Está 'asombrado' Mariano Rajoy ante el entusiasmo que muestra Albert Rivera en apoyar la accidentada marcha de Sánchez hacia Moncloa. "Ese pacto no sirve para nada, no suma", dijo el presidente del Gobierno en Antena 3. Moncloa no pierde los nervios ante una iniciativa que, según comentan, no tiene recorrido. PSOE y Ciudadanos no suman, necesitarán de la abstención de Podemos. Algo que por ahora no parece factible, si se advierten los aspavientos con que apareció Íñigo Errejón en la rueda de prensa de la ruptura. Desde las filas socialistas se le respondió que Podemos mienten, y lo saben. Mucha electricidad en las mesas de reuniones. Demasiados nervios sobredosis de tensión.
El equipo del presidente del Gobierno en funciones da por hecho que no habrá sorpresa, ni acuerdo de 'último minuto'. Sánchez no logrará los respaldos suficientes, al menos el 5 de marzo. Se trabaja ya pensando en la celebración de nuevas elecciones. "Las negociaciones entre el PSOE y Ciudadanos han sido un numerito de distracción, un elemento ornamental para reforzar la figura de Sánchez, que estaba en declive, y para que Rivera arañe mayor protagonismo", dicen en estas fuentes. La ceremonia de la firma del 'acuerdo basura' y el intercambio de los encuerados documentos, en una noble y amplia sala del Congreso y transmitida en directo por la televisión pública, ha superado todas las previsiones sobre el empeño de Sánchez en situarse en el eje del tablero político.
"Las negociaciones entre el PSOE y C's han sido una distracción, un elemento ornamental para reforzar la figura de Sánchez, que estaba en declive", comentan en el equipo de Rajoy
Rivera hace de 'palafrenero' del líder socialista, comentan desde Génova, cuyos dirigentes se enfrascan en estas horas en desacreditar la actuación de Rivera pero sin emplearse demasiado a fondo. En unos días posiblemente tendrán que hablar en otros términos con el líder naranja, en los de la negociación y quizás el acuerdo. "Creen en Ciudadanos que esto les da réditos, pero las cosas no van así", dice una fuente de Moncloa. "El 60 por ciento de los votantes de Ciudadanos provienen del PP. Una cosa es castigar a Rajoy y otra bien distinta es entregarle el Gobierno a Sánchez. Es un error. Casi un paso kamikaze", asegura. "Se les ha subido a la cabeza. Ya volverán a la normalidad".
El espejismo del primer ministro
Hay algunos aspectos del pacto, como los referidos a la lucha contra la corrupción, los imputados en política, la reforma laboral, en suma, la voladura descontrolada de gran parte de la acción de Gobierno de estos últimos cuatro años, que no se comparecen con lo que ha venido defendiendo hasta ahora Ciudadanos, comentan. "Siempre dijo Rivera que no entraría en el Gobierno y ahora está ansioso por alcanzar una vicepresidencia. Y pretende que nosotros le ayudemos a sentarse en la poltrona y reclama sin parar la abstención del PP. Nosotros no estafamos a nuestros votantes", señala un iracundo dirigente del PP convencido de que este paso traerá consecuencias serias para el partido naranja en el caso de que se repitan las elecciones.
"Una cosa es castigar a Rajoy y otra bien distinta es entregarle el Gobierno a Sánchez. Es un error. Casi un paso kamikaze", aseguran desde el PP
Rivera está sacando enorme partido a su exigua representación parlamentaria. Consiguió primero colocar en la presidencia del Congreso a un personaje como Patxi López, 'cuyo nivel político y altura intelectual ya se está viendo", atacan desde el PP. Incluso se ha creído a algunos columnistas, sin duda rebosantes de ironía, que sugieren la 'opción Borgen', en línea con la serie de televisión danesa, que auparía a la presidencia al cuarto partido en número de votos. "Hay gente en Ciudadanos que nos comenta que a Rivera se le ha pasado por la imaginación semejante idea. Hay un par de opinadores que le marean", aseguran desde el PP.
La ruptura de Podemos, el pacto del PSOE con Ciudadanos, los portazos, esquinazos, codazos... forman parte de la escenografía de un guion que se va improvisando día a día. Sánchez intenta mantener la negociación a dos bandas, busca el apoyo de Ciudadanos y la abstención de Podemos. Al tiempo, también pretende el respaldo de sus bases y la anuencia de sus barones. Un circo de cuatro pistas. O cinco, si se cuenta también a los liliputienses nacionalistas con los que hay que contar. Por ahora, no va a ser posible. "Pero todo se andará, quien ha anunciado la ruptura ha sido Errejón, no estaba el jefe", comenta esta fuente. Hay dos meses por delante.
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