España

Marruecos sella oficialmente la frontera y corta el flujo de inmigrantes hacia Ceuta

La policía marroquí ha sellado el paso fronterizo de Tarajal y ha interrumpido el éxodo migratorio que en los pasados dos días ha permitido la entrada en Ceuta de 8.000 emigrantes indocumentados,

La policía marroquí ha sellado el paso fronterizo de Tarajal y ha interrumpido el éxodo migratorio que en los pasados dos días ha permitido la entrada en Ceuta de 8.000 emigrantes indocumentados, según ha podido comprobar Efe en la frontera.

El Gobierno considera que la llegada masiva de migrantes marroquíes a Ceuta ha sido un "asalto" a una frontera europea como es la española y no una crisis migratoria, si bien cree que todo va "volviendo a su sitio" y que Marruecos está "suavizando la situación", según explican distintas fuentes gubernamentales.

No obstante, Moncloa admite que todavía queda por resolver la crisis diplomática que se ha abierto con el país vecino; una crisis que en el Gobierno esperan poder resolver pronto, empezando por el regreso de la embajadora marroquí en Madrid, ya que consideran a Marruecos un país "amigo", y están convencidos de que debe seguir siéndolo.

Las fuentes consultadas explican que están notando que Marruecos está ya "suavizando" su postura, como demuestra el comportamiento que está teniendo ahora la policía marroquí, distinto al que tuvo desde la noche del domingo hasta el martes, cuando suspendieron el control fronterizo. Ahora ya hay un despliegue notable en los puntos de acceso a Ceuta, y están impidiendo la llegada a la frontera.

Vuelta de la embajada

Así, el Ejecutivo destaca que la tensión ya va decayendo, y que la noche ha sido "tranquila". Eso sí, todavía no dan por cerrada la crisis diplomática. Al menos quedan "48 horas de observación", señalan fuentes gubernamentales, aunque en este plano también admiten que está "bajando el diapasón".

Por ello, esperan que la embajadora marroquí que Rabat llamó a consultas, Karima Benyaich --de la que tienen muy buena opinión en Moncloa--, "vuelva pronto", y que la relación con Marruecos se recomponga, habida cuenta de que es un país "amigo" y un vecino "importante".

Sobre las causas que han provocado esta crisis, el Gobierno sigue rechazando relacionar directamente el desafío de Marruecos con la decisión de España de atender en un hospital de Logroño al líder de Frente Polisario, Brahim Ghali, y señalan, de hecho, que ya lleva un mes aquí.

Además, recalcan que este tipo de situaciones extraordiarias no se pueden prever e insisten en que hay que tener en cuenta muchos factores, como por ejemplo, la política internacional y la posición de Estados Unidos y el presidente Joe Biden en Oriente Próximo. Según el Gobierno, Marruecos ha demostrado con esta crisis que está avisando a Europa de forma preventiva.

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha asegurado que España “no va a entrar en un ejercicio de alimentar la escalada” de tensión con Marruecos, sino de "tejer puentes", pero va a ser “firme en la defensa de su integridad territorial y de sus fronteras”.

En declaraciones a RNE, González Laya ha subrayado que si España acogió al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño fue por su tradición humanitaria y que con este gesto no pretendía “ninguna agresión a nadie”, pese a ser consciente de que el conflicto del Sahara Occidental es un tema “de enorme sensibilidad para Marruecos”.

Tradición humanitaria

Esta es una posición de España que se ha explicado “múltiples veces y por múltiples canales” a Marruecos; “España tiene una tradición humanitaria y tiene que poder ejercerla cuando lo crea necesario, siempre respetando a sus vecinos y no buscando una agresión a nadie”, ha subrayado.

“Ni hemos provocado esta escalada, ni la queremos alimentar, ni la vamos a alimentar, hay que reconducir esta situación”, ha asegurado González Laya antes de reiterar que “nunca le dimos carácter de agresión bilateral” a lo que era un simple “gesto humanitario hacia una persona gravemente enferma”.

“Por lo tanto, nunca vamos entrar en ejercicio de escalada, pero vamos seguir firmes en la defensa de la integridad territorial, de las fronteras de nuestro país y de la seguridad y el orden”, ha subrayado. En opinión de la ministra, tras la llegada de hasta 8.000 inmigrantes a Ceuta y Melilla en dos jornadas, “son momentos para mantener la cabeza fría”.

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