En las calles de Madrid no se respira ambiente electoral, ni mucho menos. Los carteles propagandísticos han pasado a ser un elemento decorativo en el que apenas reparan los viandantes. La batalla por ganar los comicios en la capital se juega en los desayunos informativos -esa expresión tan horrenda-, en los inevitables actos populistas de los aspirantes y, sobre todo, los medios, como no podía ser de otra manera en tiempos de la democracia mediática. No es ninguna boutade asegurar que la mayoría de los madrileños no tienen noticia todavía del gran problema que le ha surgido a Manuela Carmena, candidata de Ahora Madrid, coalición liderada por Podemos. Pero Esperanza Aguirre se ha puesto en marcha para propalar por todos los rincones que el cónyuge de la magistrada no pagó a sus empleados durante un tiempo y acabó en un turbio concurso de acreedores.
Se disfrazan de cualquier cosa para entrar, pero sobre todo se hacen pasar por periodistas, porque a estos se les supone el gorroneo típico del oficio
La campaña electoral es un momento idóneo para desentrañar una figura inquietante que se abre paso en la vida pública española: el canapero. Dícese del gorrón de toda la vida que acude a los actos públicos donde hay papeo para llenar el buche como si el juicio final fuera inminente. Son tipos y tipas -aquí no discriminamos- con unos cuantos años a las espaldas y que portan vestimentas pulcras. Se disfrazan de cualquier cosa para entrar, pero sobre todo se hacen pasar por periodistas, porque a estos se les supone el gorroneo típico del oficio. Entre una mayoría de asistentes intachables y varios aprendices del pequeño Nicolás, la cabeza de lista de Ahora Madrid pasó este martes por el Hotel Ritz. Y allí narró una tierna escena con su hija.
-Mamá, si sigues diciendo tanto lo del abrazo, te van a llamar 'la abuelita del abrazo'.
-¿'La abuelita del abrazo'? No pasa nada, eso me encanta.
La hija de Carmena decía "lo del abrazo" porque su madre tiene por costumbre recordar que Madrid es la única ciudad del mundo con un monumento al abrazo. Ubicada en la plaza de Antón Martín, la escultura es obra de Juan Genovés, que antes pintó el famoso cuadro de idéntico nombre. A la magistrada que lidera la coalición Ahora Madrid le parece que esto es lo más simbólico de la ciudad. Y no es descartable, en estos días propicios para el populismo y la falta de vergüenza para buscar votos, encontrarla cualquier día repartiendo abrazos, como aquellos jóvenes bohemios, en la puerta del Sol.
A sus 71 años, 'la abuelita del abrazo' está de vuelta de todo y, como la candidata de consenso que es, no repite argumentarios escritos por otros ni cacarea frases hechas
El acto de Carmena lo inició la periodista Soledad Gallego Díaz, quien tuvo el decoro para informar al respetable de que "hoy no soy una periodista neutral y esta presentación no es neutra". Tenía razón, pero aún más le asistía el raciocinio cuando dijo que "lo mejor de las presentaciones es que sean breves". Gracias, compañera. Luego le tocó el turno a Manuela, que, acaso por contraste con su presentadora, no fue breve pero sí mostró su absoluta independencia. A sus 71 años, la abuelita del abrazo está de vuelta de todo y, como la candidata de consenso que es, no repite argumentarios escritos por otros ni cacarea frases hechas. Así, por ejemplo, ni siquiera cumple la máxima de todo político en campaña que consiste en mentar de forma permanente el nombre del partido. Ni una sola vez dijo "Ahora Madrid" y tampoco mencionó a Podemos, líder de la coalición.
Tras un discurso que se le hizo soporífero al canapero más cercano a un servidor, llegó el turno de preguntas, siempre más animado. Y ahí fue cuando Carmena también se desmarcó con claridad del 15-M, que pretende manifestarse en la jornada de reflexión. "Amigos, elegid otro día, no vayáis a crear un problema", sentenció con ese tono seco y directo, sin exabruptos, impropio de los políticos profesionales. ¿Pensarán lo mismo Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero? ¿Y el resto de colectivos que forman parte de la candidatura?
Nueve minutos sobre su marido
Carmena, a la que ningún líder de Podemos apoyó en este acto, es tan políticamente inusual que cuando explica algo importante es casi imposible que los compañeros de radio y televisión puedan conseguir un titular corto para sus piezas periodísticas. Así quedó claro cuando se puso a contar los pormenores de lo publicado sobre las empresas de su marido. Nueve minutos de respuesta con frases inacabables. Un resumen: su marido tenía un estudio de arquitectura con 23 empleados que naufragó en plena crisis; él no pudo pagarles durante un tiempo y acabó despidiéndolos; algunos de los afectados judicializaron el asunto y ella avaló con su dinero a la empresa que está en concurso de acreedores; y el tema sigue encallado en el juzgado.
Sea o no una razón suficiente para ello, el caso es que la candidata a la alcaldía del PP está aprovechando esta polémica para atacar a la magistrada. Primero Aguirre dijo que Carmena no sería candidata en Inglaterra. Después Percival Manglano, candidato de su lista, acusó a la jueza de "intimidar a los trabajadores de su marido". Y los vituperios continuarán en las próximas horas. Porque en la campaña todo vale. Si no, miren el vídeo del PP de Rivas contra IU y Tania Sánchez. O los insultos que todos los días profiere Pablo Iglesias contra la propia Aguirre.
Las mandamases del PP en Madrid pedalearán hoy junto al mismísimo Rajoy. Se avecina, por tanto, una imagen para el recuerdo
En esta dura batalla por Madrid tampoco destaca por ser edificante esta frase del candidato del PSOE a la alcaldía, Ángel Gabilondo: "Ellos van a votar desde la bisabuela hasta el nieto con toda convicción, nosotros buscamos esa convicción". Y bastante furioso anda el aspirante de IU en la región, Luis García Montero, que acusa a Albert Rivera de "faltar al respeto" a los vetustos partidos. Mucho menos crispada, al estilo de su formación, está Begoña Villacís, aspirante de Ciudadanos en la capital, que este martes se paseó en bicicleta por el centro de la ciudad para fomentar su uso. Ella se adelantó así a las mandamases del PP en Madrid, que hoy pedalearán junto al mismísimo Rajoy. Se avecina, por tanto, una imagen para el recuerdo de esas que solo se ven en campaña, único momento en que los políticos son conscientes de que hacen el ridículo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación