Las cámaras de seguridad son los testigos por excelencia de los atracos que cometen los ladrones de toda España. En definitiva, son sus peores enemigos. Para sortear estos sistemas de grabación, los delincuentes están recurriendo a una máscara hiperrealista que se puede comprar en plataformas como AliExpress pero tienen un elevado coste de más de mil euros, según explican fuentes policiales a Vozpópuli. Ni este sofisticado material ha podido evitar la investigación del Grupo 21 de la Policía Nacional que ha conseguido desarticular una organización criminal que contaba con uno de estos productos.
Esta máscara, que parece sacada de la noche de Halloween o de cualquier película de acción, se puede encontrar por varias vías. En páginas como AliExpress tienen un valor que oscila dependiendo de la calidad de los productos con los que se fabrican.
La aterradora máscara de los ladrones
También hay quien ha visto negocio en estos utensilios y ha creado su propia gama con unos precios desorbitados. Son de silicona, usan pelos reales y se hacen al gusto de los propios clientes. Sus creadores están en Albania y su coste se mueve desde los 1.000 a los 2.500 euros, dependiendo de la petición de los usuarios.
La incautación de esta máscara, cuya fotografía ilustra esta noticia, es uno de los objetos más raros incautados hasta la fecha. Se produjo en el marco de la operación 'Claucas-Canella' que dirigió el Grupo 21 de la Jefatura de Madrid, en colaboración con los efectivos de UDYCO Central.. "Nunca habíamos visto algo así. Es la primera vez", explicaron fuentes policiales a Vozpópuli sobre esta curiosa herramienta.
El grupo criminal que utilizaba esta careta estaba formado por ocho hombres de nacionalidad española que eran viejos conocidos de los agentes. Su grado de especialidad era sumamente profesional con un complejo sistema para no ser 'cazados'.
Unas zapatillas exclusivas de 1.500 euros
La base de esta organización estaba en una finca entre el Polígono Marconi y Los Molinos. Entre gallinas y animales tenían enterrado y ocultos en electrodomésticos en desuso un auténtico arsenal. Siete armas de fuego y abundante munición, una máquina troqueladora de placas de matrículas y un centenar de placas vírgenes, así como instrumental para cometer los robos, como inhibidores de frecuencia para vulnerar los sistemas de alarma o grupos de oxicorte para abrir cajas acorazadas.
Los agentes del Grupo 21 tuvieron que registrar dos veces este lugar acompañado de los especialistas en Tecnología y el GOIT. Este descubrimiento fue la piedra angular para acabar con una banda que cometió importantes robos como el de 2.000 pares de zapatillas de Humanes (Madrid) o el de una nave industrial de Manises (Valencia), de donde se llevaron productos de alimentación, garrafas de aceite y artículos de cosmética valorados en más de 23.000 euros.
Especial relevancia cobra el detalle de las deportivas. Algunas de las sustraídas eran modelos exclusivos de una conocida marca que podían alcanzar un valor superior a los 1.500 euros. Las zapatillas se han devuelto a sus dueños originales por parte de los investigadores.
La Policía no descarta nuevas detenciones
Además de la máscara, estos delincuentes realizaban 'vuelcos' a otras organizaciones, y habían ingeniado un plan para no ser detenidos en sus atracos. Robaban vehículos de alta gama. Buscaban en plataformas de venta de segunda manos los mismos modelos. Colocaban a sus coches las matrículas de los coches que se vendían. Cuando intuían que la Policía estaba tras sus pasos los quemaban en descampados para eliminar las pruebas que les podían vincular con sus hechos delictivos.
El ingente trabajo del Grupo 21 ha esclarecido un total de cinco robos con fuerza. No se descarta que hayan cometido otros atracos y ahora las diligencias irán encaminadas en poder imputarles o no nuevos asaltos en centros comerciales.
De los ocho arrestados cuatro de ellos ya se encuentran en prisión provisional. No se descartan nuevas detenciones. Los propios investigadores están ahondando en las ramificaciones de estos delincuentes que utilizaban esta máscara realista, y a la vez aterradora, para escapar de los agentes. No lo consiguieron y ahora descansa, lejos de sus dueños, en el depósito policial.
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