La familia de Víctor Tapiador lleva luchando desde hace meses contra la inacción de la justicia. Es más, esperan, desde hace cuatro, para que se tramite el recurso de apelación contra el archivo del caso que está elevado a la Audiencia Provincial de Madrid. De forma paralela, sus allegados siguen sin tener novedades de una desaparición que consideran forzosa y de la que aún no tienen respuestas, según informan fuentes de su entorno a Vozpópuli.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Aranjuez archivó provisionalmente el procedimiento al no detectar indicios de criminalidad pero sus padres han recurrido este auto, según aseguró a Vozpópuli el abogado de la familia, Juan Manuel Medina. Llevan cuatro meses de inacción judicial ya que el caso se ha elevado a la Audiencia Provincial de Madrid que aún no ha dado respuesta al recurso.
Y es que la Policía Judicial no puede avanzar en la investigación de la desaparición de Víctor Tapiador porque el juez no les da acceso a las diligencias que solicitan. Entre ellas se encuentra el volcado completo del teléfono del joven de 25 años con la información correspondiente de las llamadas entrantes y salientes.
También pidieron acceder a las cuentas bancarias por si se hubiera producido algún movimiento en los últimos meses o en los días previos a su desaparición. "Nosotros seguimos pidiendo que se deje trabajar a los investigadores", explican a Vozpópuli fuentes de su entorno.
La familia pide que este caso no caiga en una "vacío legal" y están convencidos de que la marcha de Víctor es una "desaparición forzosa" y que le han hecho "algo malo". "Solo se puede resolver si hay una investigación profunda y que se conozca con quién tomó Víctor su último café", relatan.
Las últimas imágenes de este joven, tomadas por una cámara de seguridad de un supermercado, reflejan como aparcó y se marchó. Se da la circunstancia de que Víctor había quedado, como todos los años, un día después con su tía para hacer el mantenimiento de sus coches y también estaba ilusionado con la organización de un torneo benéfico de pádel.
La última pista en Aranjuez
En todas las fotos que se conocen de Víctor sale con una sonrisa de oreja a oreja. "Estaba muy ilusionado con su nuevo trabajo, con un torneo de pádel solidario que estaba organizando...", son frases que no dejan de oírse en su entorno, que no encuentran una explicación para indagar en qué sucedió la noche del 8 de marzo.
Ya han pasado más de dos meses del día que este joven envió un mensaje a su madre: "Estoy tomando café, ya subo". Eran las seis de la tarde y este integrador social se encontraba en un bar acompañado de un amigo. Desde ese momento no contestó a los mensajes ni a las llamadas reiteradas de su madre. Se desconoce cuál fue su recorrido hasta la medianoche.
Su última pista es la cámara de un supermercado cercano a su casa, a pocos cientos de metros, que le grabaron cómo aparcaba su coche en el aparcamiento del comercio que estaba cerrado. Volvió una vez más a su coche para dejar la chaqueta que llevaba, por esa época hacía frío, y se encaminó a la rotonda por la que se entra a Aranjuez desde la A-4. Dejó las llaves de su casa en su vehículo pero se llevó su documentación y su teléfono móvil. La señal de este dispositivo se apagó a las 2.46 horas. Mantuvo conversaciones con personas durante ese tiempo que no han salido a la luz.
"Se subió a un coche con otra persona"
En ese punto se inician las sospechas de una marcha forzada por parte de la familia. "La versión que nos concuerda es que quedó y se subió al coche de una tercera persona", detalló a Vozpópuli Jorge Sabugal, primo hermano de Víctor Tapiador y que está siguiendo de cerca su desaparición.
El suicidio o que se marchara de Aranjuez no es una hipótesis creíble para la familia ya que tenía una vida estable. Se encontraba muy ilusionado por su nuevo puesto de trabajo indefinido en el Hospital de Ciempozuelos donde iba a compartir labor con su padre.
Desde que su madre denunció la desaparición de su hijo, las fuerzas de seguridad están buscando por los terrenos cercanos al lugar donde se perdió su pista. De momento no han conseguido recabar las diligencias suficientes para saber qué pasó. Por todo ello, la Policía Nacional concluyó que se trataba de una desaparición voluntaria y que no había indicios de criminalidad.
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