España

Rajoy pretender arrebatarle a Rivera el estandarte del centroderecha

Rajoy quiere hacerse con el santo y seña del centroderecha nacional. En su discurso de investidura, insistirá en identificar a Ciudadanos con el PSOE y en convertir a Rivera en el palanganero de Sánchez.

En Moncloa se prepara el discurso de Mariano Rajoy desde hace días. En forma concienzuda, se revisan los datos y se pulen los adjetivos. El presidente en funciones trabaja personal e intensamente en una intervención que pretende ser el banderazo de salida de la campaña de las generales del 26 de junio. Buscará en su intervención un objetivo doble: presentar a Sánchez como el hombre que ha impedido el acuerdo de la gran coalición que necesita España y, al tiempo, plantificarle a Rivera la etiqueta de socio preferente de los socialistas. "El centro derecha es el PP. Ciudadanos todavía no sabe lo que es. Es un ente ideológicamente informe, ambiguo y anfibio. Ha firmado una acuerdo programático que le convierte en el palafrenero de Sánchez, en su gran auxiliar para que llegue al Gobierno", comentan en fuentes de Génova. 

No ha sido el líder de Ciudadanos demasiado complaciente con Rajoy. Desde que arrancó la ronda negociadora de la investidura, ha insistido sin tregua en la necesidad de que el líder del PP debe abandonar la política, dar un paso al costado, dejar a otro de los suyos en su puesto. "No es el más adecuado para combatir la corrupción", se ha insistido con reiteración desde las filas de la formación naranja. Ataques que al presidente en funciones le resbalan. "Ciudadanos no es necesario para la gran coalición. No estaría mal que formará parte del pacto, pero no es imprescindible", suele repetir en sus intervenciones, poniendo el dedo en la llaga de los escasos 40 diputados de Rivera, que no suman para nada. 

"El centro derecha es el PP. Ciudadanos todavía no sabe lo que es. Es un ente ideológicamente informe, ambiguo y anfibio", comentan desde Génova

Será un discurso duro contra Sánchez. Impecable en las formas, directo a la mandíbula, en el fondo. Pocos conocen su contenido. Rajoy trabaja con Arriola, Sáenz de Santamaría, Moragas y algún 'fontanero' de ocasión. Algo se ha filtrado del contenido. Vaguedades genéricas, líneas previsibles. Pero puede haber sorpresas. Demoler el acuerdo PSOE-Ciudadanos es un punto importante. Algo ha colaborado Sánchez con la ampliación de la oferta efectuada en la tarde del lunes: cinco documentos que ha presentado a Podemos y otras formaciones de la izquierda.

"No es un acuerdo de legislatura, es un pastiche informe, Sánchez engaña a todo el mundo", comentan en el PP. Ciudadanos no sale bien parado de este movimiento de Sánchez. Al partido naranja se la ha puesto cara de 'novia boba y engañada', deslizan desde Génova, donde se frotan las manos ante el traspiés cometido, en su opinión por los hombres de Rivera. 

Una ceremonia pomposa

Rajoy se dispone a subrayar el bloqueo sistemático y obsesivo de Pedro Sánchez a cualquier tipo de diálogo. Destrozará luego el muy aireado documento del pacto, suscrito con Rivera en una ceremonia solemne en la sede del Congreso, en un acto cuya revisión, a la vista de los acontecimientos del lunes, mueve a la sonrisa. "Incluso a conmiseración. Han pecado de pardillos, tanto bombo para nada", dicen en privado algunos dirigentes populares. Señalará luego a Rivera su condición de colaborador necesario para que el PSOE llegue al poder. Un papel que muchos votantes del partido naranja se niegan a comprender. Y rematará este apartado de sus reproches a Ciudadanos con una especial mención del papel del PP como eje fundamental y único del centro-derecha nacional. Estandarte que Rivera pretende arrebatarle desde hace tiempo y, con más insistencia, desde que arrancaron las conversaciones con el PSOE.

Rajoy tiene que convencer a sus antiguos votantes de que no deben entregarle de nuevo su respaldo a C's, porque es darle el voto al PSOE

"El gran bloque de centro", engolan su pluma los exégetas al describir el emparejamiento suscrito entre el PSOE y Ciudadanos. El presidente del PP insistirá mucho en este aspecto. Tiene que convencer a sus antiguos votantes de que no deben entregarle de nuevo su respaldo a Ciudadanos, porque es darle el voto al PSOE. Un argumento que puede funcionar de forma razonable en un sector del electorado, especialmente en el de mayor edad. Pero el simpatizante más joven que abandonó el PP en las últimas generales, será difícil que vuelva a casa. Quizás se haya decepcionado con este movimiento de Rivera, pero no volverá a las andadas de votar al PP, se acuerdo con un analista que colabora con Moncloa.   

La crítica de Rajoy a Ciudadanos no será feroz. La semana próxima, en el caso de que el intento de Sánchez haya fallado, habrá que sentarse a negociar. El presidente en funciones también dejará una puerta abierta al secretario general de los socialistas para hablar de futuro. Nadie en el PP espera que se apee de sus postulados. Pero en su condición de jefe de filas del partido más votado y, por ende, primer aspirante 'natural y legítimo' a la presidencia, deberá afanarse de nuevo por afanarse en mostrar que busca la 'entente a tres'.

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