¿Se hubiera podido evitar la tragedia del Madrid Arena si el vigilante de las cámaras de seguridad hubiera dado la alarma en las primeras avalanchas? Nadie lo sabe. Pero aunque el empleado hubiera estado en su sitio, tendría que haber habido cámaras en vez de carcasas vacías, como ocurría en el pasillo de la muerte donde murieron cinco niñas en la noche de Halloween. Roberto Mateos era el vigilante de la sala en la que se veía toda la actividad del Madrid Arena por circuito cerrado, y en su escrito de acusaciones, el fiscal carga contra él cuando dice que se ausentó de su puesto de trabajo hasta cinco veces, incluidos los minutos previos a la avalancha. Mateos ha admitido que se fue de su puesto de trabajo en tres ocasiones.
Entre el estiramiento de piernas, la conversación con los compañeros y el patrullaje por el pabellón se puede afirmar que el vigilante hizo de todo menos controlar las cámaras
El vigilante admitió que salió a estirar las piernas en una ocasión y otra para hablar con unos compañeros. Alrededor de las 3.10 de la mañana llegó a su puesto una persona de mantenimiento “bastante nerviosa” porque no encontraba donde estaban unos pulsadores de incendios que alguien estaba apretando. Quería evitar que saltara la alarma en todo el pabellón. Roberto Mateos salió del cuarto con el coordinador de Seguridad, Raúl Monterde, para buscar los vomitorios donde habían saltado los pulsadores. Además, otro de los coordinadores de Seguriber, Juan José París, le pidió apoyo porque se había producido una pelea. En resumen, todo menos controlar las cámaras, que era su obligación.
Es decir, entre el estiramiento de piernas, la conversación con los compañeros y el patrullaje por el pabellón se puede afirmar que el vigilante que tenía que controlar todas las imágenes del Madrid Arena hizo de todo menos el trabajo que le habían encomendado. Era la primera vez que se ocupaba de ese puesto y tenía dos monitores en los que se veían 16 de las cien cámaras del palacio. Las imágenes llegaban con retardo. Confesó que no sabía qué cámaras eran las importantes y sí explicó que le pidieron que nadie se acercara a la zona técnica.
El portón de la cota 0
Antes de vigilante de la sala de cámaras, declaró el jefe de equipo de Seguriber, Raúl Monterde, que afirmó que atendió a dos de las chicas que murieron y trasladó a una tercera que también falleció. Monterde coincidió con los otros dos compañeros que en sesiones anteriores han acusado a Francisco del Amo, coordinador de Operaciones de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec), de abrir el portón de la cota 0, por donde entraron tres mil personas sin pagar.
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