Hay nervios en algunas 'baronías' del PP. Son varios los líderes regionales que han transmitido en las últimas semanas a Mariano Rajoy su inquietud ante determinadas "vías de agua" y errores clamorosos que observan tanto en el Gobierno como en la dirección del partido. Quieren un mensaje de impulso, de inciativa. El viaje a Washington del presidente y la entrevista con Obama han ido muy bien. Pero con escaso calado social. Hay que bajar al terreno y recuperar el voto perdido.
El horizonte electoral de las autonómicas y municipales se acerca y cunde la preocupación. El mensaje del presidente del Gobierno es muy claro. Se trata de que este año hay que cambiar el discurso del sufrimiento por el de la esperanza. Algunos datos económicos empiezan a enveredarse pero, según los "barones", con escaso eco en la población. "Necesitamos creación de empleo y bajada de impuestos", transmiten en privado en Moncloa. También reclaman algún gesto que transmita dinamismo, que dé la sensación de que el Gobierno no marcha a remolque de los acontecimientos. Algunos exigen, por ejemplo, concretar determinados relevos en el Consejo de Ministros. "Hay que soltar lastre", aseguran. Justicia, Interior y Sanidad, amén de Educación, por este orden, son las carteras más mencionadas a la hora de sugerir cambios. De Hacienda ni se habla porque Montoro es la "estrella" del Gabinete. Intocable.
Quejas y reproches
Se le reprocha a Gallardón el nefasto cambio en el sistema de elección de la cúpula de la Justicia y la controvertida reforma del aborto. A Fernández Díaz, tanto el affaire Bolinaga como la suelta masiva de etarras y la filtración de un operativo antiterrorista. O la pasividad de las fuerzas del orden en el incendio de Gamonal. Son muchas las comunidades quejosas con el zigzagueo de la ministra Mato en su gestión de la política sanitaria, con pasos atrás en copagos y adelante en dependencia.
En el PP, este año se trata de cambiar el discurso del sufrimiento por el de la esperanza
Son reproches importantes, que claman cambios. Los líderes autonómicos conocen la filosofía de Rajoy de no mover el banquillo. Pero ahora lo estiman necesario. El calendario inmediato del PP gira en torno a la elaboración de las listas europeas y la convención nacional de Valladolid. Dos semanas intensas en las que algunas de las dudas más importantes quedarán despejadas.
Rajoy escucha y prepara su artillería. En la convención del PP catalán, el día 25, pronunciará un importante discurso contra el reto soberanista de Artur Mas. En marzo, hará lo propio, sobre economía, durante el debate del Estado de la Nación. Cataluña y economía, los dos ejes de la acción de gobierno.
Los "barones" piden más. Y se extienden los rumores sobre crisis o remodelaciones de Gobierno. Después de la Convención, apuntan unos. Después de las auropeas, apuntan otros. Después del verano, dicen los más. Sólo Rajoy lo sabe.
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