"A Héctor Gómez le espera un Ministerio destrozado. Un verdadero calvario". Así resumen fuentes socialistas la herencia que deja Reyes Maroto en la cartera de Industria, Comercio y Turismo. Ceses, nombramientos y enchufes de primera y última hora han puesto fin a una etapa marcada por los "personalismos de Maroto". Y la permisividad de Pedro Sánchez, que ha dejado a la ministra hacer y deshacer, sobre todo en esta última etapa, como pago por enviarle "al matadero de la candidatura de Madrid".
Maroto se marcha dejando tras de sí a su equipo colocado y un sinfín de turbulencias. La más sonada, sin duda, fue el episodio del marido de Nadia Calviño. El intento de colocar Ignacio Manrique de Lara en la Escuela de Organización Industrial (EOI) fue un terremoto en el seno del Ministerio que supuso el cese de Raül Blanco como secretario general de Industria.
La operación se vistió como un castigo por los retrasos y el malestar del sector con el PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y la Transformación Económica) del vehículo eléctrico. Blanco fue nombrado poco después presidente de Renfe.
El marido de Calviño
"No es creíble que una persona supuestamente cesada por una gestión tan mala con el PERTE se le ponga al frente de una de las empresas públicas más importantes del país", explican estas fuentes. "Blanco pagó los platos rotos de todo el episodio del marido de Calviño".
La semana pasada, días antes de dejar su cargo como ministra, Juan Ignacio Díaz Bidart -jefe de Gabinete de Maroto- fue nombrado director general de la EOI. Un cargo remunerado con 120.000 euros al año y para el que Díaz Bidart, según fuentes del propio Ministerio, "carece de cualificación".
Maroto ha hecho y deshecho en el Ministerio a su antojo y la permisividad de La Moncloa. Y cuando las cosas no han marchado bien, tanto Calviño como Manuel de la Rocha -director de la Oficina Económica del presidente- han intervenido competencias de Comercio o Industria para sacar adelante los proyectos relaciones con los fondos europeos.
Sánchez ha hecho la vista gorda como pago a Maroto por asumir la candidatura a la Alcaldía de Madrid. Un trago difícil de asumir para el PSOE, cuyas expectativas electorales en la capital son bastante malas según el consenso de las encuestas. "Todavía no se ha explicado con claridad cómo Sánchez elige a Maroto después de disponer todo para nombrar a Mercedes González", señalan desde el PSOE de Madrid.
Otros terremotos de Maroto
No es el único terremoto interno que ha vivido el Ministerio durante la era Maroto. Otro episodio recordado internamente es el de Jordi Llinares, que empezó la legislatura como subdirector general de Digitalización de la Industria y Entornos Colaborativos. Según fuentes socialistas, Maroto le prometió la Dirección Genera pero acabó nombrando a María Muñoz, que según estas fuentes está próxima al PP.
"Llinares se quedó esperando un nombramiento que nunca llegó", explican. Llinares fue rescatado hace unas semanas por el Gobierno valenciano de Ximo Puig como director general de Ciencia e Investigación de la Consejería de Innovación.
La elección de Gómez es, por un lado, una apuesta por el turismo. El diputado del PSOE canario fue director general de Turespaña. Y, por otro, una forma de rehabilitar políticamente a un amigo personal de Sánchez, que apenas duró unos meses como portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados.
Maroto, por su parte, no solo ha recolocado a su equipo sino que también ha tenido manga ancha para elaborar la lista municipal de cara al próximo 28 de mayo. Y lo ha hecho por delante de la propia Mercedes González para la que se había creado un puesto orgánico específico en el PSOE de Madrid. "A González tenían que compensarle de alguna forma, y le ha dado la Dirección General de la Guardia Civil", explican.
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