Entre cantantes, paradas, penas y glorias, miles de personas se cruzan en el Metro de Madrid cada día. 571,6 millones de viajeros, para ser exactos. Aunque hay más. La red subterránea está revestida por una poderosa marca formada por propuestas culturales, más de 7.000 empleados, 302 estaciones y casi 2.400 coches, entre otros. Pero también trabaja en nuevos horizontes. Como la gran pantalla: está en conversación con varias productoras para lanzar una serie. Porque los andenes y los vagones pueden ser el escenario de historias fabulosas y también de una realidad tan cotidiana que en cualquier material gráfico nos reconocemos. Tanto, que también han visto su 'mina de oro' los 'influencers' para intentar sacar tajada.
Y atentos al chascarrillo: últimamente están llegando propuestas de jóvenes con miles de seguidores en redes sociales que proponen a Metro Madrid promocionarles en sus perfiles. Una buena iniciativa, sin duda. Es una buena ocasión para conectar con el público joven, una aspiración que tienen todas las marcas y también en especial la empresa que gestiona la movilidad en la capital. Sería un buen negocio si no fuera porque desenmascara cómo funciona el 'mundillo', dejando estampas curiosas. Por ejemplo, que un chaval con 30 mil seguidores pida 1.000 euros por una story o 3.000 por un reel. A Metro de Madrid no le ha convencido y está declinando las propuestas.
Las cifras elevadas ya se sabían. Pero no se trata de una María Pombo o Dulceida, sino de perfiles 'conocidillos' que buscan la ocasión de poder lucir una marca ya de por sí conocida. Aunque las tarifas no deben asustar, es así como funciona el circuito. Como sea, si lo piden es porque les sale bien y, sobre todo, porque hay marcas que lo pagan. La realidad sigue siendo esa: unos cuantos reels y 'ya estaría', a la hucha una cantidad que asciende a cualquier nómina joven de este país.
Y no es nada malo, el problema viene cuando además van a negociar con representante. Porque han ido a negociar al Metro de Madrid con representante. Y decimos problema por los 'aires' que da tener alguien que te representa. La categoría de 'famoso' es tal que uno ya es Messi, y le tienen que representar, no puede hacerlo él mismo. Bueno, uno ya no es, sino que se lo cree. Repetimos: jóvenes veinteañeros, que no llegan al millón de seguidores, y llaman a la puerta para cobrar 3.000 euros por grabar(se) con el móvil poco más de un minuto. 90 segundos para ser exactos, que es lo que dura un reel. Próxima parada: el descaro.
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