Las ecuaciones políticas hacen difícil resolver la incógnita. En Sumar, el conglomerado de siglas empieza a asemejarse una comunidad de vecinos, sobre todo en lo que a política exterior se refiere. Esta semana, han sido palpables las diferencias internas sobre Marruecos y el Sáhara. Y no es el único punto de fricción entre los sumaritas, la posición sobre la guerra de Ucrania es casi antagónica entre miembros de la misma formación.
El número dos de Yolanda Díaz por Madrid, Agustín Santos Maraver, ha realizado unas declaraciones en la Agencia EFE sobre Marruecos que no han hecho ninguna gracia a ciertos sectores de Sumar. El ex embajador de España ante las Naciones Unidas (ONU) rechazó llamar "dictadura" a la monarquía marroquí, al que se refirió como "un régimen de cosoberanía” entre el rey y el pueblo. Para Santos, Marruecos “es un socio estratégico” con el que “tenemos que desarrollar un espacio de coprosperidad”.
El exembajador defendió que un Gobierno de izquierdas debe “acompañar los espacios de modernización y de ampliación del espacio democrático en Maruecos”, y llegó a negar que las violaciones de derechos humanos sean algo generalizado en el régimen marroquí, los considera “casos individuales”.
Otra de las posturas que en Sumar consideran insólita ha sido su defensa de la posición del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la cuestión del Sáhara. Para Santos, no se ha producido un viraje político, sino que se están siguiendo los dictados de la ONU.
Desde el núcleo de Díaz no han tardado en salir a desmentir al número dos por Madrid. Ha sido el mismo portavoz de la campaña electoral, Ernest Urtasun, quien ha desdicho a Santos en Onda Cero: "Obviamente, Marruecos no es una democracia". En la entrevista, el portavoz de Sumar subrayó que la posición del partido de Díaz es la defensa de la libre autodeterminación en el Sáhara Occidental. "A medida que la democracia y los derechos humanos avancen en Marruecos, podemos aspirar a una relación bilateral mejor (con el país vecino)".
Pese a las claras diferencias internas en un asunto de tanta importancia para España, Urtason hizo un esfuerzo de que tal división solo existe en el imaginario colectivo, y no en el mundo real: "La posición del embajador Santos es la de Tesh Sidi -número 3 en la lista de Madrid y activista de la causa saharahui- y es también la mía. Y son básicamente dos cosas: la defensa de la libre determinación del Sáhara en pleno cumplimiento de las resoluciones de la ONU; la Minurso -la misión de la ONU para el Referéndum en el Sáhara Occidental- está sobre el terreno y debemos apoyar ese marco que es el marco legal de la ONU. La segunda cosa es la defensa de los derechos humanos en Marruecos y en cualquier lugar del mundo".
Ucrania, otro punto de fricción
Mientras que Yolanda Díaz considera que Ucrania tiene derecho a defenderse de Rusia, como manifestó en el programa 'El Objetivo' de La Sexta (posición oficial del partido según fuentes de Sumar), sus aliados comunistas de Izquierda Unida creen que la guerra nace de una provocación de la OTAN y que el único camino posible es la rendición de los de Zelenski.
En Sumar no existe una posición uniforme sobre el conflicto bélico más grave de nuestros tiempos. Quien más defiende la ayuda militar Compromís. A este respecto, Joan Baldoví fue muy claro en su día en el Congreso de los Diputados: "Es necesario un arma para defenderse, como hubieran ayudado también a la República en el año 36, y no una neutralidad estéril que la condenó a una derrota e instauró una dictadura de 40 años"
Los socios de Izquierda Unida y Podemos opinan, por el contrario, que no hay que ayudar militar ni económicamente a Ucrania, como han demostrado en diversas votaciones en el Parlamento Europeo. Un planteamiento que, de facto, supone la ocupación de Ucrania por parte de la Rusia de Putin. Su postura tras la asonada de Prigozhin la semana pasada ha sido, mayoritariamente, el silencio.
Como ya denunció Vozpópuli, hubo incluso un eurodiputado de Sumar (IU) que se abstuvo en la votación en el Europarlamento de una resolución contra la tortura infantil en Ucrania por parte del Ejército ruso. Manu Pineda fue el único eurodiputado español que no votó a favor de una resolución que "condena los ataques, la persecución y la tortura de niños en situaciones de conflicto armado y los ataques directos a bienes protegidos por el derecho internacional, incluidas escuelas y hospitales". Un dudoso mérito que compartió con parlamentarios de extrema derecha alemanes, holandeses y eslovacos.
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