Dos ambiciosas reformas de la ciudad de Madrid comenzarán a tomar forma prácticamente al mismo tiempo y en puntos espaciales que incluso llegan a tocarse. Poco después del inicio de 2018 darán comienzo las obras de la Plaza de España, cuya renovación estudiaron las distintas corporaciones municipales de la capital en los últimos años, y también las de la transformación de la Gran Vía en un espacio casi peatonal. Con una afluencia media diaria de unos 50.000 vehículos, el caos en el tráfico de la capital está asegurado.
Apenas retirados los adornos navideños, en febrero está previsto el inicio de las obras en Gran Vía, consistentes en ampliar el espacio de las aceras para hacer de una de las principales arterias de la capital un lugar más propicio para el discurrir de los viandantes. Como consecuencia de esto, el lugar destinado a la circulación de vehículos se verá reducido a un carril por sentido, por el que podrá circular el transporte público, proveedores comerciales y residentes.
Un trabajo presupuestado en algo más de 9 millones de euros que, además, se verá completado por la adecuación de hasta 11 plazas próximas al entorno de Gran Vía, con lo que se completará todo un cambio de aspecto del viario que recientemente cumplió su primer centenario.
El cierre parcial de la Gran Vía, cuyo ensayo general se llevó a cabo durante las pasadas fiestas de Navidad, formará parte también de la puesta en marcha de la restricción a la circulación de vehículos privados en la almendra central de la capital, que será efectiva a partir de junio de 2018.
Críticas de la oposición
La Gran Vía desemboca en la emblemática Plaza de España, cuyas obras para su transformación están previstas para abril. Tras el proceso de participación ciudadana para elegir el modelo que finalmente se seguirá para la renovación del espacio, los planes definitivos para acometer la remodelación fueron expuestos por el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo, en la última comisión del área, celebrada el pasado miércoles.
Calvo confirmó la fecha del comienzo de la obras y su coincidencia con las de Gran Vía, a lo que hay que añadir como tercer elemento las del Edificio España, situado en la cabecera de la plaza y cuyos trabajos de adecuación para albergar un hotel de la cadena Riu, nueva propietaria del inmueble, acaban de empezar.
La confluencia de Gran Vía con la Plaza de España es uno de los puntos de acceso al centro de Madrid más concurridos, lo que hará que la entrada a la capital se complique de forma notable a partir de comienzos del próximo año. Los partidos de la oposición han criticado al equipo de gobierno del consistorio al considerar que no han articulado suficientes alternativas para que los ciudadanos puedan salvar esta circunstancia.
Zonas afectadas
La oposición también previene sobre la circunstancia que puede darse no sólo en el lugar en el que confluirán las obras sino también en los alrededores, adonde irán a parar los vehículos que no puedan acceder a las calles cortadas por los trabajos de remodelación de Gran Vía y Plaza de España.
Además, en el caso de la primera del veto para la mayoría de los vehículos privados será ya permanente a partir de junio. En prevención de esta circunstancia, el Ayuntamiento licitó una serie de aparcamientos disuasorios en las afueras de la capital, aunque los planes para su construcción están dilatándose más de lo previsto.
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