“El primero tenía barba, era moreno y de piel morena e iba sin camiseta”, “el segundo tenía el pelo corto, con tupé”, “el tercero tenía el pelo teñido de rubio”, “el tercero tiene cicatrices en el brazo”. Uno a uno, la víctima menor de edad fue describiendo ante las autoridades a los miembros de la nueva manada de Manresa a los que denuncia por haberla violado. Según el auto que envía a los cuatro de detenidos a prisión, lo hicieron por turnos en una habitación oscura de una casa ocupada. Para alumbrarse mientras agredían sexualmente a la joven de 17 años, usaron sus teléfonos móviles como linternas.
Este es el relato de lo ocurrido la noche del pasado sábado entre las 22 horas y las cuatro de la madrugada que recoge el auto del Juzgado de Instrucción número 7 de Manresa. Ha tenido en cuenta la narración de la víctima, las palabras de uno de los detenidos que aceptó declarar y las diligencias policiales, entre ellas el atestado que incluye el testimonio de una persona que se encontraba en la casa en el momento de los hechos y que han confirmado parte de los hechos.
La juez narra en su auto que la chica aceptó acompañar voluntariamente a una vivienda al grupo “de origen magrebí” que acaba de conocer en la calle. “Una vez allí, la menor consumió tres cubatas y dio un par de caladas a un porro, que añadió a las cervezas que había tomado durante el día sin comer nada. La menor, después de bailar con alguno de los chicos una música árabe, uno de ellos le dijo que la veía mal y que había de acostarse y la llevó hacia una estancia y la hizo estirarse sobre un colchón en el suelo”, describe la juez Silvia Mañas Vidal.
La dejaron desnuda
Una vez tumbada, este joven le quitó toda la ropa menos el sujetador y comenzó a hacerle tocamientos, luego se tumbó sobre ella y la penetró vaginalmente. “La menor manifestó desde el primer momento verbalmente y con gestos que no quería tener relaciones sexuales con él”, dice el auto. En cuanto terminó este primer joven salió de la habitación y entró el siguiente, así hasta entrar y salir los cuatro. En todas las ocasiones, la chica verbalizó “de forma clara” su negativa a mantener relaciones sexuales y trató sin éxito de quitarse a los presuntos agresores sexuales de encima.
La menor afirma que al menos uno de ellos eyaculó en su interior y duda de si el tercero llegó o no a penetrarla, pero confirma que también realizó tocamientos sobre ella y le chupó. “En la habitación no había luz, pero los presuntos autores utilizaban unos teléfonos móviles de linterna y por la ventana también entraba un poco de luz”, dice la magistrada. Ella se fue del lugar vistiéndose a la carrera y dejándose su ropa interior inferior y un producto cosmético. Antes de eso, uno de los ahora detenidos trató que se quedara ofreciéndole alcohol.
La Fiscalía, que pidió su ingreso en prisión, sostiene que cada uno de ellos es autor de un delito de agresión sexual con penetración a una menor de edad con intimidación y violencia. Además, cada uno actuó como cooperador necesario de los otros tres actos de agresión. Por ello calcula unas penas de cárcel que pueden llegar hasta los 15 años de prisión. La juez destaca que la víctima no ha incurrido en contradicciones: “Ha sido persistente en la incriminación de los presuntos hechos punibles objeto de su denuncia en su declaración en sede judicial. Ha ratificado los hechos relatados en la Policía”.
"Consciente de todo"
Aunque admitió que estaba "aplatanada" por el alcohol consumido, era “consciente de todo lo que pasaba y pudo observar los rasgos físicos de cada agresor porque estaba la iluminación de los móviles en la almohada”. Por su parte, el testigo de los hechos que incluye la Policía en su atestado corroboró que “dos de los detenidos discutían por haber mantenido ambos relaciones sexuales con la misma chica”. El único detenido que quiso declarar ante la juez lo hizo para negar su participación a acusar a uno de sus amigos.
La víctima llamó varias veces al 112 y ya en compañía de los agentes reconoció a tres de los cuatro agresores en la vía pública. El cuarto detenido fue identificado por ser el dueño el móvil que usó la menor para llamar a la policía pidiendo ayuda. En cualquier caso, la juez avisa de que a medida que avance la instrucción se realizará una rueda de reconocimiento como es habitual en estos casos.
Ninguno de los cuatro presuntos violadores tiene trabajo en España, relatan que sus familias viven en Marruecos, alguno de ellos tiene antecedentes por robo u ocupación de viviendas. Hace tiempo que cambiaron de domicilio respecto al que aparece en los registros oficiales. Son consumidores de drogas y alcohol. Todos estos estos elementos hacen pensar a la juez que pueden fugarse. También teme que puedan ejercer algún tipo de represalia sobre la denunciante, que vive cerca del lugar, por lo que ordenó su ingreso en prisión sin fianza en la noche de este martes.
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