El Rey iba a ser quien comunicara a la nación su decisión de renunciar al trono en la mañana del lunes 2 de febrero. Don Juan Carlos había redactado personalmente un mensaje del que había descartado varios borradores y en el que aseguraba que pretendía subrayar que era una decisión personal y voluntaria, no forzada ni por presiones ni por la enfermedad. Así lo plasmaba al decir que actuaba “guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España”. Pero la filtración de la noticia al entorno de Aznar precipitó la ceremonia. Ante el temor a que la decisión saltara a los medios, Zarzuela pidió a Rajoy que adelantara personalmente el anuncio. A las 9:32 de la mañana, Moncloa convocaba a la prensa. Una hora después, se rompía el protocolo previsto: un Presidente anunciaba el cese de un Rey.
Aznar llegó a decirle a Spottorno que el Rey debía abdicar de forma "urgente" en la boda de Blesa, celebrada el pasado 4 de octubre
La precipitación final del anuncio del Rey es un fiel reflejo de un proceso de presiones en el que los protagonistas también han sido el Monarca y del papel que los ex presidentes han jugado en la decisión de Don Juan Carlos. Los tres, además de otros responsables políticos en activo a día de hoy, han pasado meses aconsejando o presionando –según las diferentes versiones de sus entornos—al Rey para que dejara el cargo.
Las visitas al despacho del Rey comenzaron en febrero de 2013, según fuentes conocedoras de esas conversaciones. Desde entonces, Don Juan Carlos recibió a Felipe González, a José Luis Rodríguez Zapatero y a José María Aznar en una ronda de encuentros que Zarzuela no confirma oficialmente por corresponder a la “agenda privada del Rey” pero que se describen oficiosamente como “conversaciones sobre la situación económica”. En ellas, uno tras otro, los ex presidentes coincidieron en la necesidad de que el Monarca dejara la institución.
- Felipe González fue el más claro en ese mensaje. Habló del desgaste que sufría la institución y de la erosión que podía sufrir si la recuperación física del Monarca se ralentizaba. Al expresidente el Monarca le dijo literalmente que "los reyes mueren en la cama, siéndolo".
- José Luis Rodríguez Zapatero fue el más conciliador. Su mensaje fue más ambiguo pero terminó con el mismo consejo: quizá sería conveniente que el Rey “dejara paso”, relatan fuentes de su entorno.
- El más duro de los tres fue José María Aznar. El ex presidente mantiene una relación más distante con el Monarca. Su mensaje fue el más claro y frío. Pero Aznar no sólo transmitió ese mensaje al Rey. Lo reiteró al Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, en una ceremonia pública: la boda de Miguel Blesa, celebrada el 4 de octubre en la finca de Las Jarillas, al norte de Madrid. Ambos compartieron mesa en esa ceremonia y en ella, Aznar expresó la necesidad de que esa abdicación se produjera de manera “urgente”, una expresión que fue escuchada por otros asistentes a la ceremonia.
En noviembre de 2013, el Rey había dado el “no” a todos los ex mandatarios. De hecho, en su discurso de Nochevieja el Rey expresó su deseo de seguir en la Jefatura del Estado al decir: “quiero transmitiros como Rey de España: En primer lugar, mi determinación de continuar estimulando la convivencia cívica, en el desempeño fiel del mandato y las competencias que me atribuye el orden constitucional, de acuerdo con los principios y valores que han impulsado nuestro progreso como sociedad. Y, en segundo lugar, la seguridad de que asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad”.
Reuniones con Rajoy y Rubalcaba
Pese a la respuesta a esas presiones, el Rey ha seguido manteniendo reuniones con el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y con el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, a los que ha planteado la misma cuestión. Aunque oficialmente Zarzuela asegura que el Rey transmitió su decisión de renunciar el pasado 31 de marzo a Rajoy y el 3 de abril a Rubalcaba, las mismas fuentes afirman que la decisión había sido tomada e incluso comunicada un cierto tiempo antes. También Rajoy y Rubalcaba han trasladado al Monarca su impresión de que la institución necesitaba un relevo y la visión de que sólo el actual equilibrio de fuerzas (en las que PP y PSOE suman el 80% de la Cortes) puede permitir una transición sin sobresaltos parlamentarios.
El Rey se emocionó en su grabación
La decisión del Monarca iba a tener un desenlace distinto al que finalmente sucedió. La intención de Zarzuela era grabar un mensaje y emitirlo a mitad de la mañana. Pero la noticia de la abdicación se cruzó con uno de los ex presidentes que habían empujado al Rey a dejar el trono: José María Aznar.
El Rey se marchaba asegurando que actuaba “guiado por el convencimiento personal de prestar el mejor servicio a los españoles”
Ante la posibilidad de que desde el entorno de FAES se filtrara la decisión del Rey, Zarzuela pidió a Mariano Rajoy que se adelantara. Moncloa envió a las 9:32 un mensaje con el texto: “Aviso urgente: El presidente del Gobierno efectuará una declaración institucional a las 10.30h. en el Complejo de La Moncloa”. Una hora más tarde, comenzaba la puesta en escena pública y Rajoy comunicaba la abdicación. El Rey descolgó el teléfono para llamar a los presidentes del Congreso y Senado.
A las 11.05h, un equipo de cámaras de RTVE llegaba a La Zarzuela esperando emitir un mensaje del Rey al mediodía. Durante la grabación estuvo presente el Príncipe. Pero el Rey se emocionó en un par de ocasiones al leer su discurso y eso retrasó un mensaje hasta pasada la una de la tarde. Tras haber recibido presiones durante más de seis meses, Don Juan Carlos decía que actuaba “guiado por el convencimiento personal de prestar el mejor servicio a los españoles”.
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