El tráfico de vehículos de la Gran Vía de Madrid tiene los días contados, y los primeros cambios llegarán en cuestión de semanas. A partir del 1 de diciembre, el Ayuntamiento de Madrid reducirá de tres a dos carriles por sentido, ganando espacio en las aceras para el tránsito de los peatones.
En época navideña, es una de las calles más concurridas de la capital, y este primer cambio permitirá a los ciudadanos "irse adaptando a lo que será la Gran Vía", según Inés Sabanés, delegada de Medio Ambiente y Movilidad.
Con la operación se ganarán 5.400 metros cuadrados para zona peatonal. Los carriles estarán limitados a 30 km/h, y uno de los carriles estará destinado a autobuses y taxis. "El Ayuntamiento quiere garantizar la seguridad vial de los peatones, y la circulación prioritaria de los vehículos de emergencia, de los servicios públicos y residentes, así como hacer más agradable la visita al centro de la ciudad para residentes y visitantes", explican fuentes municipales.
Además, las vallas utilizadas para separar las aceras de los vehículos serán permanentes y más "robustas" de lo habitual, de hormigón y de 800 kilos cada una, según ha explicado el delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo.
Por primera vez, estos cambios se mantendrán una vez pasadas las fiestas, hasta que comiencen las obras de ampliación de aceras previstas para los primeros meses de 2018. Sin embargo, la prohibición de que los camiones de más de 3.500 kilos circulen sólo se mantendrá hasta el 7 de enero.
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