España

La derrota del PP andaluz frente a Susana Díaz, el mayor chasco de Mariano Rajoy en las europeas

El PP andaluz no ha dado la talla en las europeas. El PSOE le vapuleó con una ventaja de 250.000 votos y diez puntos. Juan Manuel Moreno acaba de llegar pero Mariano Rajoy confiaba en un resultado más airoso. Ha sido el gran chasco del 25-M.

La intuición, el olfato, la confianza le dieron un disgusto al presidente del Gobierno en Andalucía. Confiaba en un resultado positivo del PP en aquella comunidad. Alguien le debió convencer de que con la llegada de Juan Manuel Moreno había cambiado drásticamente el panorama, después de casi diez años sin liderazgo en la región, tras el regreso a Madrid de Javier Arenas.

Tan esperanzado estaba el presidente que en un encuentro informal con los periodistas, al regreso de un mitin en Cuenca, confesó que tenía enormes esperanzas en los resultados en Andalucía, hasta el punto de que llegó a sugerir incluso que allí se lograría una victoria. Tanto optimismo irradiaba por entonces el líder del PP que sus palabras se recibieron con enorme esperanza entre la militancia andaluza. Pese al dominio absoluto del PSOE en el territorio, es cierto que los 'populares' habían logrado vencer en las tres últimas citas con las urnas: las municipales, generales y autonómicas. Cierto que no lograban la mayoría absoluta para hacerse con el gobierno de la Junta, pero la tendencia anunciaba un horizonte esperanzador.

Los ecos del 'dedazo'

La designación, mediante un polémico 'dedazo' desde Moncloa, de Moreno Bonilla, un hombre joven y experto, pero diez años alejado de la realidad política andaluza, dio alas al sueño. Andalucía es el más importante vivero de votos socialista y doblarles alli nuevamente el pulso significaba un triunfo en toda regla. Un aldabonazo simbólico para toda la organización.

No fue así. Y de ahí, el chasco. Cierto que el PSOE perdió casi 300.000 seguidores en el empeño pero, así y todo, le sacó casi 250.000 al PP, en una victoria sin discusiones. Susana Díaz, con el rabillo del ojo puesto en la interna de su partido, que vivía un batacazo electoral sin precedentes en unas europeas, celebró a lo grande en Sevilla su triunfo inapelable, con cientos de seguidores enarbolando las banderas de su partido y coreando su nombre. ¿Rumbo quizás a Madrid? Ahora mismo, ese es un asunto pendiente de dilucidar. Esa misma noche, la presidenta de la Junta, muy crecida por los datos que acaban de arrojar las urnas, telefoneó a Pérez Rubalcaba para sugerirle que lo mejor que podía hacer era tomar el portante, luego de convocar un congreso extraordinario. Y así se hizo.

Caras largas

En la sede del PP andaluz, sin embargo, no hubo motivo para el festejo. Caras largas y decepción. Habían perdido casi 350.000 votos con respecto a las últimas europeas. El relevo en la dirección territorial no había causado aún el efecto requerido. "Es demasiado pronto", comentaba a este diario un portavoz de la formación. Moreno Bonilla apenas lleva tres meses en el cargo y no lo conoce ni una tercera parte de los andaluces.

¿A qué entonces el comentario optimista de Rajoy? El presidente del PP no suele aventurar resultados ni adelantar acontecimientos, ese es uno de los signos de indentidad de la casa. Muy posiblemente, según comenta un veterano dirigente, le habían calentado tanto las orejas con la potencia y el tirón de Moreno que se lo había creído. Y hasta pensó en una victoria.

Los antecedentes del chaparrón estaban muy claros porque en el mitin de Sevilla, con la presencia de Rajoy y Cañete, los organizadores tuvieron que retirar varias filas de sillas ya que no conseguían siquiera llegar a los 700 asistentes. Un 'pinchazo' en toda regla. Unos días después, los datos ratificaron aquellos augurios. Pese a que en el Gobierno hay dos ministros andaluces, pese a que su cabeza de lista de las europeas es andaluz, no se confirnó la previsión. El PP perdía en siete de las ocho provincias andaluzas. Tan sólo se salvaba Almería. Moreno Bonilla ni siquiera lograba mantenerse en Málaga, la provincia de donde es originario del PP, donde mordía el polvo por más de 20.000 votos de diferencia.

No ha empezado con buen pie la nueva etapa del PP andaluz. Quizás se le pedían resultados antes de tiempo. Pero la siguiente cita será crucial. Las municipales pondrán a prueba la capacidad del partido para retener las alcaldías de todas las grandes capitales de provincia que ahora son suyas. Y, quizás, a la vuelta del verano, según como evolucionen las cosas en el PSOE, Susana Díaz podría convocar anticipadamente las autonómicas. ¿Conocerán ya para entonces los andaluces a Juan Manuel Moreno Bonilla?

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