El intento de asesinato de Alejo Vidal-Quadras estuvo planificado al milímetro. Los autores conocían donde vivía el fundador de Vox y su hábito de hacer deporte por la zona cercana a su domicilio. Decidieron actuar un jueves festivo en Madrid porque pensaba que no iban a tener testigos del disparo. O al menos que menos ojos iban a poder delatarles. Esa sospecha ha llevado a los investigadores a rastrear las cámaras de la calle Núñez de Balboa de días anteriores para tratar de identificar a los sospechosos que realizaban vigilancias al expolítico, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.
Los investigadores ya han revisado las cámaras de seguridad de la zona. El autor del disparo en todo momento llevaba el caso de la moto negro y no se lo quitó. Llevaba varios minutos rondando las inmediaciones del domicilio de Vidal-Quadras. Sabía que la calle Núñez de Balboa está infestada de videovigilancia y no quería correr riesgos.
Las cámaras de Núñez Balboa
Esa pista lleva a los agentes a sospechar que los implicados eran profesionales y que habían planificado el asesinato del fundador de Vox. Por ello, los investigadores están siguiendo todos los pasos de Vidal-Quadras en las últimas semanas para tratar de identificar a estas personas. Consideran que en algún momento fueron captados por las cámaras en las vigilancias estrechas que desarrollaron en la zona.
El principal objetivo es conseguir el momento en el que bajaron la guardia. La descripción facilitada por los testigos y las imágenes del atentado no ayudan a esta misión. Tampoco la Yamaha localizada calcinada en un descampado de la A-42 en Fuenlabrada.
Las cámaras de tráfico reflejaron todo el recorrido de fuga de los dos sospechosos. Sin embargo, no es posible identificar a los mismos ya que lo hicieron a gran velocidad gracias a la cilindrada del vehículo que usaron. Otra muestra más de la planificación. No dejaron huellas y la quemaron para destruir cualquier posible evidencia.
Los pasos de Vidal-Quadras
Lo que sí tienen claro los investigadores es que en Fuenlabrada contaron con la ayuda de terceras personas para refugiarse. Eso abre dos vías posibles: que permanezcan ocultos en un piso de la región o que se hayan escapado en ese mismo momento fuera de Madrid. Por el momento esta decisión se desconoce.
De forma paralela, la Policía Nacional ha reforzado la vigilancia en el Hospital Gregorio Marañón donde permanece ingresado Alejo Vidal-Quadras tras su intento de asesinato, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Los agentes están en todos momento custodiando la zona del centro donde se recupera el fundador de Vox y también revisan de forma periódica los puntos críticos para controlar su perímetro de seguridad.
Los investigadores consideran "altamente improbable" que los responsables del plan para matar a Vidal-Quadras intenten de nuevo acabar con su vida pero consideran que todos los esfuerzos son pocos para preservar su integridad. Estos dispositivos son habituales cuando detrás de un intento de homicidio se encuentran sicarios u organizaciones criminales. Incluso se llevan a cabo cuando hay heridos de bandas latinas por 'caídas'.
La vigilancia del hospital
Así, los policías desplegados en el hospital tienen el cometido de controlar cada milímetro del Gregorio Marañón. Todos los accesos están vigilados y también los puntos críticos como las salidas de emergencias o las escaleras del interior del complejo. Esta circunstancia se produce en un momento de tensión ya que los 'ejecutores' del plan fallaron y lo saben.
La principal vía de investigación, sin descartar otras, es la implicación del régimen iraní. No es casualidad. El propio Vidal-Quadras expresó a los médicos sus sospechas. Los sanitarios lo pusieron rápidamente en conocimiento de los policías.
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