La Brigada Móvil de la Policía Nacional ha detenido a una quincena de personas, en su mayoría peruanos, que formaban una organización criminal que se dedicaba al robo de teléfonos en el Metro de Madrid. Los ladrones llamaban a las víctimas y les prometían que en unas horas quedaban y recuperaban sus dispositivos. Una treta para ganar tiempo ya que de forma paralela usaban las tarjetas bancarias de los usuarios para comprar de forma fraudulenta, según explican fuentes de la investigación a Vozpópuli.
Esta banda estaba formada por ocho hombres y siete mujeres y tenían un amplio espectro de edades. El mayor tiene 58 años mientras que el más joven de ellos 23. Principalmente estaba compuesta por peruanos pero también hay españoles y ucranianos. Se les considera responsables de los delitos de estafa, hurto, blanqueo de capitales y grupo criminal, alcanzando un perjuicio económico de 25.000 euros.
La investigación arrancó el pasado mes de mayo, tras relacionar varios hurtos de teléfonos móviles en la red de transporte público madrileña con transacciones fraudulentas, utilizando datos personales contenidos en dichos terminales. Los integrantes de esta organización criminal se movían y actuaban en todas las redes del Metro de Madrid.
Los ladrones llamaban a las víctimas
Como nota diferencial, los agentes de la Brigada Móvil detectaron que las víctimas de estos hurtos tardaban varias horas en bloquear el acceso a su teléfono móvil o en dar de baja las cuentas bancarias asociadas a éste, margen de tiempo durante el cual recibían diversos cargos fraudulentos. Las pesquisas policiales lograron establecer un modus operandi común a estas sustracciones por parte de los ladrones.
En concreto, los investigadores tuvieron conocimiento de que las víctimas no daban de baja sus cuentas personales inmediatamente después de ‘perder’ su teléfono móvil porque recibían una llamada de un desconocido que les indicaba que lo había encontrado casualmente. A través de dicha llamada, les proponían una cita para devolvérselo en las próximas horas. Una vez se acercaba el encuentro, la víctima recibía una nueva llamada del poseedor de su teléfono aplazándolo con cualquier excusa.
Carteristas y ciberdelincuentes
Este margen de tiempo era aprovechado por los presuntos ladrones que, en realidad, habían sustraído el teléfono de la víctima y mediante este engaño ganaban tiempo para realizar diversas transacciones fraudulentas con los datos obrantes en sus cuentas bancarias. Para ello, contaban con expertos informáticos que burlaban los códigos de seguridad de los terminales y, posteriormente, hacían compras, tanto online como presenciales, utilizando las aplicaciones de pago telemático del terminal.
Las gestiones policiales permitieron identificar a los integrantes de un grupo criminal, entre las que se encontraban individuos especializados en el hurto al descuido de carteras y teléfonos móviles en la red de Metro, así como miembros con grandes conocimientos en ciberdelincuencia para evitar las medidas de seguridad de los dispositivos sustraídos. Todos ellos fueron arrestados la primera semana de septiembre en un dispositivo policial desplegado en diferentes localidades de la Comunidad de Madrid.
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