El presidente del tribunal que ha condenado a los líderes del procés, Manuel Marchena, ha apuntado este miércoles a la "dificultad" que tendría el Tribunal Supremo para juzgar al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y el resto de dirigentes soberanistas huidos en caso de que fuesen detenidos y entregados a España. La razón, según ha dicho, es que trece de los quince mágistrados que componen la Sala de lo Penal del alto tribunal ya han participado en la causa del 'procés'.
Marchena, que no ha llegado a citar expresamente a Puigdemont, ha recordado que a los siete magistrados que han integrado la Sala del 'procés' hay que sumar al instructor, Pablo Llarena, a los tres magistrados de la sala de recursos durante la instrucción, otro magistrado que sustituyó a uno de ellos que se puso enfermo y la juez Carmen Lamela, quien instruyó la causa contra la cúpula de los Mossos d'Esquadra en la Audiencia Nacional y ahora es jueza de la Sala de lo Penal del Supremo.
"En otro tipo de juicio quizá esto pueda resolverse, pero habrá que estudiarlo al tratarse en este caso de magistrados que han valorado a 500 testigos, 12 acusados, metros cúbicos de papel y que podría tener que volver a enjuiciar hechos similares con distintos protagonistas, ello nos sitúa en una situación difícil", ha explicado para añadir que aún desconoce si la solución podría pasar por sustituciones u otro modelo.
Candidato a seguir presidiendo la Sala de lo Penal
Marchena ha comparecido ante una comisión de vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para explicar su proyecto para seguir presidiendo la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Su mandato de cinco años concluye en los próximos días y es el único candidato que se presenta al cargo, por lo que será previsiblemente renovado.
Se ha referido a la histórica sentencia que ha condenado a los líderes del 'procés'. Según ha dicho, la resolución "ha exigido un esfuerzo deliberativo muy destacado que hay que subrayar". Marchena además se ha referido a las informaciones periodísticas que días antes adelantaron el fallo: "los profesionales de la información cumplen con su deber".
La comisión estaba presidida por el actual presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, quien le ha formulado diversas preguntas. Una de ellas ha girado en torno a la política de comunicación. En concreto, le ha preguntado por las "filtraciones" sobre la sentencia del 'procés'. Marchena se ha extendido en su respuesta en la que ha empezado por matizar el término: "La palabra filtración es equívoca. La sentencia nunca ha sido filtrada a un medio de comunicación. Aunque pueda ser un detalle menor, a mi me tranquiliza".
"Pronósticos sobre el fallo"
"No hay nada que reprochar que un profesional que, teniendo una sentencia, la difunda", ha dicho. A su juicio, lo que ha habido en los medios de comunicación, han sido "pronósticos sobre el fallo que luego se han confirmado". "En realidad han sido pronósticos abiertos, ha habido más correctos y más exactos. Yo quiero entender que es el tratamiento de unos datos que se obtienen a partir de comunicaciones o informaciones de terceras personas a las que se les comenta en confianza algún dato", añadido.
En cualquier caso, el juez ha reconocido que esas informaciones hacen mucho daño y trabajará para que no se produzcan. En el caso de la sentencia del 'procés', el fallo se notificó oficialmente el lunes. El jueves anterior ya se publicó la primera información en el diario Ara de que las condenas serían por sedición. Vozpópuli el viernes informó de que la resolución iba a considerar probada la existencia de violencia en el 'procés'. Ese mismo día, El País daba cuenta de que los jueces descartaban el delito de rebelión consumada y el sábado El Mundo y El Español confirmaron que los líderes independentistas serían condenados por sedición.
Recuerda el hackeo a su correo
Marchena ha recordado que en las macrocausas siempre hay muchas partes personadas y ha desvelado que todos los jueces del tribunal tenían asumido que habría fugas de información. En ese punto ha recordado que su correo personal fue objeto de un hackeo, precisamente para conocer que documentos intercambiaba con sus compañeros. "Esa sentencia era el oscuro objeto de deseo de muchos", ha zanjado.
Se ha quejado de que quienes reprochan que se avanzase el fallo en la prensa "aceptaron como normal que hubiera un fisgoneo sobre los correos de los magistrados sin decir nada. Las deliberaciones empezaron a los cuatro días de haber terminado la vista. Han pasado muchos meses y no ha habido filtraciones. La sentencia no ha salido de aquí. Estaba siendo trabajada por muchos."
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