 16 de noviembre.
La Fiscalía solicitaba para el acusado una pena de cinco años de prisión por dos delitos continuados de abuso sexual a menores de 16 años. La acusación pidió seis años de prisión por estos dos delitos de abusos. La defensa del joven, ejercida por David González Sancho, del despacho de Legal Orbis abogados, solicitó su libre absolución.
Las exploraciones de los menores se realizaron casi tres años después de que presuntamente sucedieran los hechos el 5 de julio de 2022. Los magistrados concluyeron que el más pequeño de ellos "se expresó con cierta dificultad y con algunos silencios durante su relato, para terminar psicológicamente bloqueado, llorando y diciendo que le molestaba hablar del tema".
Tocarle sus partes debajo del agua
Este niño manifestó que entraba a la piscina con un amigo y jugaban a "tocarle sus partes al señor", no recordaba como se iniciaba el juego pero el señor le decía que le "tocasen sus partes" y lo hacían "con la pierna dentro del agua". Los sollozos y el bloqueo del menor obligaron a dar por finalizado su testimonio.
Una de las madres preguntó a los menores por estos hechos y en un primer momento lo negaron. Sin embargo su hijo lo reconoció llorando más tarde en la intimidad. Esta progenitora se lo comunicó a su marido y a la otra familia implicada.
El otro menor fue más escueto en sede judicial y subrayó que "todo lo que pasó se lo contó a su madre y que ya no recordaba nada". Supuestamente dijo que jugaban a darle "patadas en los huevos" al joven. El abuelo de este niño también tuvo que testificar en sede judicial. Se "mosqueó" porque el acusado estaba en la piscina infantil con los niños.
No le convencía que este veinteañero estuviera tanto tiempo en la piscina con los menores pero no se acercó donde estaba su nieto porque "no quería ver algo que no quisiera ver". Una de las vecinas de la urbanización con otro hijo menor prohibió a su hijo acercarse al acusado porque era "demasiado protectora". Percibió "juegos no claro" y "no lo veía limpio".
El acusado negó los hechos
El joven acusado negó rotundamente los hechos. Jugaba con los niños pero no había privacidad y todo era visible. Un día después de los supuestos abusos fue amenazado por el padre de uno de los menores. Para el juzgado: "nuevamente estamos ante relatos no espontáneos de un menor, inducidos por un progenitor lógicamente preocupado por las sospechas que otros le han trasladado".
El baile de las fechas sobre cuando ocurrieron los abusos es uno de los grandes pilares de la absolución de este joven. "No se ha explicado ni se entiende esta discrepancia de fechas y de motivos de la revelación", relata el texto. El tribunal no encuentra explicación a que el abuelo de uno de los menores "no hubiese adoptado medidas inmediatas para proteger a su nieto de manera inequívoca, acompañando al menos a su nieto a corta distancia en las instalaciones, en lugar de permitir que siguiese jugando en la piscina con el acusado y sin ver con claridad lo que hacían".
Para los magistrados existe un contraste en los términos de la denuncia por la declaración de una de las madres en instrucción y ante el plenario. "Pone de manifiesto la existencia de un relato no coherente en el propio núcleo de la narración", advierten.
La madre no reaccionó de forma "inmediata y directa"
La sentencia también pone su énfasis en la "ausencia de una reacción inmediata y directa" de esa madre ante lo que afirma haber presenciado. "Agrietan seriamente la fiabilidad de su testimonio", destacan sobre una mujer que consideran que en su declaración dio la imagen de una "persona segura de sí misma, asertiva, de fuerte carácter; desde luego muy alejada de la personalidad tímida o insegura".
"Los actos que atribuye al acusado en su testimonio no eran ambiguos sino de muy claro contenido sexual. No eran actos embebidos en juegos de contacto físico cuya significación pudiese ser ambivalente. Pese a ello, la testigo no reaccionó inmediatamente reprobando al acusado sino que decidió preguntar antes a su hijo y al otro menor, tratar de sonsacarles para que confirmasen las sospechas despertadas", analiza el tribunal.
La sentencia también explica como contexto que la denuncia se presentó dos días después de los hechos y tras haberse registrado un tenso incidente con la familia del acusado. Los magistrados decidieron absolver al acusado ya que "no han quedado acreditados" los abusos "más allá de toda duda razonable". Entienden que el "carácter, la orientación sexual y su infantil tendencia a jugar con menores, provocaran sospechas que transitaron por círculos vecinales y que finalmente dieran lugar a interpretaciones erróneas de ciertas conductas lúdicas de significado inocuo".
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