La Fiscalía Anticorrupción no ceja en su empeño de que 28 pinturas, cinco fotografías, cuatro esculturas y 185 plumas estilográficas valoradas en 15,6 millones de euros que están inmovilizadas en un puerto franco de Ginebra (Suiza), y que eran propiedad del arrepentido de la trama 'Púnica', David Marjaliza, acaben en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid.
La Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA), dependiente de la Secretaría de Estado de Justicia, firmó con el Museo Reina Sofía en julio de 2016 un convenio de colaboración para la conservación de las mencionadas obras de arte. El convenio se circunscribía a la conservación y almacenamiento de las obras, que podrían ser expuestas bajo una orden judicial.
La colección está compuesta por obras de pintores y escultores españoles como Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, Juan Uslé y Torres García, entre otros.
El 23 de abril de 2015 agentes de Suiza y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registraron la sede en Ginebra de la empresa Fine Art Transports Nature Le Coultre SA, cuyo dueño es el marchante de arte Yves Bouvier. Y allí los agentes encontraron los cuadros, que ahora la Fiscalía española trata de repatriar, aunque hasta el momento sin ningún éxito.
No conoce al testaferro
Y por eso el ministerio público ha ordenado a Marjaliza, que ni siquiera conoce al testaferro que está al frente de Millenia Trading Pte Ltd, la sociedad asiática a la que formalmente pertenecen las obras de arte en disputa, que arregle toda la documentación que posibilite, tras más de dos años de disputa, que la colección se traslade al Reina Sofía, según han explicado a Vozpópuli fuentes conocedoras de los hechos, que completan de de esta forma el Estado evitaría el pago del alquiler del puerto franco.
En este sentido, fuentes del caso han asegurado a este diario que David Marjaliza ya ha firmado diferente documentación con destino a Singapur, en un intento de que el testaferro reconozca que el auténtico propietario de las obras de arte es el empresario madrileño.
En la reciente sentencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que ha condenado al presunto cabecilla de la 'Púnica', Francisco Granados, a dos años de cárcel, los magistrados consideran hechos probados que tras el chivatazo de los agentes, tanto el ex secretario general del PP madrileño como su entonces socio David Marjaliza trataron de esconder su dinero de las autoridades españolas.
Y mientras Granados ocultó casi un millón de euros en billetes en el altillo de unas de las habitaciones de sus suegros, Marjaliza trasladó una suma de alrededor de 10 millones de euros a Singapur, uno de los pocos países que no colaboran habitualmente con España para esclarecer casos de corrupción, como por ejemplo ha pasdo en el 'caso Gürtel', en dónde este país no ha facilitado documentación sobre las empresas de Francisco Correa.
10 millones
Pero, además de esa suma de 10 millones de euros, que ya habría sido repatriada a España, según las mismas fuentes del caso, Marjaliza creó una empresa en Singapur, a nombre de un testaferro, que era propietaria de las mencionadas obras de arte, que el empresario guardaba en el puerto franco en Suiza.
Un gran número de las facturas de la compra de las obras de artes fueron encontrados por la UCO de la Guardia Civil en el dormitorio de la casa de la secretaria de Marjaliza, Ana Ramírez. Ahí se halló el cargo por la compra de un cuadro de Antoni Tàpies por 941.000 euros que luego fue exportado a Suiza con un valor muy inferior: 250.000 euros.
Si al final Marjaliza logra repatriar las obras de arte, tal y como le exige la Fiscalía Anticorrupción, la Audiencia Nacional podría hacerse con ellas si al final este empresario arrepentido es considerado culpable. De esta forma, el Estado podría pasar a ser el propietario de los cuadros, aunque también podría optar por convocar una subasta para obtener un mayor beneficio económico.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación