Muchas cosas han cambiado en Marruecos en poco más de un año, desde aquel convulso mes de mayo de 2021 en el que miles de personas entraron en Ceuta por vías irregulares. Tras serenarse las relaciones diplomáticas entre Madrid y Rabat, el reino alauí ha impuesto mano dura en los flujos migratorios. La reacción de la gendarmería marroquí en el reciente salto de Melilla -ya hay sendas investigaciones abiertas para determinar su papel en la muerte de una treintena de inmigrantes- da fe de ello. Y en las últimas jornadas, según ha sabido Vozpópuli, ha explotado nuevas operaciones en este ámbito que se han saldado con la detención de 25 personas y la incautación de 138 armas como las que habitualmente se emplean para llegar a Ceuta y Melilla.
Fuentes de seguridad destacan que la colaboración con Marruecos es “total” desde hace unos pocos meses, coincidiendo con el acuerdo bilateral firmado entre Madrid y Rabat sobre las nuevas relaciones entre ambos países. Las mafias de traficantes de seres humanos -inciden las mismas fuentes- se esmeran ahora a fondo para llevar a cabo acciones más coordinadas y numerosas, con el objetivo de quebrar el fuerte dispositivo que hay en las fronteras de Ceuta y Melilla.
Según las investigaciones realizadas por Marruecos, la forma de actuar de los inmigrantes subsaharianos, la mayoría de ellos sudaneses, obedece a directrices jerárquicas y bien estudiadas. Las autoridades del reino alauí ponen como ejemplo la intervención de la Policía de Tánger este pasado sábado, 9 de julio, que culminó con la incautación de 138 armas o herramientas de hierro como las que se emplean en los saltos a las vallas.
La intervención en el mercado de esta ciudad marroquí pondría de manifiesto que existe una estructura logística que facilitaría a las organizaciones criminales los recursos necesarios para que los inmigrantes intenten acceder por vías irregulares a territorio español. Las organizaciones de tráfico de seres humanos tratan de extender su influencia sobre los subsaharianos, prometiéndoles una mayor garantía de éxito en sus saltos que si los acatasen de forma individual o en grupos pequeños.
Mohamed Al-Nashnash, expresidente de la Organización Marroquí para los Derechos Humanos, aseguró en declaraciones a la agencia Hespress que el hallazgo del mercado de Tánger desvela “la existencia de mafias que contribuyen a facilitar los cruces ilegales”. A su juicio, la restitución de las relaciones entre Marruecos y España ha conllevado el fortalecimiento de las “mafias” que actúan “de forma ofensiva [o violenta]” para cruzar a Ceuta y Melilla de forma ilegal.
El mismo sábado, 9 de julio, las autoridades marroquíes detuvieron a 25 inmigrantes subsaharianos que tenían en su poder otras 36 herramientas de fabricación artesanal para saltar el perímetro fronterizo. La Dirección General de Seguridad Nacional alertó de que la intervención policial sirvió para frustrar un nuevo intento de salto.
Cambio de rumbo en Marruecos
Las detenciones se suman a otras operaciones recientes de las autoridades del país vecino. Como contó Vozpópuli, Marruecos trasladó en autobuses a los subsaharianos repartidos frente a las fronteras de Ceuta y Melilla a otros puntos más alejados. También se ha batido el monte Gurugú, refugio habitual de los subsaharianos, que se han visto obligados a dispersarse y repartirse en otras regiones, dificultando nuevos saltos masivos.
“Marruecos actúa ahora con firmeza, mucho han cambiado las cosas en los últimos meses”, detallan policiales presentes en las fronteras de las ciudades autónomas. Las autoridades marroquíes no sólo se despliegan cuando se registra una nueva intrusión, sino que intervienen en fases anteriores, frustrando la coordinación de las mafias.
‘Mano dura’ cuando aún escuecen las heridas del reciente salto a la frontera de Melilla, que se saldó con la muerte de 23 inmigrantes subsaharianos, según las autoridades marroquíes, o 37, denuncian las organizaciones no gubernamentales. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo que retractarse de su valoración del episodio, al asegurar que estaba “bien resuelto”. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha respaldado en varias ocasiones a la gendarmería marroquí por su intervención, a pesar de las presiones de su socio de Gobierno, Unidas Podemos, que exige una condena por los hechos.
Las mismas fuentes policiales consideran que las mafias de tráfico de seres humanos tendrán “mucho más difícil” perpetrar nuevos saltos masivos en el futuro inmediato debido al nuevo acuerdo de cooperación migratoria suscrito en Rabat entre Marruecos y la Unión Europea, en una reunión en la que también participó Marlaska. Por su parte, las organizaciones criminales buscan romper la nueva línea de seguridad en el perímetro fronterizo de Ceuta y Melilla con una mayor coordinación y potenciando las actuaciones violentas.
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