El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que este viernes participa en un acto oficial en Santiago de Compostela, ha respondido al ser preguntado por los informadores acerca de la imputación al alcalde de esta ciudad, Ángel Currás (PP), en la Operación Pokemon: "Hoy vengo a otra cosa".
El titular del Ejecutivo se ha desplazado a la capital gallega para hacer entrega al expresidente de la Xunta Gerardo Fernández Albor de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, con la que el Ministerio de Asuntos Exteriores distingue comportamientos extraordinarios en beneficio de la nación o de las relaciones de cooperación con otros países, según informa Efe.
El regidor compostelano, imputado por tráfico de influencias en la Operación Pokemon, que instruye un Juzgado de Lugo y que se centra en una presunta trama de corrupción en las adjudicaciones públicas de varios ayuntamientos gallegos a distintas empresas, principalmente al Grupo Vendex, se declaró "inocente" solamente horas después de haber sido implicado en esta causa. En una comparecencia de prensa celebrada ayer, comentó que declarará "con la máxima tranquilidad" y con la confianza de que "todo se aclare".
Currás recibió a última hora de la mañana del jueves la citación de la titular del Juzgado de Instrucción número uno de Lugo, Pilar de Lara Cifuentes.
El alcalde, que confirmó la imputación también de su jefe de gabinete, Francisco Castro, expresó la "absoluta seguridad" de que colaborará con la Justicia e informó de que ha dado instrucciones para que se facilite a la jueza toda la documentación requerida con "la mayor diligencia".
En el museo de Pontevedra
Además en el mismo día, Rajoy ha presidido la inauguración del sexto edificio del Museo de Pontevedra, una construcción "ejemplo de lo que podemos hacer si actuamos todos unidos", ha dicho, en alusión a la diversidad de la cultura española, que sirve para "acercar".
Rajoy, acompañado del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y del responsable de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, pronunció un discurso en el que recordó su paso por el ente provincial como presidente, lo que le llevó a formar parte del Patronato del Museo. Así, dijo sentir por ello "un orgullo especial" ante la posibilidad de tomar parte en el acto de estreno del inmueble, terminado de construir en 2008 pero a medio funcionamiento hasta ahora.
El presidente se centró en agradecer a los presentes y a los implicados en la obra -con un coste superior a 20 millones de euros y cuya génesis se remonta a un convenio firmado en 2000 por el Gobierno, la Xunta y la Diputación- y se refirió a España como "potencia cultural de primer orden" y a la cultura española como marcada por la "diversidad y pluralidad", que a su entender son características que "sirven para unir y para acercar y no para ser utilizadas para dividir, confrontar o separar".
"El apoyo ciudadano, el compromiso de las instituciones y el mecenazgo activo son los pilares para garantizar el dinamismo y la pujanza de las manifestaciones culturales de un país. De hecho, en momentos de dificultades como los actuales, este es un ejemplo de lo que podemos alcanzar si actuamos todos unidos y caminamos hacia un objetivo común", defendió.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, citó una vez más a Rosalía de Castro y comparó la inauguración del Museo con la primera celebración del Día das Letras Galegas y el contexto histórico adverso que afrontaban sus promotores con la actualidad. En este sentido, definió la ocasión como "una forma interesante de empezar un año que acabará mejor de lo que empieza".
Louzán alabó el "trabajo arduo y callado" de Rajoy, recordó con agrado su pasado político en Pontevedra y definió al museo como "buque insignia del ingente patrimonio histórico y cultural de Galicia".
Al acto asistieron numerosos cargos públicos del PP y alguno del PSOE, no así del BNG, tampoco el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores (Bloque), molesto por la supresión del carácter autónomo del Museo, recientemente integrado en la estructura interna de la Diputación, de la que depende. En el exterior, una veintena de sindicalistas de CIG y CC OO se apostaron y corearon gritos en contra de la política económica del Gobierno.
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