Santiago Abascal ya no es un líder unánime. La marcha de Iván Espinosa de los Monteros trasciende la famosa 'guerra de facciones' de Vox y abre un debate interno sobre el liderazgo de Abascal, cada vez más supeditado a los designios de su círculo de confianza. Fuentes cercanas al partido manifiestan a Vozpópuli que el otrora indiscutible liderazgo del presidente de Vox está hoy "en entredicho".
Estas mismas fuentes consideran que el círculo de confianza de Abascal, compuesto por la cúpula de la formación, "lo han convertido en un ser tan débil que puede caer". Es más, tildan al presidente de Vox de "marioneta" en manos de "Jorge Buxadé y Kiko Méndez Monasterio". Voces cercanas a la formación apuntan que Buxadé "ansía el puesto de Abascal".
Consideran que la tan aireada "guerra entre la facción liberal y la ultraconservadora" nunca ha existido como tal, que Vox es un partido con personas de "distintas sensibilidades que apunta en una misma dirección. La verdadera división viene impulsada por el juego de poder en el partido". Según esta tesis, el ala de "Buxadé, Méndez Monasterio, Enrique Cabanas e Ignacio Hoces ha ido ocupando posiciones orgánicas en el partido con amplio espectro de decisión", mientras que los liberales seguían a lo suyo, sin dar importancia a estos movimientos "porque los cargos orgánicos les daban igual". "El momento de diseñar las listas electorales ha sido fundamental para dar el 'golpe de estado", denuncian.
El 16 de junio, los diputados de Vox Víctor Sánchez del Real y Rubén Manso recibieron un telefonazo de Enrique Cabanas, vicesecretario nacional de presidencia de Vox, en el que les anunciaba que no iban a estar en las listas para las elecciones generales del 23 de julio. Lo hace sin darles ninguna explicación, según ambos diputados. Posteriormente, el portavoz de Vox, Jorge Buxadé, se limitó a aducir razones "organizativas". Lo cierto es que la salida da ambos diputados generó un ruido mediático que ha acompañado a Vox hasta las elecciones, y alentó la teoría de que hay una guerra abierta entre el ala liberal y el ultraconservador en la formación de Abascal.
Vox es un partido que, al contrario que otros, tiende al silencio, y evita ajustar cuentas en la palestra política. Sin embargo, una muestra de flaqueza en el liderazgo y cohesión del partido es la reacción de Javier Ortega-Smith con la salida de Espinosa de los Monteros. Ortega-Smith, vicepresidente de Vox, fue reservado cuando fue destituido por Ignacio Garriga como secretario general de Vox, pero no se ha cortado tras el anuncio del portavoz: "Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo".
El "ninguneo" a Espinosa
Espinosa de los Monteros ha señalado en rueda de prensa que se va por "motivos personales". Es cierto que la situación personal del diputado ha sido complicada en los últimos meses, con constantes visitas al hospital por la enfermedad de un familiar. Esta situación ha contribuido a tomar la decisión de salir de la política, pero fuentes cercanas apuntan a "motivos políticos" como parte fundamental de la ecuación. Principalmente, "el ninguneo al que se le ha sometido desde la cúpula del partido". "Le han hecho el vacío, han eliminado de contenido sus funciones, mientras Ignacio Hoces va ganando más, hasta coordinar el Comité de Acción Política (CAP) con el grupo parlamentario".
Una decisión tomada hace meses
Según ha podido confirmar este periódico, Espinosa de los Monteros ya barruntaba su marcha desde "hace meses, pero no quiso perjudicar al partido en las elecciones". El portavoz ha elegido para hacer pública su marcha una fecha en la que los pactos entre PP y Vox están ya firmados en todas las comunidades autónomas menos Murcia, donde el bloqueo parece insuperable. El diputado se ha marchado con discreción y evitando hacer declaraciones en rueda de prensa. Tampoco las ha dado en los pasillos del hemiciclo, donde se ha limitado a agradecer uno por uno la labor de los periodistas. Fuentes del PP temen que la marcha de Espinosa suponga un "giro ultra" de sus socios de gobierno en diferentes comunidades autónomas que ponga en juego esos pactos regionales y la negociación de los puestos de la Mesa en el Congreso de los Diputados.
Vox niega la división
Durante meses se ha agitado la guerra de facciones entre la 'familia' liberal y la ultraconservadora de Vox, una división que de manera oficial el partido siempre ha negado. Es más, llegaron a convocar una rueda de prensa a dúo entre Iván Espinosa de los Monteros y Jorge Buxadé para exponer el programa electoral para el 23-J y disipar los rumores de confrontación.
Preguntado por la supuesta lucha interna de distintas 'familias' dentro de Vox, Abascal respondió a este medio: "En seguida se hacen relatos novelescos sobre las familias ideológicas y yo leo que ponen a personas en 'familias ideológicas' que ni sabía que estaban en ellas. Me parece una película con poca importancia y, además, yo creo que desvía la atención de lo importante y de lo que a los electores de Vox les preocupa".
Sobre la desaparición de rostros importantes en el partido como Sánchez del Real y Manso, Abascal apuntó: "Habrá a quien le guste más un 'personaje' que otro, pero como norma general yo creo que a los votantes de Vox lo que les preocupa son nuestras ideas y no quién esté en la tribuna defendiéndolas, si está Abascal, fulano o mengano. Quieren que cumplamos con nuestros compromisos y eso va a ocurrir, esté quien esté. Yo creo que los personalismos en política son muy malos, tanto de los líderes, como de las personas que forman parte del proyecto en otras posiciones".
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