El 12 de febrero de 2005 el cielo de Madrid se teñía de humo y ceniza. La torre Windsor, en pleno corazón de la capital, ardía en llamas ante el asombro de los transeúntes. La labor de los bomberos fue clave en su extinción, y a pesar de contar con alrededor de 2.000 trabajadores -gran parte de ellos empleados de la auditora estadounidense Deloitte-, ninguno de ellos sufrió daños, como tampoco hubo víctimas mortales.
Veinte años después, son muchas las dudas y sombras que aún se ciernen sobre el incidente. El archivo del caso en 2011 dejaba numerosas preguntas por resolver, como las dos personas avistadas en el interior del edificio con trajes ignífugos una vez el fuego había sido sofocado y el equipo de bomberos ya había abandonado el inmueble. Así, la cuestión más popular no ha podido ser respondida: ¿el incendio fue un accidente o fue provocado?
Hipótesis y teorías
El avistamiento de dos sombras en el interior de la estructura hizo que surgiera una nueva teoría: las llamas podían haber sido provocadas. Además, en esta línea hay varios indicios que podrían apoyar la teoría. El primero de ellos fue el hallazgo de un candado forzado; el segundo, la aparición de un butrón en los bajos de la torre. Pero además de esto, la aparición de un segundo incendio causó dudas en el jefe de seguridad y emergencias de la sede central del Ministerio de Fomento, muy próximo a la torre.
Aquel sábado 12 de febrero, José Luis Gómez Calvo estaba en su casa, no muy lejos de la torre. Fue hasta el lugar andando -habían cortado el tráfico- y se encontró con un espectáculo "dantesco". Tras llegar al lugar, Calvo fue testigo de la aparición de un segundo incendio horizontal que aparecía justo cuando el incendio principal parecía controlado. "Fue lo que acabó ya con todo el edificio y con las perspectivas que en principio parecía que se iban a lograr de que la parte más baja pudiera sobrevivir", añade el experto.
Destrucción de documentos
Finalmente, es imposible hablar del incidente sin hablar de los problemas legales que atravesaba la agencia FG Valores. Muy convenientemente, el incendio ocurría tan solo una semana antes del día que debía celebrarse la vista solicitada por la Fiscalía Anticorrupción. En esta se debían presentar los documentos que, en aquel momento, se encontraban en poder de Deloitte, y que quedaron reducidos a cenizas al igual que el resto del edificio.
Respecto a esta polémica, el conocido ladrón Jon Imanol Sapieha Candela el Sapo -delincuente que se ha hecho con varias obras de autores como Goya, Sorolla o Brueghel por valor de 200 millones de euros-, reivindica la autoría del incendio y afirma que las dos personas avistadas en el interior del Windsor eran parte de su equipo, que trabajaba para eliminar dichos documentos. Aún así, no se ha determinado si su testimonio es fiable, ya que los Bomberos e informes sobre la no intencionalidad del fuego afirman que las sombras tan solo eran un reflejo.