Reyes Maroto ha activado este lunes desde Moncloa la campaña del PSOE para desbancar al popular José Luis Martínez-Almeida de la alcaldía de Madrid. La ministra de Industria ha sido tajante, pese a que ella misma ha asegurado que no iba a responder a cuestiones de su candidatura: "Lo más importante aquí es la gestión, que pueda convencer a los madrileños y madrileñas sobre una candidatura que asumo con gran responsabilidad. Y que, desde luego, Madrid necesita un cambio". Maroto ha dedicado casi tres minutos en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros para sacar pecho por su trabajo al frente de un ministerio "complejo".
La candidata socialista ha hecho gala de su "trabajo como gestora de fondos europeos". "Me gustaría aprovechar esta pregunta para poner en valor el importante esfuerzo que está haciendo el Gobierno para que los fondos lleguen a las familias y a las empresas. Desde los Gobiernos del PP solo escuchamos críticas de que estos fondos no llegan", ha espetado Maroto, quien ha tildado las declaraciones de los populares como de mentiras.
"El PP lanza críticas del sesgo que estamos, desde el Gobierno, incorporando a los fondos. Pero sin duda son críticas que yo puedo trasladar en mentiras. A los gobiernos se nos exige que hagamos política útil. Y las críticas, las mentiras, responden más a una forma de hacer política que nada tiene que ver con las necesidades, si en este caso hablamos de Madrid, o del conjunto de la ciudadanía", ha zanjado la candidata del PSOE, quien ha eludido precisar si podrá compatibilizar su cargo en Moncloa con sus obligaciones de partido al frente de la lista municipal de la capital.
Una "desconocida" para Madrid
Lo cierto es que en el PSOE de Madrid confían en que Maroto llegue para quedarse la próxima década. Lo contrario volvería a pauperizar las opciones del PSOE en la capital, donde no gobierna desde hace más de tres décadas. Con todo, la titular de Industria es una candidata muy vinculada a la federación, ya que fue diputada regional y, en la campaña de las elecciones autonómicas de 2021, en las que arrasó la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, fue en el equipo del candidato socialista Ángel Gabilondo con la promesa de ser la vicepresidenta económica de la Comunidad si los socialistas lograban formar gobierno.
El gran problema que enfrenta Maroto es que no es la candidata más conocida precisamente. Es cierto que el altavoz mediático del Gobierno está permitiendo a la ministra socialista darse a conocer aún más, como ha hecho este mismo lunes. Pero en el PSOE madrileño están preocupados por su bajo nivel de popularidad entre los ciudadanos. "No tiene el grado de conocimiento que todos quisiéramos. Por eso, es fundamental que, en cuanto sea proclamada oficialmente candidata, se ponga a trabajar en modo candidata. Y que todos nosotros arrimemos el hombro y echemos una mano en todo lo que podamos aportar y sumar", contó a este diario un diputado regional del PSOE.
No obstante, la valoración que hacen de ella en la federación madrileña es positiva: "sólida, solvente, trabajadora y cercana", zanjó un diputado regional consultado por Vozpópuli, y que detalló que Maroto conoce y respeta los usos y costumbres de los socialistas madrileños. Por eso, están tranquilos. Aunque saben que la gran batalla no la librarán por recuperar el bastón de mando, sino por escalar desde la cuarta posición que ocupan ahora en el Palacio de Cibeles. El gran rival, en efecto, no es el popular José Luis Martínez-Almeida, sino la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, quien se presupone candidata el próximo mes de mayo.
El banquillo de Moncloa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, puso su banquillo en Moncloa a disposición del PSOE de Madrid. Como ya contó este diario, el dirigente socialista tenía en la cabeza cuatro nombres para competir con el PP: la ministra de Defensa, Margarita Robles; el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska y las responsables de Industria, Reyes Maroto, y Justicia, Pilar Llop.
El PSOE retrasó a mediados de diciembre la celebración de las primarias en la capital, previstas en un principio para el 9 y el 16 de octubre. La gran perjudicada ha sido la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Mercedes González, quien pese a recibir la bendición de la ex vicesecretaria general Adriana Lastra para ser la rival del alcalde popular, quedó fuera de combate tras el envite al liderazgo de Sánchez de la política asturiana.
El núcleo duro de Sánchez no esconde que persigue replicar la jugada que llevó al PSC, comandado por el exministro de Sanidad Salvador Illa, a ganar las elecciones catalanas hace poco más de año y medio. Y no es casualidad que uno de los impulsores de aquella jugada, Paco Salazar, volviera este verano al búnker de Moncloa como estratega en jefe junto al jefe de gabinete, Óscar López y el director adjunto, Antonio Hernando.
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