"Sabéis que os vais a anotar un buen tanto, estaba todo montado desde hace un mes". Así reaccionó un hombre que tenía en su casa cerca de 300 plantas de marihuana, antes de ser detenido por la Policía Nacional. Los agentes descubrieron el negocio de este madrileño porque los vecinos del edificio, en el distrito de Latina, avisaron tras escuchar un episodio de malos tratos, según adelantan fuentes policiales a Vozpópuli. La mujer había sido golpeada de forma violenta por su pareja y tenía miedo de su familia: "Me van a matar".
La intervención fue realizada durante la tarde del pasado 1 de diciembre por agentes de la Policía Nacional del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de la Comisaría de Latina, con el apoyo de funcionarios de la Policía Municipal de Madrid. El escenario de la misma fue el octavo piso del número 1 de la calle Cullera. Una zona conflictiva que es conocida de sobra por los efectivos de seguridad.
Plantación de un conocido clan familiar
Así, los policías detuvieron en el lugar a Jesús V.V., español de 30 años, y Oumaima B., una marroquí de 26 años. Se da la circunstancia de que el varón es un miembro de un conocido clan familiar que ha protagonizado numerosos hechos delictivos.
Los agentes fueron alertados por los vecinos. Escucharon una discusión dentro de una vivienda entre varias personas con ruidos de muebles y objetos. Por ello, acudieron a la zona. Nada más salir del ascensor, en el rellano, detectaron ya un fuerte olor marihuana.
Cuando llamaron a la puerta del domicilio, les abrió Oumaima. Estaba muy nerviosa y tenía un labio un poco hinchado, según fuentes policiales. La joven manifestó a los policías que había discutido con su madre que estaba en Londres. Los agentes desconfiaron de esta versión y solicitaron a la joven que les enseñara la llamada o los mensajes que respaldaran su versión. "No es posible", admitió a los funcionarios.
"No tengo nada que ver"
La chica aseguró en varias ocasiones que se encontraba sola, una información contradictoria a merced de los datos que tenían los agentes por el aviso de los vecinos al 091. En un primer momento, negó la entrada al domicilio a los funcionarios. La presencia policial generó "cierto revuelo" en el edificio ya que la mayoría de los moradores son de un conocido clan de etnia gitana.
Por ello, también se personó en el piso un refuerzo de Policía Municipal para ayudar en la intervención. En ese momento, salió del domicilio Jesús V.V. con "actitud chulesca y agresiva". Reconoció a los policías que "habían discutido pero eran cosas de pareja".
Al separar a los novios, la mujer comenzó a llorar y desveló que su pareja le había agredido, como en anteriores ocasiones, y dijo de forma espontánea que "no tenía nada que ocultar". "No tengo nada que ver con eso", afirmó a los agentes a los que finalmente dio permiso para entrar en el inmueble.
La plantación de marihuana
Los policías accedieron con la chica al interior y descubrieron que los dos dormitorios de la vivienda eran en realidad una gran plantación de marihuana con cerca de 300 plantas, con extractores, lámparas y sistemas de riego. Con ello, los agentes decidieron detener por tráfico de drogas a la pareja.
El arresto de ambos provocó una gran intranquilidad a la joven marroquí. "Me van a matar", expresó a los funcionarios por el miedo que tenía a las posibles represalias de su novio y de su familia, que copa gran parte de las viviendas del edificio de la calle Cullera.
Jesús, antes de ser detenido, confesó a los policías que "se iban a anotar un buen tanto y que tenía montado todo desde hace un mes", en referencia a la gran plantación de marihuana. Un indicativo del Samur-Protección Civil atendió a la mujer. Tras la tensa intervención, los agentes regresaron al domicilio, que estaba cerrado, para custodiarlo.
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