El 13 de junio tomó posesión y el 14 ya estaba rectificando al concejal de Cultura por insultar a las víctimas del terrorismo y de los nazis. Insinuó que el responsable de Cultura, Guillermo Zapata, iba a dimitir, y se fue de Cultura, pero se ha quedado en la Junta de Fuencarral.
Manuela Carmena dedica gran parte de sus apariciones públicas desde que tomó posesión el día 13 de junio a rectificar a sus concejales. La alcaldesa de Madrid enganchó desde el primer día de campaña electoral con miles de madrileños que la han votado como última esperanza para que cambiaran las cosas después de más de veinte años de gobiernos del PP. Pero la misma noche de la victoria electoral ya se vio que en Ahora Madrid las cosas iban a ir a dos velocidades. Esa noche Carmena habló de que quería seducir a los que no le votaron para que lo hicieran la próxima vez. El resto de oradores hablaron de “unidad popular”.
Dijo que iría en Metro a trabajar. Esta semana el Ayuntamiento informó que la alcaldesa iba a utilizar dos utilitarios y que reduciría el grupo de escoltas que tenía Ana Botella. Sus concejales tampoco iban a tener coche oficial y sí transporte público. Ahora a los vehículos que usan los ediles se les llama “coches de incidencias”. Se ha visto utilizar a varios concejales los mismos Toyota que llevaban sus antecesores en el cargo, incluido a Guillermo Zapata.
Los concejales tampoco iban a tener coche oficial y sí transporte público. A los vehículos que usan los ediles se les llama “coches de incidencias”
La promesa de un banco público ha quedado aparcada porque el programa electoral eran sólo “sugerencias”. Hay un consenso social en que las calles de los generales franquistas deberían desaparecer de la nomenclatura del callejero de la capital de España. Pero en las primeras propuestas se habló de que se iba a quitar el nombre a Santiago Bernabéu o a Concha Espina. “Está por ver si también quitan el nombre de Mártires de Paracuellos o similares”, decía hace unos días un estudioso de la historia de Madrid. La propia Manuela Carmena dijo en una conferencia que el cambio de nombres no era una de las cosas urgentes e indultó a Bernabéu y a Concha Espina en esa comparecencia.
Otra de las primeras ‘meteduras de pata’ fue la propuesta de que las limpiadoras de los colegios públicos fueran sustituidas por las madres (que no por los padres) de los alumnos. Los sindicatos de la limpieza no creían lo que habían escuchado y de nuevo la alcaldesa tuvo que salir a pacificar el foro madrileño. Antes se habían escuchado críticas por el hecho de que no se incluyera a los varones en la relación de personas que tendrían que limpiar los colegios. “Es machismo puro”, se llegó a oír esos días.
El asunto de la desnutrición fue declarado prioritario. Ha pasado un mes y el Ayuntamiento aún no tiene un censo de los niños que necesitan esos alimentos y se va a potenciar un programa que ya dejó el anterior equipo de Gobierno. Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad, se quejó en público de que la alcaldesa no le había contestado su carta en la que ofrecía su colaboración para solucionar el problema de la malnutrición. Parece que el tema se zanjó este martes durante la entrevista entre la alcaldesa y la presidenta de la Comunidad.
Sin embargo, el desmentido que más ha llamado la atención ha sido el de la tasa al turismo. El martes, Manuela Carmena dijo que no había nada de esa tasa, aunque lo hubiera dicho su concejal de Economía, Carlos Sánchez. La alcaldesa calificó las palabras de su edil como un “malentendido”. La sola mención de que se iba a imponer una tasa provocó el enfado de los empresarios del sector por el hecho de que se hiciera antes de la entrevista que tienen solicitada con la alcaldesa de la ciudad. La implantación de este 'impuesto' llegó incluso a provocar declaraciones contrarias del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y del ministro de Justicia, Rafael Catalá.
Los socialistas recuerdan a Carmena que cualquier iniciativa tiene que ser aprobada con sus votos
Los empresarios son favorables a la implantación de una tasa, siempre que sus fondos se destinen a promocionar Madrid en el mundo. El año pasado Barcelona logró unos 25 millones de euros con esa figura impositiva que se paga por habitación, categoría y día. Esa cantidad se utiliza para promocionar la capital catalana en el mundo. Los resultados son espectaculares, lo que ha llevado a su alcaldesa, Ada Colau, incluso a establecer una moratoria en la construcción de nuevos hoteles.
Por otra parte, los socialistas empiezan a estar “sorprendidos” con el Gobierno municipal. Recuerdan a Carmena que cualquier iniciativa tiene que ser aprobada con sus votos. El secretario general del PSM, Rafael Simancas, ya dijo la pasada semana que no estaban muy contentos con las primeras actuaciones del Ayuntamiento.
¿Qué pasa en el Gobierno local?
Mientras las meteduras de pata se suceden, Carmena sigue recibiendo aplausos y apoyo popular allí donde acude. Los familiares de los policías municipales le aplaudieron en la Fiesta de San Juan y los abogados del turno de oficio le dedicaron más de dos minutos de ovación la pasada semana.
Mientras Carmena acude a un acto público, sus concejales dicen lo que piensan sin pasar antes por ella
La alcaldesa hace discursos cortos y atractivos allí donde va. Dice lo que la gente quiere escuchar y habla en un tono amable que gusta al público que la ve como una persona cercana. Se implica en cada una de sus convocatorias, todo lo contrario a lo que hacía su antecesora. El problema es que mientras está en un acto público, sus concejales dicen lo que piensan sin contárselo antes a ella. Parece que falla la coordinación que le había sido encargada a Marta Higueras, una mujer con experiencia de Gobierno, como alternativa a Ignacio Murgi, presidente de las asociaciones de vecinos. Las discrepancias entre los diversos grupos de Ahora Madrid se guardan en secreto, pero son constantes, afirma una persona que conoce las reuniones del equipo de Gobierno.
Manuela Carmena lleva un mes apagando fuegos. Hace unos días en una acto público una persona se acercó a uno de sus colaboradores y le dijo: “Va a ser una buena alcaldesa con un mal equipo”. El colaborador le contestó: “Tiene un equipo de primera, no ves que bien lo están haciendo”.
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