El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que mantiene para mañana el escenario 2 del Protocolo Anticontaminación, que prohíbe circular por la M-30 y por su interior a todos los vehículos sin distintivo ambiental de la DGT, es decir los de gasolina anteriores a 2000 y los diésel previos a 2006.
"El Ayuntamiento de Madrid mantiene en marcha estas medidas en aplicación del Protocolo de actuación para episodios de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2), tras superarse los niveles permitidos durante las dos últimas noches, siendo las previsiones meteorológicas desfavorables para los próximos días", dice el Gobierno local en una nota de prensa.
Además de las restricciones a la circulación, solo podrán aparcar en el servicio de estacionamiento regulado (SER) los coches con etiqueta Eco y Cero Emisiones y no se podrán superar los 70 kilómetros por hora en la M-30 ni en los accesos.
El Gobierno local ha decidido aplicar este escenario 2 del Protocolo después que el pasado lunes fuese superado el nivel de aviso en la zona 1 de medición y a causa de las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
El Ayuntamiento de Madrid recomienda que los vehículos lleven visible la pegatina ambiental de la Dirección General de Tráfico, que divide los coches en etiqueta B, C, Eco o Cero, aunque esta no sea obligatoria hasta el 24 de abril.
En la aplicación del escenario 2 hay excepciones: En el SER pueden aparcar residentes (en sus barrios), personas con movilidad reducida, vehículos autorizados con comerciales o industriales, taxis o VTC.
Además, pueden circular al margen del etiquetado del vehículo el transporte público, las emergencias, servicios comerciales e industriales autorizados, personas con movilidad reducida o quienes inicien o finalicen su jornada fuera del horario de cobertura del transporte público previa autorización.
El Ayuntamiento de Madrid recomienda el uso del transporte público, que se reforzará, e informará antes de las 12.00 de mañana sobre las medidas a aplicar el viernes, día 18.
El Protocolo -dice el Ayuntamiento- pretende mejorar la calidad del aire de la ciudad y aumentar la protección de la salud de la ciudadanía frente a los efectos nocivos de los episodios de alta contaminación, y muy especialmente la de los colectivos más vulnerables como niños, personas mayores y con problemas respiratorios o mujeres embarazadas.
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