Magdalena Álvarez ha decidido finalmente renunciar a su puesto de vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Pese a estar imputada por un presunto delito de prevaricación y malversación de fondos públicos en el caso de los supuestos ERE fraudulentos durante su etapa como consejera de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía, la exministra de Fomento con Zapatero asegura que este factor no ha influido en su decisión, que atribuye "a los intentos del Gobierno de acabar con ella".
Según adelanta este miércoles la Cadena Ser, Álvarez ha pedido formalmente que se vote su destitución en el Consejo de Administración y en el Consejo de Gobernadores del BEI. Su renuncia es una decisión voluntaria, no está obligada por los estatutos del BEI ni por la normativa española. Dado que su puesto lo ocuparía otro español, el ministro de Economía, Luis de Guindos, conseguiría así colocar a una persona de su confianza en la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones.
"No dimito porque esté imputada sino porque de Rajoy y Guindos tienen a otra persona para mi puesto", dice Álvarez
Hasta ahora, la extitular de Fomento, quien decía estar convencida de su inocencia, pedía que se la tratara por el mismo rasero que a José Blanco cuando arrastraba la imputación por el 'caso Campeón'. Además, venía esgrimiendo que el presidente del BEI, el alemán Werner Hoyer, está muy contento con su desempeño en este organismo y que su baja lo único que haría es perjudicar, más que mejorar, la imagen de España.
Críticas al Partido Popular
Álvarez, en declaraciones a la Ser recogidas por 'Vozpópuli', ha recordado que el PP tiene decenas de imputados que no han dimitido y ha achacado su dimisión a la presión del partido conservador y especialmente a la ejercida por el ministro Luis de Guindos: "Ha sido inaudito cómo ellos han tratado a una española, convirtiendo una figura (en referencia a la imputación) que es una garantía para los ciudadanos en una condena anticipada y en un castigo". La malagueña ha dicho que "el PP quiere mi puesto y está dispuesto a cualquier cosa", y que su presión ha llegado a un momento en el que no podía más.
"He dimitido porque todo tiene un límite y la manipulación del PP hace mella en mí, en el banco y en España. No estoy dispuesta a que mi país pague cualquier precio, hasta físicamente tengo un límite. Me gusta batallar pero todo tiene un límite y ellos han pasado todas las fronteras", ha zanjado al respecto.
"No vale la pena mantenerme en un puesto que el PP quiere para otro", critica Álvarez
"Espero que el PP guarde mi sitio y que cuando se demuestre mi inocencia, con la misma virulencia pida mi regreso". La socialista ha recordado el caso de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien también está imputada y a la que los populares han apoyado.
Álvarez ha subrayado que aunque con esta decisión "esté dando un disgusto a más de uno", ha contado con el apoyo del BEI hasta el último momento. "Mientras mi país ha tratado de desprestigiarme, otros han sido más coherentes", ha concluido.
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