España

Marlaska firma en Rabat un nuevo pacto migratorio con Marruecos tras la crisis de Melilla

Marruecos se compromete ante España y la Unión Europea a reforzar la "cooperación policial en la frontera" y a estrechar lazos en la lucha contra las redes de tráfico de personas

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la comisaria de Interior de la Unión Europea, Ylva Johansson, han mantenido este viernes en Rabat (Marruecos) una reunión con el titular de Interior marroquí, Abdelouafi Laftit, que se ha saldado con la firma de un nuevo acuerdo de cooperación en materia migratoria y de lucha contra las redes de tráfico de personas.

En el marco de este encuentro se ha acordado impulsar un nuevo marco de colaboración entre Marruecos y la Unión Europea que incluirá mecanismos para hacer frente a "los nuevos métodos operativos utilizados por las organizaciones criminales que se dedican al tráfico de seres humanos", señala Interior en un comunicado.

Los nuevos acuerdos de cooperación operativa en materia de lucha contra el tráfico de personas entre Marruecos y la Comisión Europea "incluirán principalmente el apoyo a la gestión de fronteras, el refuerzo de la cooperación policial –incluyendo investigaciones conjuntas-, la sensibilización frente a los peligros de la inmigración irregular así como el fortalecimiento de la cooperación con las agencias de la Unión Europea", apunta Interior.

La comisaria y los dos ministros han recordado los episodios vividos recientemente en Melilla, que han acabado con la muerte de una treintena de personas: 23, según las autoridades marroquíes; 37 denuncian las organizaciones no gubernamentales: "Estos sucesos, además de constituir una tragedia humana, pusieron a prueba los dispositivos tradicionales de lucha contra el tráfico de personas y demuestran la extrema peligrosidad de las redes de trata de personas y los riesgos que están dispuestas a generar".

De la crisis de Ceuta a la de Melilla

Los episodios vividos en Melilla también pusieron de manifiesto la restitución de las relaciones entre Madrid y Rabat, quebradas en los últimos meses tras el ingreso hospitalario del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño. Las tiranteces alcanzaron su máximo exponente con la retirada de la embajadora marroquí en España y la irrupción de miles de personas en la frontera de Ceuta; una crisis que se gestionó bajo la connivencia de las autoridades marroquíes y que obligó a España a desplegar a las Fuerzas Armadas.

La crisis bilateral se zanjó con un nuevo acuerdo de amistad bilateral desvelado por Mohamed VI, que incluía el reconocimiento por parte de España a los planes de soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. También se selló un documento que marcaba las líneas maestras que regirán las relaciones entre ambas partes y que incluía una referencia a la cuestión migratoria.

El acuerdo firmado este viernes va más allá de ese pacto bilateral, toda vez que Marruecos lo suscribe directamente con la Unión Europea. El departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska incide en que "España trabaja de forma decidida en la cooperación con los países de origen y tránsito y en la lucha contra las mafias que trafican con personas, tanto a través del intercambio de información operativa y como mediante acciones conjuntas".

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