España

Dirigentes locales del PP desfilan ante Rajoy alarmados por el riesgo de otro batacazo electoral

Mariano Rajoy se mueve con lentitud y sin hacer ruido. El trastazo de las europeas ha hecho mella en el partido. El presidente ha recibido en Moncloa a los principales líderes del PP para analizar estrategias y sondear candidatos.

El PP ganó las elecciones europeas pero perdió 2,7 millones de votos. Una seria advertencia que ha conmocionado las estructuras del partido. El mapa político español se mueve. Son tiempos de relevos, de incorporación de figuras nuevas, de opciones distintas. Mariano Rajoy, muy poco partidario de los cambios, sondea el panorama.

A lo largo de estas semanas ha recibido en Moncloa, sigilosamente, a algunos de los principales dirigentes de su formación. Por su despacho han desfilado presidentes autonómicos, barones regionales, alcaldes y algunos veteranos con peso específico. La agenda oficial de estos encuentros: estudiar las razones del patinazo de las europeas, analizar soluciones, escuchar sugerencias y tomar nota para las próximas listas electorales de municipales y autonómicas.

Una realidad palpable

La situación es tan volátil en nuestro país que hasta Mariano Rajoy transmite cierta sensación de inquietud. Y hasta pesadumbre. La izquierda se radicaliza, acomplejada y atemorizada por el efecto Podemos. El PSOE que resultará del experimento del congreso extraordinario es una incógnita. Y el malestar de la sociedad es una realidad palpable y mensurable.

Le reclaman a Rajoy más actividad en el Gobierno, mayor coordinación con el partido, más contundencia en los mensajes y un cambio de libreto que logre conectar con el electorado

Los numerosos visitantes de la Moncloa y de Génova han despositado ante la mesa de trabajo de Rajoy sus incertidumbres y sus dudas. La posibilidad de verse desalojados de sus cargos en los próximos comicios crece cada día. Los sondeos que manejan en el PP apuntan en esa dirección. Le reclaman a Rajoy más actividad en el Gobierno, mayor coordinación con el partido, más contundencia en los mensajes y un cambio de libreto que logre conectar con el electorado. La respuesta no puede limitarse a airear unas tímidas cifras de recuperación del empleo y una incomprensible retahíla de bajadas de impuestos.

Reformas pendientes

Algo de eso ha percibido el presidente del Gobierno que ayer, en su visita oficial a Panamá, admitió "errores en el sistema" e insistió en la posibilidad de abordar algunos cambios en la ley electoral. Dolores de Cospedal había hablado el lunes de más reformas, como reducir el número de aforados, de diputados autonómicos y hasta de municipios. Regular la actividad de los altos cargos de los partidos también figura en la lista de los asuntos pretendidamente pendientes. Los veteranos del PP escucharon las propuestas con cierto escepticismo.

Rajoy entró en detalles, con cada uno de ellos, sobre su circunscripción, los problemas concretos de sus territorios, los porqués del retroceso en las europeas, y tomó buena nota de lo escuchado para ir haciendo su particular composición sobre los puntos débiles y los cambios a acometer. Tanto de estructuras como de nombres.

Dicen en el partido que Rajoy volverá de las vacaciones estivales con su lista de nombres nuevos y de relevos a abordar tanto en el partido como en el Gobierno. Y que esta vez no se dejará enredar, como ya ocurrió con la designación del presidente del PP andaluz, un movimiento de fichas demasiado polémico para lo magro de los resultados.

Mayoría absoluta

Ahora es necesario acertar, dejar al margen consideraciones personales, sentimentales y hasta familiares. Y nada de intereses más o menos espúreos. Madrid y Valencia preocupan enormemente, porque reeditar la mayoría absoluta está ahora mismo muy lejos, de acuerdo con los sondeos internos.

"Deberíamos hacer un esfuerzo entre todos para corregir algunos errores del sistema y de las instituciones"

El mensaje de las reformas pretende estimular a sus cuadros, a su militancia y a sus votantes, dar la sensación de que el PP no es ese partido anquilosado y adormilado que corre el riesgo de que la realidad le pase por encima. Rajoy quiere que algunas de las iniciativas anunciadas se concreten ya para septiembre y se empiece a hablar con la oposición, sea cual fuere el resultado del experimiento renovador en el que está inmerso el PSOE. "La clave es ponernos de acuerdo en el principio y luego ya lo desarrollaremos", reconoció Rajoy al hablar de la reforma electoral y el voto directo de los alcaldes. "Deberíamos hacer un esfuerzo entre todos para corregir algunos errores del sistema y de las instituciones", subrayó ayer en un tono que hasta ahora no se le había escuchado.

Abordar tal medida, en meses previos a unas elecciones para designar alcaldes, suena a misión imposible. "Pero, al menos, que se hable de ello, que se pueda constatar que el PP plantea cosas nuevas, que quiere cambiar determinadas situaciones que ahora parecen oxidadas", dicen estas fuentes. El temor a otro revolcón en las urnas flota en el ambiente. Se necesita más agilidad en el grupo parlamentario, en la dirección del partido, en el propio Gobierno. Estos son los reproches que ha escuchado estas semanas el presidente. Muchos de ellos con nombres y apellidos. Un horizonte necesitado de modificaciones, algunas de ellas importantes, que no casan demasiado con el estilo de quien está encargado de promoverlos. El aviso ya está dado. Ahora falta la respuesta.

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