"Tira para dentro". Esas fueron las únicas tres palabras que escuchó O. cuando acudió la semana pasada a abrir el banco donde trabaja en Móstoles (Madrid). Mientras las pronunciaba su asaltante este madrileño notó un "objeto duro" en el costado. Sin pensar en el peligro que su vida corría, este empleado se dio la vuelta y empujó a este ladrón para abortar sus delictivas intenciones. La rápida y perspicaz actuación de la Policía Nacional permitió que este hombre y su cuñado fueran detenidos en las inmediaciones, según adelantan fuentes policiales a Vozpópuli. Ambos ya han ingresado en prisión provisional acusados de robo con violencia y tenencia ilícita de armas. Los agentes les intervinieron dos pistolas.
Este intento de robo fallido en plena Semana Santa tuvo como protagonistas a dos cuñados: J.M.C., español de 50 años, y J.C.M., español de 35 años. Uno de ellos no tenía antecedentes pero su familiar contaba con unos pocos atracos. Tenían en su poder dos pistolas, una de fuego real y la otra detonadora. Precisamente, la Policía Científica analiza si esta arma estaba modificada y habilitada para disparar.
Ambos planearon durante semanas el robo en una oficina de Caja Rural de Extremadura, ubicada en el número 44 de la Avenida Iker Casillas de Móstoles. Realizaron vigilancias previas y entraron en el interior para conocer a fondo el banco que pensaba robar. También reunieron el material necesario porque estos delincuentes pensaban practicar el método que policialmente se denomina "primera hora amarre".
Este 'modus operandi' consiste en atar con bridas al primer trabajador del banco que llega a la oficina bancaria y esperar a que le facilite el acceso a la caja. Si no da tiempo a huir y llega un segundo empleado, los delincuentes también "amarran" a esta persona. "Van engrilletando a los trabajadores hasta que pueden acceder a la caja", explican fuentes policiales.
El intento de robo en el banco
Estos dos peligrosos cuñados decidieron actuar la mañana del 26 de marzo. A las ocho de la mañana se establecieron en sus posiciones esperando que abriera el banco el primer trabajador. Este empleado, español de 50 años, explicó así el asalto a los investigadores. "Un varón joven con barba poco poblada quien se encontraba apoyado en la pared se ha abalanzado hacia él por la espalda y tras colocarle un objeto duro en el costado, le decía: tira para dentro. Ante esto, se ha dado la vuelta y ha empujado a este varón, momento en el que ha salido corriendo en compañía de otro hombre", detalló ante los policías.
Un hecho que a simple vista puede parecer fácil pero que puso su vida en peligro. No sabía que el asaltante portaba una arma de fuego. Sin embargo, dio una pista a los agentes que a la postre sería fundamental: en los momentos previos a los hechos observó un hombre más mayor mirándole en la acera de enfrente.
Con esta información, y con la descripción de los dos autores del intento de robo al banco, otra patrulla de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Móstoles se desplazó a las inmediaciones para intentar localizar a los ladrones. Su experiencia policial les llevó al sitio por donde podrían tratar de huir los delincuentes: la estación de RENFE El Soto.
Cuando llegaron a la instalación, observaron en el aparcamiento a dos hombres conversando entre dos vehículos. No les dieron buena espina. Además, coincidían con las características físicas y vestimenta que les aportó la emisora. Cuando se dirigieron hacia ellos, el más joven, arrojó una mochila negra debajo de un coche. Intentaron salir por separado andando deprisa en dirección contraria a los agentes. No pudieron recorrer muchos metros.
La detención de los cuñados
Estos dos cuñados respondieron de forma incongruente al funcionario que les preguntó. El compañero de este agente intervino la mochila y comprobó que tenían dos pistolas, bridas, las llaves de un vehículo y demás efectos que se usan para inmovilizar a las víctimas.
En el traslado de uno de los detenidos a las dependencias policiales manifestó de forma espontánea que "había quedado con su cuñado para atracar el banco y que las armas eran de su cuñado". En menos de una hora, en 55 minutos, los ladrones ya se encontraban en los calabozos a la espera del pase a disposición judicial.
El Grupo XIII, especializado en Atracos, de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid se desplazó a la zona para practicar la comparecencia de los agentes y entrevistarse con el empleado del banco. La Policía Científica también se encuentra analizando las dos pistolas intervenidas. Gracias a esta intervención, los agentes de Móstoles consiguieron que el juez decretara prisión provisional para estos dos cuñados, que estarán un tiempo alejados de las entidades financieras.
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