España

Marlaska cesa al jefe de la Guardia Civil de Melilla tan sólo dos meses después de su nombramiento

Fuentes consultadas por ‘Vozpópuli’ destacan que la gestión de la política migratoria ha sido una de las claves por las que se ha tomado la decisión. El coronel ocupará plaza en la Escuela Universitaria del Instituto Armado

El Ministerio del Interior ha cesado al coronel Jesús Vicente Corresano como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, apenas dos meses después de que fuera designado para el puesto. Fuentes consultadas por Vozpópuli indican que la gestión de la política migratoria, meses después de la gran crisis en la que murieron al menos 24 personas -según fuentes oficiales- ha sido uno de los motivos que han sustentado la decisión. Desde el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska apuntan que su traslado a un nuevo destino se debe a “necesidades del servicio”.

La situación que atraviesa la Comandancia de la Guardia Civil viene marcada por la excepcionalidad de los últimos meses. Al último coronel al frente, Antonio Sierras, se le destinó a la agregaduría de Israel y, a partir de entonces, tomó las riendas del puesto el teniente coronel Arturo Ortega, quien tuvo que gestionar la crisis fronteriza del pasado mes de junio. Tras los episodios, el teniente coronel Ortega compareció en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones de la actuación policial.

A finales del pasado mes de noviembre se informó de que el coronel Jesús Vicente Torresano asumía la jefatura de la Comandancia. Había estado destinado en la Zona de Madrid y previamente en Salamanca, y solicitó de forma voluntaria su traslado hasta la ciudad autónoma, marcada por los recientes episodios fronterizos y las investigaciones que, en esas fechas, aún estaban abiertas sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en junio.

Abrió diligencias contra los asaltantes de la valla por lesiones

Apenas dos meses después de su nombramiento, el Ministerio del Interior ha optado por cesar al coronel Torresano de su puesto de Melilla. Fuentes consultadas por este diario señalan que la gestión de la política migratoria ha sido uno de los elementos por los que se ha asumido el relevo. El coronel habría decidido abrir diligencias judiciales contra los asaltantes de la valla de Melilla por lesiones y daños contra los agentes del Instituto Armado encargados de la seguridad en el perímetro fronterizo.

La decisión, no obstante, no encajó entre sus superiores. Y ahora, dos meses después de su nombramiento, se ha optado por su traslado. Su nuevo destino será la Escuela Universitaria de la Guardia Civil, en Madrid. Fuentes oficiales del Ministerio del Interior atribuyen la decisión a “necesidades del destino”.

Según informa el instituto armado en una nota de prensa, esta decisión ha sido propuesta por la cadena de Mando interna de la Guardia Civil a la Directora General del Cuerpo, María Gámez. El Coronel Jesús Torresano fue nombrado el pasado 18 de noviembre y publicado en el Boletín del Cuerpo del 22 de noviembre. A partir de este momento, el Teniente Coronel Arturo Ortega, segundo en el escalafón, queda al mando de la Comandancia de Melilla hasta que se produzca el nombramiento de un nuevo coronel.

Piden la dimisión de Grande-Marlaska

Las reacciones a este cese no se han demorado. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha asegurado que esperaban "sensatez" por parte de la Dirección General y critican la "nefasta gestión" que afecta al cuerpo y que afecta a los agentes que trabajan en la frontera, que son quienes más lo sufren.  

"No hay implantados unos protocolos claros ni concretos de actuación, tampoco se dota  de la suficiente protección jurídica y quienes tienen cargos de responsabilidad no solucionan los problemas que prevalecen. El problema no son los agentes, es la ineptitud de quienes no están capacitados para desempeñar cargos ministeriales. Es Grande-Marlaska quien debe dimitir de inmediato", solicitan.

En este sentido, advierten que el Gobierno está "cerrado al diálogo" con los representantes del Cuerpo, algo que "no es una actitud democrática". "Ni en Ceuta ni en Melilla hay medios humanos ni técnicos suficientes para prevenir tragedias como la referida. Mucho menos para abordarlas. Desarrollar el  trabajo con seguridad es fundamental. Son circunstancias migratorias extremas ante avalanchas de personas que se suceden frente el abandono institucional", concluyen.

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