El pasado cinco de julio de 2024 el ministro de Transportes, Óscar Puente Santiago, ironizó con la teoría del PP de colocar patrulleras de la Armada a faenar en África occidental por la presencia de redes mafiosas relacionadas con la inmigración irregular: "¿Qué es lo que quieren, bombardear cayucos?". Un día antes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, exigió al PP que rectificase y respetase a las Fuerzas Armadas después de que esta formación propusiera desplegarlas para impedir la llegada de cayucos a Canarias. "Tengan un mínimo de responsabilidad, que conozcan la legislación vigente y que tengan un respeto a las Fuerzas Armadas españolas", dijo. Octubre de 2024: el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha pedido la presencia de buques de Frontex en la West African Atlantic Route (WAAR). Para Grande-Marlaska es preciso que Frontex contribuya a la prevención migratoria en las aguas africanas "como medida para salvar vidas" y ha insistido en la necesidad de un despliegue de la agencia en Mauritania, Senegal y Gambia, "donde España ya trabaja desde hace años".
Durante la celebración en Luxemburgo del Consejo de Ministros de Interior de la UE, este mes de octubre Grande-Marlaska ha señalado que la clave de la eficacia de Frontex reside en la adecuación de su marco legislativo a las necesidades de los países. "Es especialmente importante mejorar su capacidad para actuar en el exterior, tanto en materia de retorno como de gestión de fronteras", dijo. El comunicado oficial del Ministerio del Interior señala que la medida pedida a Frontex es para que "contribuya a la prevención migratoria en las aguas africanas". Países como Mauritania está de acuerdo con la presencia de Frontex en su territorio, pero en otra zona: en la frontera con Mali, que es de donde vienen sus problemas.
Entre enero y julio de 2024, más de 91.000 refugiados llegaron a Mauritania, lo que eleva el número total de refugiados y solicitantes de asilo a más de 262.000. Sólo la región de Hodh Chargui acoge ahora a más de 242.000 refugiados malienses, de los cuales aproximadamente 110.000 residen en Mbera. campamento y 132.000 están distribuidos entre 70 aldeas de acogida. Además de la población de refugiados en Hodh Chargui, actualmente hay 20.000 refugiados y solicitantes de asilo registrados en zonas urbanas (Nouakchott y Nouadhibou).
El titular de Interior ha solicitado a la Unión Europea más atención a la ruta migratoria atlántica. "La cooperación que la UE ha sabido desarrollar con los países candidatos o con los del Mediterráneo debe extenderse también a nuestros socios africanos en el Atlántico, con un enfoque integral", dijo en presencia de la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz. A lo largo de su intervención en el debate sobre la política de retorno de la UE, Marlaska ha destacado la importancia de la prevención de la inmigración irregular y de la cooperación "en asociaciones" mutuamente aceptable "con terceros países" para lograr una mayor eficacia en los retornos, "siempre con un compromiso ineludible con los derechos fundamentales, que son un pilar de la Unión Europea".
Con una frontera larga y porosa, Mauritania no tiene otra opción que esperar la solidaridad internacional en el campo Mbera, donde se acoge a miles de migrantes procedentes de Mali. Desde 2012, Mauritania ha acogido una oleada creciente de refugiados malienses, pero es a partir de 2021, con la intensificación de la violencia en el centro y el norte de Mali. En Mbera, el número de refugiados ha superado los 110.000, muy por encima de la capacidad del campo de 70.000, según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
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