"Parece que hay mucha gente". Estas fueron las palabras que el jefe de Seguridad de la empresa municipal Madridec, Rafael Pastor, intercambió con el coordinador de eventos de la misma sociedad, Francisco del Amo, la noche de la tragedia del Madrid Arena. Poco después, los dos, representantes de una firma del Ayuntamiento de Madrid propietario del local, se fueron a su casa a dormir. Así lo ha declarado el propio Del Amo este jueves durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid por la muerte de cinco jóvenes durante la noche de Halloween.
A las pocas horas, cinco niñas murieron aplastadas en unas instalaciones que, por lo visto hasta ahora en el juicio y en los autos del juez y fiscal, no reunía las condiciones de seguridad necesarias para tantos miles de personas. Además de dos empleados de Diviertt, también han declarado Francisco del Álamo, responsable de Operaciones de Madridec, la empresa municipal propietaria del pabellón.
Santiago Rojo, número dos de Flores, ha negado que fuera él quien diera la orden de que se abriera el portón por donde entraron sin pagar cerca de tres mil personas a la pista. No tenía capacidad para ordenar nada a los empleados de Seguriber, según ha asegurado. Por su parte, Miguel Ángel Morcillo, también de la empresa organizadora, ha explicado que habían preparado unas 30.000 bebidas y ‘copas’, como para 10.000 personas. No ha estado muy brillante en su explicación, equivocando copas y personas en un momento clave del interrogatorio.
"No tenía obligación de ir al concierto"
El jefe de operaciones de Madridec asegura que no sabía si en el interior del palacio debía haber controladores o vigilantes
El jefe de operaciones de Madridec, Francisco del Amo, ha dicho también que no tenía obligación de ir al concierto, pero que acudió, junto a Rafael Pastor, jefe de Seguridad, a ver a unos futuros clientes con los que finalmente no se encontró. A pesar de que no tenía obligación de acudir al concierto fichó, aunque no cobra horas extras.
No le gusta el ruido de estos festivales, es daltónico y no distingue los petos de seguridad. No se dio cuenta si la gente subía o bajaba de un piso a otro, no se fijó en cuántos policías municipales había, no sabía si en el interior del palacio debía haber controladores o vigilantes, ni si se cumplía el aforo, no ordenó abrir ningún portón… Y no ha estudiado Medicina para saber cómo tiene que ser una enfermería. "Teníamos un cuarto que le llamamos el botiquín", ha añadido.
Reconoció que Madridec nunca comprobó si Kontrol 34 (compañía de controladores, no guardias jurados) era una empresa de seguridad que tenía capacidad para trabajar en la sala. Tampoco autorizó que permanecieran cerradas cinco de las ocho salidas, pero no hizo nada cuando estuvo en el pabellón porque no se fijó. Eso sí, acompañó a los representantes de la Delegación del Gobierno en su inspección.
Después de escucharlo durante varias horas los asistentes al juicio se han debido llevar la impresión de que el jefe de operaciones de Madridec apenas sabía nada. Eso sí se quejó en varias ocasiones del sueldo frente al de otros compañeros de la empresa pública.
Quería ahorrar en guardias jurados
El coordinador de eventos culpó de todo al organizador: Miguel Ángel Flores y a su empresa, Diviertt
El coordinador de eventos culpó de todo al organizador: Miguel Ángel Flores y a su empresa, Diviertt. Reconoció que en una ocasión le pidieron la licencia del pabellón (no tiene), pero nunca Flores y de que el empresario quería ahorrar en guardias jurados y siempre protestaba contra las compañías de seguridad. El edificio Satélite, donde la policía encontró 22.000 entradas, debía estar cerrado con llave, y sin embargo, estaba abierto como reconoció en uno de los interrogatorios.
Miguel Ángel Flores, según sus palabras, nunca le dijo el número de entradas que había vendido, a pesar de que se lo preguntaba todos los días. Acusó al promotor de participar en la retirada de vallas que permitió la entrada de cerca de tres mil personas a la pista donde se celebraba el evento. En diversos momentos del sumario se dice que el propio Francisco del Amo fue una de las personas que ordenaron abrir el portón por el que entraron esos miles de personas, algo que negó varias veces en el juicio.
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