Preocupados por el ERE adelantado este martes por Vozpópuli que amenaza el puesto de trabajo del 45% de la plantilla, los 86 empleados que ejercen en Madrid Espacios y Congresos (Madridec) han hecho gala de mutismo desde que se produjo el suceso del Madrid Arena, el trágico festival en el pabellón municipal que acabó con la vida de cinco chicas el pasado 1 de noviembre. Empresa gestora de, entre otros, el Madrid Arena, el fatal acontecimiento ha dejado en muy mal lugar al ente local, que además se encuentra atrapado por la deuda de 300 millones de euros heredada de la etapa de Alberto Ruiz-Gallardón. Pero el silencio de los operarios no es suficiente para el Ayuntamiento: por orden de Ana Botella, Cibeles quiere evitar que se filtren más noticias desagradables a los medios de comunicación.
Según varias fuentes de la oposición municipal, Madridec ha enviado por correo electrónico a todos los empleados una cláusula que recoge explícitamente la prohibición de hablar con la prensa. La notificación, enviada hace tres semanas, debe ser firmada por cada uno de los 86 operarios. Cuentan las mismas fuentes que lo que persigue el organismo municipal es “impedir que salgan a la luz no solo datos de las inversiones ruinosas realizadas durante los años de alegría urbanística y ensoñaciones olímpicas –periodo directamente vinculado al mandato de Gallardón-, sino también detalles incómodos sobre la tragedia de Halloween que afecten al propio Consistorio”, inmerso en un lento proceso judicial y acusado por la familia de las víctimas en la instrucción que tiene lugar ahora.
Según la oposición, los trabajadores se habrían quedado “perplejos” al recibir la noticia, pero es probable que firmen por temor a los despidos que se barruntan en el ente. De hecho, ya han empezado las reuniones entre todos los partidos que no son el PP y los sindicatos para ver qué medidas se pueden adoptar. Si bien expertos laborales consultados por este medio no ven raro que una empresa, pública o privada, obligue a pactar cierto tipo de confidencialidad, sí ven rarísimo “que haya una prohibición explícita de tratar con los periodistas en un momento como este”. Nunca en la historia de Espacios y Congresos, así como de sus precursoras -la Empresa Municipal Campo de las Naciones y el Patronato de la Campo-, se había obligado a firmar una cláusula parecida a los trabajadores.
En teoría, quienes se han encargado de ejecutar el envío han sido el nuevo consejero delegado, Pablo del Amo, y el nuevo jefe de personal, Carlos Minervini, este último contratado tras el despido del anterior responsable de recursos humanos, José Taberna. Desde la tragedia del Madrid Arena, nueve personas han dejado Madridec, seis de ellas directivos.
Del Amo es el elegido por el delegado de Las Artes, Fernando Villalonga, para hacer limpieza en Madridec: aparte de estos despidos y del ERE que se avecina, se han cerrado varios edificios por fallos de seguridad, como el Palacio Municipal de Congresos o el Palacio de Cristal, con la consiguiente merma en los ingresos que implica tal decisión. Además, al primero han trasladado al grueso de la plantilla a pesar de las deficiencias detectadas en los sistemas de detección y extracción de incendios.
Por si fuera poco, las ruinosas inversiones hechas en tiempos de Gallardón –cuando Luis Blázquez presidía el ente-, siendo la más célebre de todas la del pabellón de la Caja Mágica, no han logrado ser rentabilizadas: Ana Botella busca desesperadamente comprador para un edificio enorme de la céntrica calle de la Montera tras desistir de vender otro en Campo de las Naciones. Botella no sabe qué hacer con Madridec, asevera la oposición.
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