El ex primer ministro de Francia y quien fuera aspirante a la Alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, ha publicado una tribuna junto al historiador Benoît Pellistrandi en 'Le Monde' en la que cargan duramente contra la amnistía pactada por Pedro Sánchez con los independentistas. "Es una rendición sin condición", afirman.
La columna explica que tres meses y medio después de la elecciones generales del 23 de julio, el líder socialista logrará la mayoría parlamentaria que le permite ser investido presidente del Gobierno.
"¿Quién entiende a los socialistas y a la coalición de izquierda Sumar, junto con los nacionalistas e independientes vascos, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y los siete diputados imprescindibles de Junts, el partido independiente del expresidente catalán Carles Puigdemont?", se pregunta.
"El acuerdo público del 9 de noviembre explica las concesiones unilaterales que el PSOE hizo a las reivindicaciones de un partido dirigido por un hombre que, después de seis años, tenía responsabilidades penales de la Justicia española", continúa el artículo. El texto prosigue relatando que Sánchez presentará la ley de amnistía, una norma que, recoge, "prevendrá cualquier procesamiento y levantará todas las condenas y procesamientos".
El acuerdo prevé un mecanismo internacional para apoyar, verificar y 'garantizar' el seguimiento de este acuerdo político, como si se tratara del fin de un conflicto entre dos Estados".
Según recoge Valls, los secesionistas catalanes llevaron a cabo el 'procés' con el objetivo de "proclamar unilateralmente su independencia", pero se toparon con el rechazo del Rey, la Justicia y el Gobierno del PP del momento. Valls recuerda los vaivenes y "reticencias" del Ejecutivo de Sánchez, que primero tildaron la amnistía de "inconstitucional" y que defendieron que de ninguna manera formaría parte de sus acuerdos. Sin embargo, añade, "terminó siendo aceptada".
"En realidad -prosigue la tribuna-, el acuerdo alcanzado es una rendición incondicional de los socialistas al relato independentista radical de Carles Puigdemont". "Peor aún, el acuerdo prevé que el poder parlamentario podrá investigar la manipulación política de la que habría sido culpable la justicia española", afirma. "Junts obtiene también el establecimiento de un mecanismo internacional para apoyar, verificar y 'garantizar' el seguimiento de este acuerdo político, como si se tratara del fin de un conflicto entre dos Estados", añade.
Manuel Valls, sobre el Estado de derecho
Según Valls, "más allá de las previsibles reacciones de la oposición, gran parte de lo que contiene este acuerdo solo se podrá lograr si la arquitectura institucional de España está sacudida de arriba a abajo". "Lo cual no será posible en el marco actual de mecanismos de reforma constitucional, a menos que se liberen de las normas del Estado de derecho", asevera.
El ex primer ministro galo asegura que "Sánchez eligió a sus aliados parlamentarios en el campo de los que niegan la Constitución Española y su dimensión democrática, empezando por los herederos políticos del grupo terrorista ETA, los diputados de EH Bildu".
Sánchez "somete al PSOE a un punto de inflexión más radical y más contrario a su identidad en toda la historia democrática".
Según Valls, se trata de "una descalificacion intelectual y moral de la democracia española". "La Constitución de 1978 había regulado en el consenso sobre los grandes problemas históricos de España" y, con estos pactos, Sánchez "somete al PSOE a un punto de inflexión más radical y más contrario a su identidad en toda la historia democrática".
"Nosotros, los europeos, debemos estar muy preocupados por esta deriva de un gran país que se endeuda el camino hacia el debilitamiento del Estado de derecho. Sabíamos que los nacionalismos son peligrosos, amenazando un gran éxito democrático en nombre de ideas fantasiosas, una falsificación de la historia y de una reivindicación étnica subyacente sobre un pueblo catalán", expresa.
"La ceguera geopolítica de los aprendices de brujo del nacionalismo"
Valls concluye la tribuna con una pregunta dirigida al líder socialista: "¿Podrá justificar su negativa a dialogar con el principal partido español, el PP, y aceptar las condiciones leoninas de un partido que solo pesa el 1,6% de los votos a nivel nacional y un 11,16% a nivel catalán?".
"A través de nuestros vínculos personales con España, nos consterna verla atrapada en su demonios internos cuando el mundo está en llamas y ella podría, con su historia, llevar una voz esencial (...) en lugar de aceptar su descenso internacional, al que lo condena la ceguera geopolítica de los aprendices de brujo del nacionalismo".
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