El presidente en funciones aceptó el jueves el encargo del Rey de formar un gobierno “moderado y estable”, dentro de unos plazos de tiempo razonables. Para ello ha decidido abrir una ronda de contactos, que arrancaron ya el viernes. No se tratará ahora de conversaciones privadas o diálogos telefónicos, como los que ha estado manteniendo estas últimas jornadas. Se cambia el formato, siempre ‘a gusto del consumidor’, cual es la expresión de Moncloa. Los equipos del PSOE y Ciudadanos han aceptado la apuesta, han acordado que las entrevistas se celebren en el Congreso y no han descartado, por el momento, comparecer en cada caso ante los medios para resumir lo tratado.
“El objetivo principal es que todo el mundo pueda comprobar si Albert Rivera y Pedro Sánchez están a la altura de las circunstancias, de lo que espera de ellos la sociedad española”, comenta una fuente de Vozpópuli, recordando esa frase que pronunció el propio Mariano Rajoy en su comparecencia del jueves, tras su audiencia en Zarzuela.
“El objetivo principal es que todo el mundo pueda comprobar si Albert Rivera y Pedro Sánchez están a la altura de las circunstancias", comenta una fuente del PP
Decirle no al Rey
El equipo del Gobierno trabaja en nuevas ofertas y nuevos documentos para entregar a sus interlocutores. El material negociador enviado desde el PP en la última ocasión, tras el 26-J, fue rechazado por vago e inconcreto. “Es el programa del partido”, se escuchó tanto entre los socialistas como en el partido naranja. Se pretende ahora afinar más el tiro, con un material más segmentado, por sectores y objetivos, susceptible de todo tipo de mejoras y modificaciones. Cargos de Génova han insistido en los últimos días su voluntad de abrirse a todo tipo de planteamientos y reformas, desde la laboral a la de Educación, pasando por la electoral o la fiscal. “Hay puntos en nuestras propuestas asumibles por PSOE y Ciudadanos sin necesidad de enormes modificaciones”, comentan. "También hay sugerencias de ellos que podemos aceptar, con algunos leves retoques. Si hay voluntad política podremos avanzar. Y eso lo va a ver toda España".
Ahora se trata de poner en evidencia la voluntad de Sánchez, sumido en un ostracismo estratégico, y de Rivera, de colaborar en el encargo del Rey de que se forme un Ejecutivo para salir del atasco institucional. Es el compromiso de Rajoy con el Monarca, un factor que hará valer en sus diálogos con los dirigentes de la oposición. “Decirle no a Rajoy es decirle no al Rey”, llegó a decir Fernando Maíllo, vicesecretario general de los populares.
Luz y taquígrafos, negociaciones ‘radiadas’, transparencia, es la idea de los asesores del PP, que pretenden apurar al máximo esta nueva fase antes de tirar la toalla y abrir la vía a las nuevas elecciones. Rajoy quiere sacudirse su imagen de inactividad y pasotismo. Este viernes telefoneó a los tres líderes opositores. De Sánchez sólo escuchó mensajes negativos. Y un empeño supremo: Rajoy debe apearse de la ambigüedad y recurrir a la investidura. Es lo único que le preocupa al PSOE. No quiere hablar de reformas ni de programas. Con Rivera conversó más tiempo sobre Cataluña y se avanzaron algunos aspectos, superficiales, sobre los que versará el futuro diálogo. El líder de Ciudadanos no quiere moverse de la abstención, y recurre con insistencia a los casos Bárcenas y hasta Barberá, para exigir, sin demasiadas sutilezas, la renuncia de Rajoy. Un panorama escasamente alentador para avanzar hacia una solución que se pretende rápida. Urge aprobar techo de gasto y cerrar los presupuestos.
Luz y taquígrafos, negociaciones ‘radiadas’, transparencia, es la idea de los asesores del PP, que pretenden apurar al máximo esta nueva fase antes de tirar la toalla y abrir la vía a las nuevas elecciones
Ni calendario ni investidura
“Esto está muy duro”, confesaba Rajoy a alguno de sus colaboradores. El presidente en funciones rechazó poner fecha y confirmar su voluntad de asistir a una investidura para forzar a Ciudadanos y PSOE a hablar de la formación de un gobierno. “Sin gobierno no se sale de la actual situación. Sánchez sólo quiere que Rajoy muerda el polvo en la investidura, pero antes hay que intentar formar una mayoría parlamentaria. El PSOE ya ha dicho ni lo va intentar”, comentan. De esta ronda saldrá el rostro de los culpables, de quién en verdad está obstruyendo la solución al actual atasco que se prolonga ya por espacio de siete meses.
“Es el momento de construir, ya pasó el tiempo de las arengas de campaña y de los mítines, ahora hay que trabajar para superar las diferencias y dar con la solución que espera la sociedad española”, advirtió Rajoy en su rueda de prensa del jueves. Esta etapa negociadora no tiene un tiempo estipulado. El presidente evitó concretarlo. La presidenta del Congreso, de quien depende el cronómetro, también. Una vez agotadas todas las vías y concluidos los esfuerzos, Rajoy anunció que le trasladaría el Rey el resultado de estas gestiones y los apoyos que ha conseguido. “Es decir, le informaré de si estoy o no en condiciones de formar gobierno”. La incógnita sigue sin despejarse.
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