El fichaje de la ministra de Industria, Reyes Maroto, como vicepresidenta económica de Ángel Gabilondo ha hundido por completo al PSOE de Madrid. La desmovilización de las bases del partido y de su electorado, tal y como detectan todos los estudios demoscópicos, ha llevado a muchos cuadros medios e intermedios del socialismo a admitir en privado que la mejor opción para condicionar al PP en las elecciones del 4 de mayo es Ciudadanos. "Es más útil votar a Edmundo Bal para al menos condicionar al PP", reconocen fuentes del PSOE-M a Vozpópuli.
Ferraz desveló este viernes que Maroto será la número dos de Gabilondo si el PSOE consigue formar Gobierno. El anuncio ha sido otra puñalada más para la federación madrileña, que se siente ninguneada por La Moncloa y la dirección nacional del partido en este proceso. La ministra no es una figura con tirón electoral, ni orgánico. Y nadie ha entendido la decisión.
"Hasta desincentiva al votante medio", explican otras fuentes. "Es dejar la economía de Madrid en manos de una desconocida que lleva hoy el turismo o la hostelería con todo lo que ha pasado... ¡Ni de coña!"
Sánchez está en el pulso nacional
Fuentes del PSOE revelan a Vozpópuli que habrá más fichajes como el de Maroto en los próximos días. Se irán anunciando nombres que supuestamente conformarían un Gobierno de Gabilondo. "A Ferraz, al parecer, le ha parecido que lo de Maroto ocupaba mucho espacio en televisión y van a ir dosificando estas incorporaciones", dicen. Otra de las críticas es que si Maroto se suma a la campaña madrileña, deja un Ministerio clave desguarnecido. "Con la que está cayendo en la economía, tenemos a la ministra de Industria, Comercio y Turismo de viaje por Madrid", lamentan.
El problema, según explican estas fuentes, es que Pedro Sánchez y su director de Gabinete, Iván Redondo, están jugando un partido nacional. Y el PSOE de Madrid es el que trata de llevar la contienda al terreno local. Esa colisión, dicen, está provocando una sangría de contradicciones que ha tenido su punto culminante en la subida o no los impuestos en la región.
"A nosotros nos preocupa que Ayuso gobierne con Vox", dicen. "Pensamos que es malo para Madrid y peligroso para todo el país. Creemos que el PSOE tiene la obligación de impedirlo".
Pero, tal y como van las cosas, muchos creen que es imposible. La opción de Ciudadanos puede ser la clave. El partido naranja ha optado por no proponer un cambio de gobierno de Madrid. Y a pesar de que Ayuso rompió unilateralmente la coalición para convocar elecciones, la formación que lidera Inés Arrimadas está dispuesta a pactar de nuevo con el PP.
Muchos cuadros del PSOE de Madrid entienden que si Bal logra pasar la barrera del 5% de los votos y entrar en la Asamblea con al menos siete escaños, Ciudadanos condicionará más a Ayuso que el PSOE. La mayoría de las encuestas dice que Bal se quedará fuera del parlamento madrileño. Y ésa es precisamente la estrategia de Sánchez. La opción de Moncloa es inflar al PP para que Ciudadanos se queda fuera y si puede ser Vox también. La creencia de Redondo es que Ayuso no logrará la mayoría absoluta en forma alguna y que por lo tanto un pacto de izquierdas podría desbancarla.
Dudas en el PSOE de Madrid
La decepción del episodio Maroto ha sembrado dudas también en el seno del PSOE-M sobre el futuro de la federación, que se abordará en el congreso regional de finales de año. Con el actual secretario general, José Manuel Franco, totalmente ausente, todas las miradas están puestas en Juan Lobato. Pero la llegada de la ministra, si Gabilondo consigue gobernar, convierte a Maroto de facto casi en sucesora de Gabilondo en las próximas elecciones.
Y lo que parecía, antes de esta decisión, es que ese puesto estaba llamado a ocuparlo la número dos de la lista, la ex secretaria de Estado Hana Jalloul. "Es un síntoma, o puede serlo, del sindiós que es todo esto", admiten desde el partido.
Fuentes del PSOE de Madrid aseguran que Jalloul está siendo una "decepción" en muchos sentidos. La incorporación de Irene Lozano como cinco de la lista de Gabilondo tampoco está aportando demasiado y con Maroto tampoco se espera mucho, más allá de que después de este movimiento su futuro en el Gobierno de Sánchez, según dicen estas fuentes, está sentenciado.