Un preservativo y el testimonio de vecinos. Con estos pocos datos la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Madrid tuvo que investigar una denuncia de violación. En un principio se llegó a sospechar que la presunta agresión se cometió bajo los efectos de la sumisión química. Los agentes desarrollaron durante meses diligencias que acabaron demostrando que las relaciones sexuales fueron consentidas. Un juzgado madrileño ha decidido el sobreseimiento del caso, según un auto al que ha tenido acceso Vozpópuli.
Este suceso se remonta al 4 de junio de 2022. Un hombre encontró a la mujer semidesnuda, sin falda, con las bragas bajadas, llorando desorientada y sin recordar nada de lo que había sucedido. Eran las siete de la mañana a la altura del número 12 de la Avenida del Mediterráneo en el distrito de Retiro. Hasta el lugar se desplazó una patrulla de la Policía Nacional y una ambulancia del Samur-Protección Civil.
La supuesta víctima, peruana de 41 años, aseguró tener breves recuerdos de haber estado forcejeando con un hombre. El informe de los sanitarios aclaró que no sufrió lesiones en sus partes íntimas, a pesar de que se sintió víctima de la violación. El Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid abrió un procedimiento con las diligencias previas.
La UFAM de la Policía Nacional tomó el mando de la investigación para la cual no contaban casi con datos por las lagunas que vivió la mujer. Unas pesquisas que se presentaban difíciles pero exprimieron al máximo todas las pruebas que tenían sobre la mesa, entre ellas un preservativo usado frente a un portal.
La investigación de la violación
En un primer momento se entrevistaron con las dos chicas con las que salió de fiesta la mujer esa noche. Se conocían porque era clienta de un bar donde trabajaban. Habían estado esa noche en la discoteca Ozona, ubicada en el número 12 de la Avenida del Mediterráneo, a escasos metros de donde fue localizada la denunciante de la violación. Ellas se fueron antes mientras que la denunciante se quedó en la sala.
Con esa pista, los funcionarios requirieron las cámaras del portal de la sala de ocio nocturno donde pasaron la noche, de dos edificios de la zona, de una clínica veterinaria y de un estanco. Todos los negocios tenían imágenes de lo que sucedió aquella madrugada. Después, los agentes se entrevistaron con vecinos del edificio más cercano a donde fue localizada la mujer.
Uno de estos residentes, que bajó a la calle a las 5:45 horas a tirar la basura, confesó haber escuchado voces de dos personas en el descansillo del complejo. Observó a esta chica tumbada durmiendo en el descansillo, semidesnuda, y llamó al 112.
También tomaron testimonio al novio de la mujer que denunció la violación. Semanas después aseguraba que seguía sin recordar nada de lo sucedido esa noche. De forma paralela, la Policía Científica analizó el preservativo que fue localizado cerca del lugar donde ocurrieron los hechos. Encontraron una huella pero no había registro de su dueño en la base de datos policial. Finalmente este condón no tenía nada que ver con la denuncia que estaban investigando.
Los vídeos fueron claves
La llegada de los vídeos de las cámaras de seguridad cambiaron por completo el panorama del caso. Tardaron casi seis meses en llegar a las manos de la UFAM. El 13 de diciembre de 2022 se llevó a cabo el visionado y los agentes cercaron a dos sospechosos que pudieron ser identificados gracias al pago con tarjeta de la entrada en la discoteca. El principal investigado era un hombre joven ecuatoriano de 28 años.
Los agentes de la UFAM al comprobar las imágenes concluyeron que no quedaba acreditada la comisión de ningún ilícito penal de naturaleza sexual. Las cámaras siguieron el recorrido del joven y de la denunciante de violación y aclararon que ambos salieron de la discoteca juntos y se metieron en un portal donde mantuvieron relaciones sexuales consentidas.
El 13 de junio de 2023 la denunciante de la violación acudió a declarar ante el juzgado y reiteró su versión sobre la agresión sexual. La defensa del joven investigado, ejercida por Beatriz Uriarte, solicitaba de igual forma el archivo del caso.
No obstante, el procedimiento siguió latente hasta el 8 de enero de 2024 cuando el Juzgado de Instrucción número 12 de Madrid emitió un auto en el que decretó el sobreseimiento provisional y el archivo de las actuaciones por esta violación, sin perjuicio a que el joven pudiera tomar acciones civiles por la misma.
BEARCATF6
Y por qué puñeta la fiscalía no actúa de oficio contra esta petarda por falsa acusación. Payasos...
Andrrresito
Según el redactor: "(los policías) exprimieron al máximo todas las pruebas (...), entre ellas un preservativo usado frente a un portal"
Rekaldeberri
No es descabellado pensar que está mujer tuviera en mente el acceso a las ayudas como víctima de agresión sexual.
Apeiron
No es muy distinto este caso del de la manada. A ellos los crucificaron a pesar de que los vídeos y sus testimonios ofrecían serias dudas de que las relaciones no fueran consentidas, pero bastó con la declaración de la denunciante y la campaña de prensa. Por fortuna para este chaval: su caso no ha sido utilizado políticamente (tal vez no interesó porque es un ecuatoriano con rasgos indígenas? Porque no olvidemos que los progresistas son muy racistas con los blancos y además antisemita), la policía hizo bien su trabajo y además dió con un juez que se limitó a hacer su trabajo. Porque sino me temo que habría padecido el mismo calvario de tantos españoles que han sido condenados injustamente y de forma inconstitucional, por razón de su sexo y por tener la mala fortuna de cruzarse en su camino con una mujer sin escrúpulos ni atisbo de humanidad y con un juez activista.