La borrasca política por la tragedia del Madrid-Arena amenaza con agravarse con un nuevo enfrentamiento entre instituciones gestionadas por el PP. Si desde hace días la Comunidad de Madrid ha negado cualquier responsabilidad en el suceso que costó la vida a cuatro jóvenes en la madrugada del 1 de noviembre y ha hecho recaer en el Ayuntamiento toda la culpabilidad de las supuestas irregularidades existentes en la celebración de la fiesta, ahora es la Delegación del Gobierno la que ha cargado contra el equipo de Gobierno del consistorio por querer exonerarse utilizando la entrada en el recinto de dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía poco antes de iniciarse el concierto.
Las cámaras de seguridad recogieron el recorrido dentro del recinto de los policías con miembros de la organización
El equipo de Ana Botella asegura que existe un vídeo en el que se ve a dos agentes de un radiopatrulla recorrer las instalaciones del pabellón y, supuestamente, dar el visto bueno a las medidas de seguridad del mismo. Desde el entorno de Cristina Cifuentes niegan que la función de la pareja de uniformados fuera en ningún momento realizar ninguna inspección y aseguran que sólo acudieron allí a recoger una documentación para la Comunidad de Madrid. El incidente, según ha podido constatar este diario, ha creado un fuerte malestar no sólo en la Delegación del Gobierno sino también en el propio Cuerpo Nacional de Policía: "El Ayuntamiento quiere repartir la responsabilidad entre muchos para difuminar la suya, pero no estamos dispuestos a cargar con culpas que no son nuestras", destacan fuentes conocedoras del incidente.
El origen del nuevo enfrentamiento político tiene su origen en unas imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del Madrid-Arena en el que se ve a los dos policías uniformados recorrer las instalaciones en compañía de otras dos personas sobre las once y media de la noche del 31 de octubre. Según fuentes del equipo de la alcaldesa, ambos agentes estaban realizando una inspección de las medidas de seguridad en compañía de un responsable de la empresa municipal Madrid Espacio y Congresos, gestora del pabellón, y de un directivo de la empresa que organizó el concierto, Diviertt. Estas mismas fuentes aseguran que, en un momento dado, se ve a ambos policías dar indicaciones a sus acompañantes. "Si hubieran visto alguna irregularidad, aquella noche no se hubiera podido abrir el reciento para celebrar el concierto", recalcan estas mismas fuentes que se mostraron seguros de que "debe existir" un acta policial de aquella visita.
Recoger documentos
La versión de la Delegación del Gobierno es, sin embargo, totalmente diferente. Según fuentes cercanas a Cristina Cifuentes, los dos agentes eran la dotación de un coche patrulla que recibió por radio la orden de acudir al recinto a recoger una documentación técnica del pabellón por indicación de la Comunidad de Madrid. Según fuentes policiales, es habitual que miembros de este cuerpo deban hacer este tipo de desplazamientos fuera de los horarios de oficina. "No hay nada escrito, pero es habitual que se nos utilice de recaderos por parte de las diferentes administraciones cuando no tienen disponibles a sus funcionarios", señala un veterano agente. En concreto, los dos policías debían recoger fotocopias de la documentación técnica que certificaba que las instalaciones eléctricas y de agua habían pasado las revisiones ordinarias.
Los dos agentes aconsejaron a los responsables que les acompañaban que retiraran un grupo de vallas mal situadas
El responsable del edificio, en compañía de uno de los organizadores, pidieron a los agentes que les acompañaran a las oficinas, ya que era allí donde tenían los que iban a buscar. Las fuentes insisten que el recorrido de seguridad que aseguran desde el Ayuntamiento que hicieron los policías era en realidad el trayecto desde la entrada hasta las oficinas del recinto y que en ningún momento la visita tuvo como objeto comprobar la seguridad de las instalaciones. "No es función del Cuerpo Nacional de Policía", recalcan. No obstante, los agentes se detuvieron en un lugar de su recorrido e hicieron la observación a los dos responsables que les acompañaban de que unas vallas que tenían agrupadas en uno de los espacios podía ser peligroso y les recomendaron que lo despejaran. "Fue el único comentario que hicieron sobre la seguridad y tuvo un caracter informal", recalcan.
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