Lo que parecía imposible en una sociedad desarrollada como la española: no hay vacunas para algunas enfermedades. Ocurre como en tiempos de la postguerra donde había que traerlas de contrabando de Gibraltar o paraísos fiscales.
Esta situación se ha venido produciendo en toda España el desabastecimiento de algunas importantes vacunas, tanto las incluidas en el calendario de la sanidad pública como en las no incluidas. Una de las que no se encuentra es la de la Meningitis B. No es obligatoria y como tal el ciudadano que lo desea la puede comprar en una farmacia con receta del médico. Pero en las boticas no hay, se han acabado las existencias.
Las respuestas a esta situación van desde quien considera que la producción la han acumulado los hospitales privados hasta los que piensan que es una maniobra del laboratorio para exigir que entre en las vacunas obligatorias.
El mismo Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid hizo un llamamiento hace unos días a las autoridades sanitarias “para resolver lo antes posible el grave problema de abastecimiento que afecta a la vacuna contra el meningococo B del fabricante GlaxoSmithKline (GSK)”. La falta de productos ha provocado, según reconocen algunos farmacéuticos y el propio colegio, que se haya abierto una lista de espera para comprar una dosis.
Los farmacéuticos de Madrid han instado al fabricante “a poner todos los medios al alcance para cubrir la demanda”. Esta advertencia la hacen a pesar de no estar incluida en el calendario común, pero sí que está recomendada por la Asociación Española de Pediatría. Los farmacéuticos afirman que se está desviando el stock existente a los hospitales y anuncian “un seguimiento mensual sobre las faltas de suministro notificadas por las oficinas de farmacia para su remisión a las autoridades sanitarias”.
Hay médicos que afirman que España está demandado más de lo que necesita, pues se consume aproximadamente un 20% de la producción mundial lo que demostraría que hay un exceso de peticiones. Una farmacéutica reconocía a este periódico que la situación se viene produciendo de manera reiterada hace dos meses y “hasta hace 15 días el laboratorio no nos ha dicho que hay problemas de fabricación”. Se cree que hasta dentro de seis meses no se normalizará el suministro.
Otras faltas
Otra de las vacunas que faltan son las del tétanos, tosferina y difteria. En el caso de la tosferina, ante la falta de producto, se está vacunando a los grupos de riesgo, especialmente a las mujeres embarazadas para prevenir la enfermedad en los niños recién nacidos.
La Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid redactó una circular para los centros de salud en la que les alertaba por la falta de producto contra el tétanos. De hecho se han suspendido algunas dosis de recuerdo y las que hay se van a reservar para las personas que han tenido heridas y la necesitan por razones claras.
El suministro se ha concentrado en el Centro Regional de Vacunación, de la calle General Oraá, que será el encargado de evaluar si el paciente la precisa o no, siempre justificado con un informe médico. El propio Gobierno de la Comunidad de Madrid ha reconocido hace unos días que se está produciendo una situación de desabastecimiento internacional y hay una clara falta de stock.
Algunos técnicos afirman que los laboratorios tienen poca producción y están apostando por los mercados que mejor pagan. En todo caso recuerdan que el Gobierno, con el Ministerio de Sanidad, puede exigir a las comunidades autónomas que aún tienen stock de algunos de estos productos que los compartan con todo el Estado. La industria farmaceútica ha preferido no opinar sobre este problema “que atañe a los laboratorios”.
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